Ramírez argumenta que jamás ha cometido un acto de corrupción, de hecho que vive actualmente en Italia con la familia de su esposa, exiliado de su país con deseos de regresar a Venezuela, comenta que vive de su profesión gracias a la experiencia como ministro de Petróleo y presidente de Pdvsa, por lo cual realiza asesorías como consultor. “Una de las cosas que no se puede ocultar es el dinero, de hecho actualmente vivo alquilado y no hago una tragedia de eso”, relató.
El chavista disidente afirma que actualmente sigue siendo un fiel seguidor del movimiento “bolivariano”, además de denunciar que la dictadura que existe en Venezuela eliminó por completo el estado de derecho y usa la justicia como un herramienta de persecución, es por eso que el tema de “corrupción” es uno de los argumento que usa para atacar a sus enemigos políticos.
“Yo he venido denunciado (desde que era ministro de petróleo) que la militarización de la industria petrolera se ha convertido en un núcleo de corrupción (…) son casos que incluso están denunciados por agencias de noticias como Reuters a través de documentos que han aparecido”, afirmó Ramírez.
Rafael Ramírez también reitera que ha denunciado que Maduro logró destruir la institucionalidad de Venezuela y, aunque existan tantas falacias en su contra, finalmente los escándalos de corrupción están relacionados a las filas de la dictadura.
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La persecución contra Rafael Ramírez
Rafael Ramírez relata que desde el momento que falleció el presidente Hugo Chávez, Nicolás Maduro comenzó a dejar de lado a los ministros más cercanos al mandatario fallecido, desde su ministerio de petróleo, empezó a realizar denuncias y llamados de atención a la silla ejecutiva para conocer la postura y las soluciones que tenía preparadas para la emergencia económica que se estaba avecinando desde el 2014. No obstante, los cambios dentro del régimen empezaron a notarse, personas de confianza de Maduro fueron ocupando puestos cercanos a él.
Luego Maduro designaría a Ramírez como viceministro de economía, sin embargo no le gustó las medidas que recomendaba para aliviar la crisis económica, es por eso que el dictador tomó decisión de aislarlo. “Maduro no solo le gustaron, sino que me quiso colocar de lado, le parecía peligroso el alto perfil político que yo tenía”, declaró el exministro de Petróleo.
La Cancillería sería la última parada dentro del régimen de Maduro que Ramírez tomó, no obstante reconoce que “continuó realizando las denuncias necesarias para alertar el peligro que se acercaba para Venezuela en materia económica”.
Ramírez explica que Maduro pensó que lo estaba castigando con la cancillería, pero la verdad es que fue todo lo contrario, ya que dicha posición le ayudó a conseguir y conocer otros contactos necesarios. Es importante destacar que la posición de Ramírez como embajador coincidió con el ingreso de Venezuela al Consejo de Seguridad de la ONU.
Rafael Ramírez admite que las fuerzas de seguridad de Venezuela, guiadas por Nicolás Maduro, violentaron las protestas del 2017, es por esto que él decide renunciar, pero un contacto dentro el alto mando militar le advirtió que un grupo de funcionarios lo esperarían en el aeropuerto para arrestarlo apenas ingresara a Venezuela.
Por cuestiones “únicamente” familiares, Ramírez vive actualmente en Italia, pero admite que la persecución de Maduro continúa en su contra, a través de solicitudes de extradición y órdenes de captura, sin embargo estos ataques le ayudaron a conseguir su estatus de “perseguido político” en el país europeo.
El miedo de Maduro
Es prácticamente imposible que Nicolás Maduro no sea comparado con Hugo Chávez, no solo en sus respectivos mandatos, sino que comportamiento y liderazgo, es aquí donde Ramírez no sólo traza una línea divisoria, sino que abre un abismo entre los dos, rescatando que Chávez era un presidente con fuerte liderazgo, conocimientos y de gran carisma, mientras que Maduro es altamente inseguro y manipulable, es “por eso que atiende los intereses de un grupo empresarial y político que lo ha rodeado”.
Esta inseguridad lleva a Maduro a ser más autoritario puesto que no acepta que nadie le dé una negativa o se oponga a sus ideas. “Puedes terminar preso, exiliado (…) todos los medios de comunicación han sido comprados, se han creado cuerpos policiales que no existían en el país (…) es un dictador peligroso porque es inseguro y manipulable”, comentó Ramírez.
Directamente, el miedo de Nicolás Maduro es la perdida de su posición dentro del país, porque la violación de derechos humanos se ha vuelto una política de Estado en su dictadura, por lo cual sabe que al ser derrocado, puede perderlo todo.