Jack Whittaker, de la victoria histórica a la tragedia crónica
Millones de personas alrededor del mundo utilizan algún mecanismo del azar para ganar dinero extra. Sentarse en máquinas tragamonedas, lanzar dados, jugar blackjack o practicar la ruleta son algunos de los entretenimientos típicos de los casinos. Otros prefieren elegir números y esperar suerte en la lotería. Ese fue el caso de Jack Whittaker, un estadounidense oriundo de Virginia Occidental, quien se detuvo en una estación de servicio, compró un boleto por 100 dólares y vio cómo su vida cambió para siempre.
El premio histórico
Corría la víspera navideña del año 2002, y el premio acumulado de la popular lotería norteamericana, Powerball, marcaba una cifra de 314.9 millones de dólares. Aunque no jugaba habitualmente, semejante número hizo que Jack participara. Así fue como la Navidad del 2002 le trajo a este hombre mucho más que regalos. Tras elegir el premio en efectivo (y no el anual de 314), y pasar por la reducción de impuestos, Whittaker se llevó a su casa la cifra de 113.386.407 dólares.
A pesar de comprometerse a donar parte de su dinero a organismos benéficos, como la Iglesia de Dios, y a abrir su propia fundación para familias necesitadas, la suerte de Jack sería totalmente contraria a la que tuvo cuando ganó el premio. Le obsequió una casa y un vehículo nuevo a la persona del lugar que lo atendió y le vendió el boleto de la victoria. Sin embargo, ninguno de estos actos evitaría el trágico destino del hombre.
Robos sospechosos
Jack era un asiduo cliente de un club de desnudistas ubicado en Virginia Occidental, su lugar de residencia. Una de las noches que acudió allí, poco antes de cumplirse el año de su histórico triunfo, sufrió el robo de 545 mil dólares que llevaba en su vehículo. No quiso dar explicaciones de por qué tenía tanto efectivo en el automóvil. Poco después, se conoció un supuesto complot de algunos empleados dentro del club para robarle. Y, aunque ese robo no se concretó, sí lo hizo el de enero de 2004, cuando otros ladrones volvieron a su auto para llevarse 200 mil dólares.
El dinero no soluciona tragedias
La mala fortuna de Jack continuaría en aspectos poco relacionados con el dinero. Esta vez, la protagonista fue la nieta favorita del hombre, llamada Brandi Bragg. Su novio de 18 años, Jesse Tribble, fue encontrado muerto en la casa de los Whittaker, tras un cóctel y una sobredosis de drogas.
Como si fuera poco, tres meses después, en diciembre del 2004, la propia Brandi fue hallada muerta, envuelta en una lona de plástico y también con drogas en su cuerpo. Los investigadores no pudieron establecer la causa de muerte, ni mucho menos a los culpables. Aparentemente, se estableció que los jóvenes conseguían las drogas con el dinero de Jack, lo que llevó al hombre a declarar públicamente que la lotería había arruinado su vida.
Lo que el viaje te da, te lo quita
Los eventos desafortunados no pararon en la vida de Whittaker. A poco más de 6 años de su histórico premio, la que falleció esta vez fue su hija. Ginger Bragg tenía 42 años y era la madre de Brandi. La encontraron sin vida en Daniels, región de Virginia Occidental, y no se dieron explicaciones del suceso. Al tiempo de todas estas tragedias familiares, Jack cayó en el alcoholismo y su esposa lo abandonó.
Además, el 2 de diciembre del 2016, la casa de Whittaker ubicada en Bland, Virginia, ardió en llamas. Aunque esta vez no hubo víctimas fatales, el hogar se destruyó por completo y no contaba con ningún seguro. Después de la enorme suerte de ganar un premio histórico en la lotería, la cadena de eventos desafortunados de Jack sólo pudo detenerse con su muerte, la cual llegó el 27 de junio del 2020.