La bebida “de moda” que implica un grave peligro entre los adolescentes
“Algunos de mis amigos a veces toman bebidas energizantes, sobre todo los sábados en el club después de jugar al fútbol. Las compramos nosotros en el supermercado” contó Octavio, un chico de 13 años.
Manuel, de 17, explicó que su consumo lo ayuda a estar despierto durante más tiempo. “Suelo tomar una por semana cuando me quedo despierto hasta tarde o cuando tengo que hacer algún esfuerzo físico. Me produce adrenalina, motivación, intensidad”, dijo.
El consumo de bebidas energizantes en el mundo ha estado muy relacionado con la noche y el alcohol, pero esto parece estar cambiando: en la actualidad, muchos adolescentes también las consumen (sin mezclarlas) durante el día.
Silvia Cabrerizo, médico pediatra, toxicóloga y secretaria del grupo de trabajo de adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), confirmó que hay padres que le cuentan que sus hijos empezaron a tomar energizantes cerca de los 12 años, cuando están terminando la primaria, por el mismo pedido de los chicos. “Los padres lo cuentan en consultorio como una charla casual y no como consulta previa a dárselas. Al ser de venta libre y al poderse comprar en el supermercado, no se consulta con un médico antes de comprarlo”, dijo.
La situación preocupa a padres y especialistas debido a la gran cantidad de cafeína que contienen estos productos. “Sin dudas en los últimos años ha crecido, sobre todo en los adolescentes, el consumo de estas bebidas presuntamente energizantes cuyo principal efecto es la estimulación del sistema nervioso central a partir del contenido de cafeína y azúcar que tienen estas bebidas. Lo que buscan con eso es encontrar la diversión en un estado de excitación”, comentó Omar Tabacco, médico pediatra y gastroenterólogo.
“Hay que tener precaución porque muchas de estas bebidas tienen el doble de cafeína que una taza de café o bebida cola. La cafeína es un medicamento, un estimulante, que genera actividad cardíaca, como el aumento de la frecuencia cardíaca, extrasístoles o taquiarritmia, taquicardia y también produce síntomas neurológicos como el insomnio. Una taza de café tiene 40 miligramos mientras que estas bebidas pueden llegar a contener 80 o hasta 100”, explicó Cobrerizo.
Además, explicó la experta, hay que recordar que tomar una lata de energizante es un aditivo a la bebida cola o café que ya se hubiera consumido. “Ese poli consumo genera un mayor riesgo de toxicidad. Si bien no diría que puede haber adicción, sí puede generarse una intoxicación crónica, un acostumbramiento al consumo que lleva a necesitar cada vez más”, comentó la especialista.