La oferta culinaria de la Colonia Tovar mejora y se enriquece(detalles)

El menú  de la localidad aragüeña gana valor con la presentación de sus platos tradicionales alemanes y con otros que no son

La Selva Negra de Kaffe Haus destaca en el menú de esta cafetería localizada en el sector Los Claveles de la Colonia Tovar, localidad aragueña que el pasado 8 de abril celebró 179 años de su fundación por un grupo de inmigrantes alemanes, provenientes del entonces estado independiente de Baden, de donde es originaria esta torta.

Su bizcocho ofrece el punto justo de kirch, es esponjoso y bien aireado como el chantilly  que lo cubre, y se luce con  la  técnica que revela la textura de su bizcocho, la de la crema que lo cubre, su presentación y lo generoso de sus porciones.

De la carta también vale la pena probar los waffles, dulces y salados, también de masa suave y aireada. El de frutos rojos, con chocolate, buenísimo, tanto como el de lomo de cerdo, con queso de cabra y tomate.

 

Golfeados y embutidos en la Colonia Tovar

La primera parada del recorrido por la localidad aragueña  –organizado por Recorridos Mil Sabores,  iniciativa de María Luisa Ríos y Vicente Marturet, que desde 2007 ofrece paseos gastronómicos por Caracas y otras localidades del interior del país– fue en El Rey del Golfeado, panadería que cumplió 77 años.

La fama de sus golfeados es bien merecida: dulce lo justo, masa esponjosa, melado de papelón y queso de mano guariqueño. Lo explica  Fernando Rodríguez, ingeniero eléctrico responsable del negocio familiar, quien revela que inicialmente se añadía anís  a la masa: «El sabor que aportaba la semilla perdió seguidores y se eliminó».

Los cachitos de la casa llegaron después. Rellenos de jamón –una lonja entera, sin picar– y con un toque dulzón llevan además una pequeña porción de queso.

La segunda parada fue en Charcutería Tovar, fundada hace 55 años, que  ofrece más de 60 sabores entre carnes procesadas, jamones y pechugas;  salchichas, chorizos y patés; y especialidades alemanes: copa,  cabeza de cerdo en gelatina y morcilla con lengua, «que  no son las más populares pero sí tienen sus seguidores», asegura Melissa Palma,  gerente de operaciones de la empresa, antes de añadir que gustan con pan negro alemán y cerveza.

¿El resto? El  emblemático de la casa, el jamón Pera de pernil de lechón con tocineta –que solo ofrece en el país esta charcutería–; el de pechuga de pavo ahumada caramelizada calidad premium;  el pernil curado con mostaza y miel, ahumado por 12 horas; y el jamón Selva Negra, de pernil de cerdo, que exige 8 horas de cocción.

En la línea de salchichas,  la alemana de color blanco,  propio de la carne cocida del lechón, con perejil, mejorana y pimienta;  la polaca, de pernil de cerdo  y carne de res; y la húngara, la  Debrezitner, también de cerdo y res, con pimentón rojo,, explica Palma, que recomienda la cerveza como su mejor armonía.

En la línea de chorizos, el  Campesino, provenzal de finas hierbas y siete especias, y el de pimentón de la Colonia Tovar, el más picante.

El Selva Negra

El Selva Negra, fundado en 1936, resiste, como todos los negocios de la Colonia Tovar, los efectos de la pandemia. En este pueblo alemán tan venezolano todos creen que la recuperación es posible a partir de sus dos pilares económicos de siempre: el turismo y la gastronomía.

El plato bandera del restaurante de este hotel sigue siendo  la rodilla de cerdo, pero la cocina  también se luce con los desayunos –criollo, alemán, americano– y el rösti que los acompaña. Pero la verdadera sorpresa de los comensales que disfrutaron de la cena incluida en el recorrido fue la crema de pimentón de la casa, en cuyas instalaciones, funciona el Café Sonne, que ofrece una variada cantidad de postres.

Pizzas y quesos

La especialidad de Casa Nostra es la pizza napolitana, de masa no tan fina y con cornicione, nombre que recibe el borde grueso que la caracteriza.

Pequeñas y gustosas, la que más gustan son la de prosciuto y  rúgula, la de cebolla caramelizada y la de tocineta y jamón serrano, con queso crema Philadelphia y pesto. ¿Más? La dulce, con fresas y chocolate.

Vale la pena visitar este local, que funciona en la casa de sus propietarios, cuya oferta culinaria, que nada tiene que ver con la tradicional coloniera, enriquece la lista de opciones gastronómicas de  la Colonia Tovar, como lo hacen los quesos de cabra de Mi-Kabrita, entre los que destacan el de pasta de aceitunas, el madurado con ajo, el ahumado, el natural y el de crema con orégano.

La oferta culinaria mencionada es apenas una parte de la que ofrece la Colonia Tovar  que desde mediados del siglo pasado destaca en la lista de opciones turísticas no solo para los caraqueños sino para todos los interesados en sus atractivos turisticos, que ofrecen mucho más que gastronomía.

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