Se trata de la mayor ayuda militar que España envió a Ucrania desde que comenzó la ofensiva rusa y cumple con lo prometido por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante su visita a Kiev hace una semana.
El barco transporta 200 toneladas de armamento, 30 camiones y diez vehículos ligeros, lo que duplica lo recibido por Ucrania de España desde que empezó la ofensiva de Putin.
Las remesas anteriores fueron transportadas por vía aérea en once aviones militares españoles a través de Polonia. Se trató de 1.370 lanzagranadas antitanque, 700.000 cartuchos de ametralladora, un vehículo blindado RG-31 equipado como ambulancia, y material sanitario.
El de esta última semana fue el primer viaje al extranjero del Ysabel, que entró en servicio a finales del pasado año.
El buque puede transportar en sus seis cubiertas de carga más de un millar de vehículos militares y carros de combate y se adquirió para dar soporte a los desplazamientos de tropas y materiales entre el territorio peninsular español, las ciudades norteafricanas de Ceuta, Melilla y los dos archipiélagos (Baleares y Canarias), y para apoyar los despliegues en misiones internacionales.
Con unas 16.361 toneladas brutas, tiene una eslora de 149 metros, una manga de 21 metros, 27 metros de altura y un calado de 5,2 metros. Y cuenta con una tripulación de sesenta marineros, con seis oficiales.
Durante su visita a Kiev, Sánchez trasladó a Zelensky “el apoyo incondicional” a Ucrania, también para que este país pase a formar parte de la Unión Europea (UE), y anunció la reapertura de la embajada española en Kiev, que cerró sus puertas pocas horas después de que se iniciara la invasión rusa el 24 de febrero. Además, comprometió ayuda humanitaria por valor de 31 millones de euros. De ese total, siete millones serán para la protección de mujeres y menores a través de Unicef y del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa).
Durante el viaje a Ucrania, Sánchez visitó Borodianka, una localidad en el noroeste de Kiev arrasada por las tropas rusas durante su ocupación, en la que masacraron a la población. “Nos ha conmocionado mucho la visita”, aseveró Sánchez, que calificó de “genocidio potencial” las atrocidades cometidas por las tropas rusas en las localidades que estuvieron bajo ocupación, aunque aseguró que no le corresponde a él utilizar ese término, sino a la Corte Penal Internacional (CPI).
“No solo hablamos de crímenes de guerra (…) Tendrá que ser la CPI la que certifique si se ha producido un caso de genocidio aquí (…) pero yo he abierto la puerta a ello”, aseguró el jefe del Ejecutivo español.
En este sentido, manifestó el compromiso de España en “la lucha contra la impunidad, especialmente después de visitar Borodianka”, y aseguró que responderá a la solicitud de apoyo del Fiscal General de la CPI “para investigar y juzgar a aquellos responsables de crímenes de guerra”.
También anunció el despliegue de un equipo multidisciplinar de 8 expertos del Ministerio del Interior y 39 forenses de distintas Comunidades Autónomas y del Ministerio de Justicia. “Queremos que (el presidente ruso Vladímir) Putin rinda cuentas por sus crímenes”, aseguró Sánchez.