Disparó sin piedad contra niños y maestros porque no le gustan los lunes (+Video)
Brenda Spencer, quien era una joven introvertida y con problemas de aprendizaje, terminó condenada a cadena perpetua por disparar 36 proyectiles, a sangre fría, en contra de niños y maestros de la escuela Cleveland Elementary School. “No me gustan los lunes. ¡Son tan aburridos! Solo lo hice para animarme el día”, explicó.
Su explicación del hecho fue escalofriante: “No me gustan los lunes. ¡Son tan aburridos! Solo lo hice para animarme el día”.
La joven, de 16 años, asesinó a dos personas e hirió de gravedad a ocho con un rifle Ruger semiautomatico, calibre 22, con mirada telescópica, el cual le había obsequiado su papá como regalo de Navidad.
Una joven ‘aburrida’
En la mañana del lunes 29 de enero de 1979, en el estado de California, Brenda Spencer tomó la determinación de disparar contra los niños que esperaban a la entrada de la escuela.
Según reseñaron los medios locales que siguieron el caso en ese entonces, ella tomó como referencia la ventana de su cuarto, desde la cual se veía el colegio a la perfección.
“Vi a los niños como patos que andaban por una charca y un rebaño de vacas rodeándolos, así que eran blancos fáciles para mí”, aseguró durante el juicio.
Las víctimas mortales fueron Burton Wragg, director de la institución, y Mike Suchar, vigilante del lugar, quienes intentaban proteger a los alumnos de la balacera.
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Brenda tenía antecedentes delictivos por robo, consumo de drogas y un particular gusto por las armas. Además de esto, por su violencia y agresividad, decidieron internarla en un centro para enfermos mentales, pero su padre, Wallece Spencer, se opuso.
Después de ser condenada a prisión le diagnosticaron un importante daño cerebral, al parecer causado por un accidente de bicicleta que tuvo cuando era más joven.
También detectaron en ella un comportamiento antisocial y lleno de complejos. Odiaba su aspecto físico, caracterizado por el cabello rojo, pecas, tez blanca, delgadez y miopía.
El fiscal del condado de San Diego la describió como alguien con “incapacidad para lidiar con el estrés y una inclinación desmesurada a actuar con ira”.
Spencer fue diagnosticada por psiquiatras con una lesión en el lóbulo temporal del cerebro, lo que explicaría su agresividad.
Después del acto, tras seis largas horas de negociación con la policía, la convencieron de rendirse mediante una insólita oferta: le ofrecieron una hamburguesa de Burger King por detener su salvaje tiroteo.
En el juicio, ella misma aseguró haber consumido alcohol y drogas antes del crimen, sin embargo, las pruebas indicaron lo contrario. El testimonio de un amigo de ella afirmaba que quería ser francotiradora, solía cazar pájaros y que “planeó la matanza para salir en televisión”.
Fue juzgada como adulta, condenada a cadena perpetua revisable después de cumplir 25 años en prisión luego de tener 18 años.
Ella cumple condena en la Institución Penitenciaria de Mujeres de Chino, en California.
En 2001 demandó a su padre por abuso sexual y violencia, pero no se ha podido comprobar nada.
En las tres audiencias para solicitar la libertad condicional (2001, 2005, 2009), la respuesta ha sido negativa, ya que aún la consideran un peligro para la sociedad.
En 2019 se dispuso que su siguiente audiencia sería en septiembre de este año. Dentro de algunas semanas.
Con los 59 años de edad de la infame protagonista, y 43 años después del fatídico lunes, el caso de Brenda Spencer sigue llamando la atención de los medios.
Incluso, la canción ‘I don’t like mondays’ (No me gustan los lunes), interpretada por el grupo The Boomtown Rats está inspirada en la matanza.
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Con información de Noticia al Día