Comer frente a una pantalla puede tener riesgos para la salud(detalles)
Es necesario limitar las horas diarias del uso de la pantalla a la hora de comer. En especial en los niños, los más perjudicados por las deficiencias alimentarias, según especialistas
Expertos argumentan que no es propicio para la salud comer mientras se observa la pantalla de celulares, tabletas, computadoras o televisores.
Esto hace que la gente consuma más alimentos de mala calidad. Múltiples estudios demostraron que ver una película o jugar a los videojuegos mientras se consume algún alimento se asocia al consumo de alimentos que no aportan en calidad nutricional.
De ahí la necesidad de limitar las horas diarias del uso de la pantalla a la hora de comer. En especial en los niños, los más perjudicados por las deficiencias alimentarias, según especialistas.
Una de las problemáticas asociadas al consumo de alimentos frente a las pantallas, es que aumenta la probabilidad de sufrir algún tipo de «atracón». Es posible que este trastorno se haya incrementado en la actualidad por el consumo de entretenimiento en televisión y el auge de las redes sociales.
Así lo explica Andrea Calderón, nutricionista. “Las redes sociales, medios de comunicación y televisión tienen mucho que ver, sobre todo en jóvenes o la cultura de la dieta. Se genera el deseo de cumplir unos patrones, cánones de belleza, que pueden llevar a no sentirse bien consigo mismo. Entonces fuerzas tanto el comer de menos, fuerzas tanto el cuerpo que llega un punto en el que eso te genera mucha ansiedad, frustración, ya no aguantas más y te das un atracón”.
A pesar de lo perjudiciales que pueden llegar a ser estos episodios, la parte más importante es el aspecto psicológico, pues lo que se está generando es un trastorno mental. No solo por lo que se come, sino porque se está manteniendo una mala relación con la comida que puede derivar en problemas mayores.
Ante este panorama, muchos profesionales aconsejan el modelo del plato saludable. La mitad del plato en forma de verdura u hortaliza, un tercio en forma de proteína, y la proporción restante con hidratos de carbono.