El pastor fugitivo y los 3 capos que indagan por crimen de fiscal Marcelo Pecci

Marcelo Pecci

Dos sicarios, que se desplazaban en una moto de alto cilindraje y llevaban cachuchas con la leyenda de ‘El patrón’, le dispararon en la cara a Fátima Rejala Cabrera, una modesta cocinera de 39 años, de Asunción (Paraguay).

Agentes de inteligencia de tres países indagan si ese crimen, ocurrido el 1.º de marzo pasado, está relacionado con el asesinato del fiscal antimafia Marcelo Pecci, ocurrido el martes pasado, a las 10:45 de la mañana, en una playa de Cartagena.

Brian A. Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos.

A Pecci, un sicario, que llegó a la isla Barú en un jet ski alquilado, le disparó dos veces en el cuello y una vez en un costado, frente a su esposa embarazada.

Todo indica que alguien tomó el mismo vuelo de la aerolínea Copa, que lo trajo a Colombia desde Asunción, el 5 de mayo, y que se encargó de seguir sus pasos para darles aviso a los sicarios.

El subsecretario de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Brian Nichols, condenó el macabro crimen de Pecci, quien trabajaba con la DEA en operativos transnacionales contra organizaciones terroristas y de narcotráfico.

El crimen de Fátima, la paraguaya, está vinculado a uno de esos casos, con tentáculos en Colombia. Ella era la empleada de confianza del poderoso pastor cristiano José Alberto Insfrán Galeano, quien solía visitar Bogotá y que hoy está fugitivo.

El pastor José Insfrán Galeano

El pastor José Insfrán Galeano se encuentra prófugo de la justicia.

Las tres pistas

El otro filón de la investigación apunta al Primer Comando Capital (PCC), considerado el mayor grupo criminal de Suramérica, con origen en Brasil y tentáculos en Bolivia, Paraguay y Colombia.

 

En Paraguay se lo investiga por mover tulas repletas de dinero de la mafia colombiana, en aviones privados, para lavarlos discretamente en su iglesia: Centro de Convenciones Avivamiento, ubicada en Curuguaty, antigua capital paraguaya.

Un reporte confidencial sobre el caso Pecci, conocido por EL TIEMPO, señala que, además del pastor fugitivo, también se indagan otros dos casos, conectados con Colombia, que estarían detrás de su asesinato.

No se descarta que el grupo extremista Hezbolá lo haya ordenado, como represalia por operativos de Pecci contra fichas y finanzas.

El otro filón de la investigación apunta al Primer Comando Capital (PCC), considerado el mayor grupo criminal de Suramérica, con origen en Brasil y poderosos tentáculos en Bolivia, Paraguay y Colombia.

 

Centro de Convenciones Avivamiento

Esta es la iglesia de José Insfrán en Curuguaty, Paraguay.

Sobre el señalado pastor Insfrán, EL TIEMPO estableció que ya se indagan sus movimientos y contactos en Colombia, a donde llegaba para traer el evangelio y llevar las supuestas tulas con plata de la mafia. De hecho, hace un mes, la iglesia que hay en Bogotá con un nombre similar al de la suya tomó distancia del fugitivo, a pesar de que el pastor estuvo un par de veces en su atrio (en julio de 2021) y ellos en Paraguay, (en donde se fotografiaron juntos).

Advirtieron (a través de abogados) que se trata de congregaciones diferentes e incluso que evalúan demandas por el uso de su nombre.

Apoderados de la iglesia colombiana le reiteraron a EL TIEMPO que no hay ningún nexo con el fugitivo y que los pastores en Colombia prohibieron que se ventilara información sobre el caso.

En Paraguay se investiga a José Insfran por mover tulas repletas de dinero de la mafia colombiana, en aviones privados.

Lo concreto es que, antes de viajar a Cartagena de luna de miel, Pecci ya había logrado identificar a uno de los sicarios que mataron a Fátima, la empleada del pastor. Y, ahora, autoridades les siguen la pista a los falsos pastores colombianos que llegaban en sus propios aviones a Paraguay a visitar a Insfrán. Este solía moverse en helicóptero y había logrado edificar su templo en los terrenos de una vieja y gigantesca discoteca.

Cerca de 25 eslabones de esa organización, incluido el hermano del señalado narcopastor, alias Tío Rico, fueron capturados en Paraguay en la operación ‘A ultranza Py’, en la que participó la DEA.

Punto 50

El sanguinario narco brasileño, Rafael Dos Santos, alias Punto 50.

Las detenciones arrancaron el 22 de febrero pasado y fueron calificadas como el mayor operativo contra el crimen organizado y lavado de dinero en Paraguay.

Todo apunta a un esquema criminal dedicado al tráfico de cocaína desde Colombia y Bolivia a puertos de Europa y África.

De hecho, en Paraguay se sospechaba que los hombres que intentaron cerrarle el paso a la caravana que llevaba al fiscal Pecci, el día de su boda (el pasado 30 de abril), eran emisarios de uno de los capturados en ese operativo.

Sin embargo, sin dar mayores detalles, el director de la Policía de Colombia, general Jorge Luis Vargas, recalcó que dos de las investigaciones más grandes adelantadas por el fiscal Marcelo Pecci eran contra el PCC y una estructura conocida como Punto 50.

Punto 50’ es el alias del capo brasileño Rafael Dos Santos, sanguinario integrante del PCC.

En Paraguay sospechan que hombres que intentaron cerrarle el paso a la caravana que llevaba al fiscal Pecci, el día de su boda, eran emisarios de uno de los capturados en el operativo A Ultranza Py.

Punto 50’ (que posaba en redes con fusiles de ese calibre) fue capturado, en 2017, en Pedro Juan Caballero, cuidad limítrofe con Brasil.

Pero un año después fue expulsado del país, tras una fuga masiva de sicarios del PCC de una cárcel de máxima seguridad, con la presunta complicidad de policías.

En 2019, que el ‘cartel del Golfo’, las disidencias de las Farc, la ‘oficina de Envigado’ y ‘los Caqueteños’ trafican con el PCC y con la también brasileña Familia del Norte (FDN).

Cualquiera de esas organizaciones criminales colombianas pudo haber suministrado el arma con la que asesinaron a Pecci y contratar al par de sicarios, uno de ellos con acento caribeño, al parecer, venezolano.

Hezbolá y el colombiano

Nader Mohamad Faraht

El libanés Nader Mohamad Faraht, extraditado a Estados Unidos por una megaoperación de lavado de activos vinculada a Hezbolá.

También en Colombia hay una célula de Hezbolá que ya intentó asesinar a un diplomático israelí. Por eso, tampoco se descarta que ese grupo extremista esté involucrado en el crimen del destacado fiscal antimafia, de 45 años.

Pecci, en un trabajo conjunto con la DEA, logró la extradición del libanés Nader Mohamad Farhat, en 2019, acusado de una megaoperación de lavado de activos de la mafia que terminó nutriendo a Hezbolá.

Dentro de esa misma investigación se indagan los movimientos de dinero de dos millonarios empresarios –uno de ellos supuestamente cercano al vicepresidente paraguayo, Hugo Velásquez–; y de otro brasileño: Kassed Mohamad Hijazi.

De hecho, la celda de Hijazi fue registrada hace 72 horas, en busca de alguna pista sobre el crimen de Pecci.

Marcelo Raymon Díaz Vélez

Marcelo Raymon Díaz Vélez, colombiano preso en Paraguay.

Pasaporte Marcelo Raymon Díaz Vélez

Este es el pasaporte del capo colombiano Marcelo Raymon Díaz Vélez.

También fue registrada la de un capo colombiano, requerido por la justicia de España, Perú y Bolivia, pero desconocido en Colombia.

En su pasaporte aparece como Marcelo Raymon Díaz Vélez. Sin embargo, autoridades creen que su verdadera identidad es Jhon Wilson Díaz Vélez, que es una vieja ficha del cartel del norte del Valle y que no se explican cómo en Colombia no lo tenían en el radar de poderosos capos.

El cuerpo de Pecci llegó el sábado en la madrugada a Asunción, en donde le rinden honores. En Colombia, mientras tanto, las autoridades creen estar cerca de uno de los autores materiales del asesinato, quien los llevaría a los que ordenaron quitarle la vida al fiscal antimafia en su luna de miel.

Pero más allá de su doloroso caso, su muerte dejó al descubierto el poder de la mafia de organizaciones terroristas en Paraguay y sus conexiones con Colombia.

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