Nueva tendencia alimentaria: el flexivegetarianismo
Esta tendencia alimentaria se encuentra en un punto intermedio entre las dietas omnívoras y las vegetarianas, el flexivegetarianismo, la dieta para consumir carne y pescado una vez al mes.
Flexitarianismo o flexivegetarianismo. La dieta flexitariana es una modalidad extendida en los últimos años. A diferencia de las dietas ovolactovegetarianas o veganas, no excluye ningún grupo alimentario, pero sí reduce su consumo a una forma ocasional, entendiendo lo de ocasional como una o dos veces al mes. Así pues, estas personas siguen una dieta de origen mayoritariamente vegetal, pero en ocasiones consumen carnes o pescados.
Esta tendencia alimentaria se encuentra en un punto intermedio entre las dietas omnívoras y las vegetarianas. Es más, si las personas con dieta omnívora siguieran las recomendaciones de consumo de los diferentes grupos de alimentos, estarían cerca de ser flexitarianos.
La salud y el medio ambiente salen ganando
Las motivaciones para seguir este tipo de dieta son muy variadas, al igual que ocurre con las vegetarianas. Pero lo que parece indiscutible es que ofrece una doble ventaja, tanto para la salud de la persona como para el medioambiente.
Por una parte, en lo que respecta a la salud, consumir de forma ocasional productos como la carne roja y ultraprocesada implica reducir el consumo de grasas saturadas de la dieta. Eso conlleva tener niveles más bajos de colesterol y, por tanto, menos eventos cardiovasculares adversos.
Paralelamente, con dietas que excluyen o limitan la carne también se reduce la hipertensión y el índice de masa corporal, a la vez que disminuye el riesgo de padecer cáncer de colon.
Por otra parte, este hecho implica una menor producción ganadera, que se traduce en una disminución de los gases de efecto invernadero que tienen en jaque a nuestro planeta.
No hay que olvidar que la producción de alimentos no saludables y no sostenibles pone en riesgo global a las personas y al planeta. Cerca de mil millones de personas en el mundo tienen una alimentación insuficiente, pero muchas más son las que consumen una dieta no saludable, contribuyendo al incremento de número de muertes y la morbilidad.
Es más, la producción alimentaria mundial es la actividad que ejerce la mayor presión humana sobre la Tierra, amenazando los ecosistemas locales y la estabilidad de todo el sistema terrestre. La estimación de crecimiento para el 2050 es cercana a los diez mil millones de personas, lo cual exacerbará estas condiciones.
Sonia Martínez Andreu, profesora contratada doctora del Departamento de Enfermería y Fisioterapia. Directora del Experto Universitario en Vegetarianismo y Planificación dietética en alimentación vegetariana, Universitat de les Illes Balears.