Las mujeres del Tren de Aragua en Perú: el rol que cumplen y por qué son clave dentro del grupo criminal

Eglismar Andreina Reyes Sojo, alias ‘Andrea’. (Composición/ PNP)

Dentro de la estructura criminal del ‘Tren de Aragua’, las mujeres también juegan un rol importante. Son igual de peligrosas, avezadas y sanguinarias que cualquier integrante hombre de esta banda criminal venezolana, pero con la diferencia que muchas son más calculadoras y organizadas. Así lo revela la policía y expertos en el tema.

Usan su atractivo aspecto físico para no despertar sospechas de sus vínculos con la banda criminal o sus facciones. Pero casi siempre están envueltas en los dos principales negocios delictivos de la agrupación: la trata de personas y la explotación sexual.

Las investigaciones de las autoridades revelan que muchas de ellas son un engranaje clave no solo para el Perú, sino para todos los otros países en los que el Tren de Aragua ha puesto sus tentáculos, como Chile, Colombia, Bolivia, Ecuador y otros más.

En algunas casos, estas féminas gozan de una alta jerarquía y responden directamente a Tocorón, una cárcel en Venezuela, donde estaría el ‘número 1? de la banda, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, más conocido como ‘Niño Guerrero’, quien daría las órdenes para mover toda la maquinaria delictiva.

“No es tampoco descabellado que pudieran actuar, en algunos casos, como ‘gatilleras’ (sicarias)”, dijo Ronna Rísquez, periodista e investigadora venezolana, a TVN Chile.

De acuerdo a Rísquez, autora de un libro sobre esta organización, la participación femenina en el Tren de Aragua es “bastante amplia”, desde los inicios de la banda en el mundo del hampa.

“Definitivamente tienen un rol más de administración y logística. Son las actividades a las que más se dedican. A organizar, llevar la contabilidad y la administración de las rentas”, detalló.

La mayoría de estas mujeres se involucran con la organización criminal a partir de vínculos sentimentales con miembros. “Eso es que casi una constante. Se convierten en pareja de alguno de los jefe de la banda y son incorporadas en actividades (delictivas) que van de menos a más”, afirmó la autora.

‘La Guaireña’, dama de la extorsión y sicariato en Perú

La venezolana Eglismar Andreína Reyes Sojo, de tan solo 19 años, más conocida en el mundo delincuencial como ‘La Guaireña’ o ‘Andrea’, fue una de las mujeres importantes del Tren de Aragua en su afán de apoderarse de la explotación sexual en la capital peruana.

En febrero de este año, el asesinato a sangre fría de la trabajadora sexual trans Rubí Ferrer puso en el radar de la policía a la joven extranjera, quien habría mandado a uno de sus sicarios más demenciales a dispararle más de 20 disparos a quemarropa contra Ferrer por no querer pagarle “un cupo” por trabajar en las calles del Centro de Lima.

Las autoridades peruanas identificaron a ‘La Guaireña’, quien cayó detenida a inicios de marzo, como integrante de ‘Los Gallegos’, el brazo armado del ‘Tren de Aragua’.

La fiscalía la procesa, aparte de ser la autora intelectual de la muerte de Rubí Ferrer, de llevar la contabilidad de la cantidad de servicios sexuales y estar a cargo de los sicarios que hacen el recaudo del dinero extorsivo semanal.

La también llamada ‘Andrea’ se mostraba en redes sociales disfrutando de lujos con parte del dinero que llega a sus manos de la recaudación del cobro de ‘cupos’. En su cuenta de TikTok, la extranjera tenía videos donde se la ve en fiestas privadas y en discotecas, bailando y bebiendo licor con sus compatriotas.

‘La China’, la temida líder del ‘Tren de Aragua’

Si el Perú tenía a la ‘La Guaireña’, el país vecino de Chile tenía a ‘La China’, cuyo nombre real es Jonahary Jaqueline Navarro, quien cayó detenida en mayo de este año en la ciudad de Arica.

El Tren de Aragua es una organizaciones criminales de Venezuela más peligrosa y sanguinaria, cuyos lazos llegan a tierras peruanas y chilenas por la migración de sus integrantes.

‘La China’, quien creía tener tomado el norte de Chile y se sentía impune, mantenía nexos con nuestro país, donde varios de los integrantes de esa red criminal operaban bajo sus órdenes en la comercialización de drogas y la prostitución.

Las autoridades informaron que ella ingresó como personal de servicio de uno de los jefes del Tren de Aragua pero, luego al ganarse la confianza de este y sostener una relación sentimental, pasó a ser una de las cabecillas de la banda.

Expertos coinciden que Perú y Chile no serían las únicas naciones en los que la presencia femenina en el Tren de Aragua juega un papel importantísimo.