Al menos 32 mil venezolanos fueron beneficiados con el “parole humanitario” en EEUU

Migrantes venezolanos acampan a orillas del Río Bravo, el 15 de noviembre de 2022, en Ciudad Juárez, Chihuahua (México). EFE/ Luis Torres

El ‘parole humanitario’ es una medida que fue lanzada en octubre de 2022 surgió como una iniciativa para ayudar a los migrantes venezolanos, pero luego se extendió para los haitianos, cubanos y nicaragüenses. Muchos se quejan de la demora en el trámite.

De acuerdo con un portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés), hasta el mes de marzo habían ingresado legalmente al país unos 32.000 venezolanos a través del programa parole humanitario.

Las autoridades estadounidenses aseguraron que las entradas ilegales disminuyeron de forma importante en los últimos meses. Por ejemplo, el promedio de detenciones para enero de 2023 fue de 1.231, mientras que para marzo bajó a 339.

Esto podría deberse a las demoras que se han registrado en las solicitudes activas de venezolanos que quieren entrar al país. De hecho, la abogada de migración, Aura Figuera, aseguró que muchos casos presentan retrasos de más de seis meses.

“Este año no ha habido tantas solicitudes como el año pasado, la mayoría de las personas se preguntan por qué está demorando tanto la aprobación del parole (…) Cuando se llama al servicio al cliente de USCIS, la respuesta básicamente es que tengan paciencia”.

Pero no todos los casos son iguales. El hijo de Daniel Vargas Alfaro logró entrar a los Estados Unidos el 23 de noviembre de 2022 con un parole humanitario aprobado apenas unas semanas antes.

“El proceso para mí fue bastante rápido. Lo realizamos la última semana de octubre y a los 10 o 12 días ya estaba aprobado. Mi hijo llegó el 23 de noviembre. Creo que el proceso duró unos 25 días”, cuenta.

“No hay vuelos directos desde Venezuela, así que mi hijo viajó a República Dominicana y de ahí a Miami. En el aeropuerto revisaron sus documentos y al final le entregaron un cartoncito amarillo con el I94, que es la autorización para entrar al país. Con ese papel solicitó su permiso de trabajo y su licencia”, agrega.

El mismo Daniel cree que contaron con el “factor bingo”, como lo llama, ya que ha escuchado de casos en los que el trámite se ha extendido durante cuatro o seis meses. Sobre esto, la abogada Figuera recomendó que los interesados deben estar pendientes de las actualizaciones publicadas en la página de USCIS.

Recientemente, el gobierno federal de los Estados Unidos emitió una medida en la que establecieron una nueva forma de procesar las solicitudes de parole humanitario: 500 casos diarios serán elegidos por un sistema de lotería, mientras que los otros 500 casos diarios serán revisados cronológicamente para darle prioridad a las personas que hicieron la solicitud primero.

¿Por dónde comenzar?

El primer paso es que el patrocinador ingrese a la página de USCIS y llene el Formulario I-134A. Luego el beneficiario debe enviar toda la información de tipo biográfica que le solicita el sistema. Es importante mandar la petición en la aplicación móvil CBP One y, de ahí en adelante, solo resta esperar la autorización de viaje que llegará a través de la cuenta myUSCIS.

Daniel, que lleva 4 años viviendo en Miami, logró que su hijo entrara al país con la ayuda de una asistente legal que lo asesoró al momento de llenar las planillas. El trámite lo realizó él mismo, pero el patrocinador fue su hermano por su condición de residente.

Efectivamente, el patrocinador en los Estados Unidos debe cumplir unas características muy específicas: ser ciudadano o contar con un estatus legal en el país (asilo aprobado, residencia, TPS, etc.). Además, es imperante que el patrocinador cuente con los ingresos señalados en la normativa del parole.

“Todo va a depender de la cantidad de personas que el patrocinador planee traer a los Estados Unidos. Un patrocinador puede solicitar toda la cantidad de personas que quiera, pero debe tener unos ingresos que respalden sus peticiones. Todo esto se calcula según el sueldo anual y el entorno familiar del patrocinador”, explicó la abogada.

Figuera también aclaró que “la persona que sea beneficiaria del parole puede solicitar un permiso de trabajo; ya que ese es el único beneficio que otorga el programa. Al migrante le van a dar un permiso de trabajo por dos años. Ahora bien, si esa persona se quiere quedar por más tiempo, puede usar la medida del parole para ajustar su estatus o puede cambiar el tipo de visa. Cada caso se tiene que analizar por separado”.

El beneficiario puede estar en Venezuela o en cualquier otro país del mundo, pero no puede tener una residencia vigente de otra nación, doble nacionalidad o documentación de asilo o de refugiado.

Ahora que tiene a su hijo con él en los Estados Unidos, Daniel se siente tranquilo y agradecido. “Yo entré aquí con visa de turista y nunca se me pasó por la cabeza que mi hijo viniera ilegal. A mi hijo le habían negado la visa de turista dos veces, así que decidí aprovechar esta oportunidad”.

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