Ante estos cuadros sintomatológicos, el bioanalista Otto Cerezo expuso que desde finales del mes de abril se comenzaron a detectar números importantes de casos en Táriba, municipio Cárdenas y zona norte, motivo por el cual estuvo trabajando en conjunto con el equipo de Corposalud para determinar el porqué de las patologías.
Al principio pensaban que era un cuadro de fiebre tifoidea, que se dio a mediados del año pasado, pero detectaron que los síntomas reflejados en los pacientes corresponden a rotavirus, adenovirus, y algunas parasitosis protozoarias como blastocystis.
Cerezo destacó que estas afecciones virales ocurren debido a que ha habido temporada seca con lluvia, por lo que el comportamiento ambiental ha sido atípico.
Por ende, si no hay un adecuado tratamiento de las aguas desde donde se almacenan para enviarlas a las ciudades, con elementos clorados y depuración de micropartículas, allí los virus también aprovechan.
Estas enfermedades también pueden entrar por la vía de los alimentos mal lavados o mal preparados, destacó el especialista.
Aunque el bioanalista no maneja la estadística general, expuso que en su laboratorio gran parte de los exámenes arrojan positivo para rotavirus.
“Hubo días en que hacíamos 50 pruebas y todas salían positivas”, pero aclaró que todas las personas no se hacen pruebas de laboratorios.
Indicó que en sus estadísticas internas, en comparación con el número de casos del año pasado, se observa que las cifras fueron superadas en este año en tan solo un mes.
“Lo que llama la atención es que hubo un proyecto hace muchos años donde el gobierno estaba vacunando a todos los niños contra el rotavirus y eso no se volvió a hacer. Eso es importante hacerlo, porque estamos en una frontera activa y tenemos lluvias, y sectores donde están los afluentes y no tienen buenos recogimientos de aguas servidas”, comunicó.
Adicionalmente, resaltó que los grupos de riesgo son los niños menores de 5 años y adultos mayores de 65 años.
Recomendó que la manera de prevenir el contagio es cepillarse con agua hervida, lo cual disminuye la posibilidad de contaminación.
También es importante que los niños en las escuelas se laven las manos después de ir al baño y que no lleven los alimentos en empaques inadecuados, además, que las comidas sean bien calentadas para que el virus muera.
Hizo hincapié en una buena hidratación, a fin de evitar la complicación del cuadro viral, pero evitar automedicarse con antibióticos, en vista de que si la persona tiene buena alimentación, hidratación constante y es inmunocompetente, no necesita medicación.
“Nada de antipiréticos, nada de bebidas energéticas que tienen alto contenido en sodio, porque se corre el riesgo de una complicación renal”, añadió el bioanalista.
