Limpia tu casa con buena energía y utiliza estas técnicas de Feng Shui

El sitio web Clarín indica que la energía Yin de las estaciones frías desacelera el ritmo de la vida en la naturaleza. Las plantas entran en un estado latente y los animales cambian sus conductas para administrar mejor sus recursos vitales, muchos de ellos hibernan. Mientras tanto, el ser humano debe continuar con sus obligaciones diarias, haga frío, llueva o truene, haciendo muchas veces caso omiso a sus necesidades biológicas y psicoemocionales.

La casa en invierno adquiere un papel protagónico en nuestras vidas, pasamos más tiempo en ella al resguardo de las bajas temperaturas y los días menos luminosos. Así es que por estos días se vuelve más evidente la necesidad de la vivienda como refugio. Sin embargo, si nuestro hábitat no se encuentra saludable y en armonía la puede dejar de ser un aliado.

¿Qué aire respiras en tu casa?

Es importante prestar atención a algunos aspectos de la calidad ambiental del hogar. En invierno, los espacios cerrados muy calefaccionados se resecan y favorecen la aparición de problemas respiratorios, alergias, sequedad de piel y mucosas. Cuanto mayor es la temperatura ambiente, menor es la humedad. Los ambientes calurosos y secos reducen nuestras defensas ante los microorganismos ambientales, pero además favorecen la acumulación de iones positivos en el aire.

Los iones son moléculas que están en la naturaleza (incluido nuestro organismo) que han ganado o perdido una carga eléctrica. Por lo tanto, pueden ser positivos o negativos. Lejos de lo que podría parecer, los iones “positivos”, llamados protones, en exceso resultan dañinos para el bienestar general de los seres vivos. Los ambientes cerrados, secos, con tecnología las 24 horas (computadoras) suelen fácilmente sobrecargar el ambiente y desvitalizar nuestro campo electromagnético.

En cambio, los ambientes ionizados con mayor presencia de iones negativos, mejoran la calidad el aire, reducen la contaminación ambiental, elevan nuestras defensas y nos relajan. Es la explicación de por qué un buen Feng Shui con fuentes de agua, ambientes aireados y plantas, da bienestar, por lo bien que le hace al cuerpo y a la mente estar en éstos.

En casa, especialmente en invierno, tenemos que buscar ionizar negativamente las habitaciones, ventilarlas todos los días un rato abriendo las ventanas y las puertas para que haya circulación de aire, en las horas de menos frío.

La presencia de plantas en la casa, además de alegrar el hogar brindándonos sensaciones positivas, ayuda a equilibrar la humedad ambiental, y mejora la calidad del aire al absorber el dióxido de carbono que exhalamos al respirar. También existen humidificadores con ionizador incorporado que generan iones negativos, equilibrando la humedad del ambiente.

¡Ventila, ventila!

Al ventilar la casa todos los días, oxigenamos el aire, ayudamos a regular la humedad, aumentándola si el ambiente está seco o disminuyéndola si se condensa vapor. También es beneficioso ventilar porque se eliminan las partículas y gases generados por los sistemas de calefacción, el humo de los cigarrillos o el generado al cocinar; así como las partículas de polvo y los microorganismos.

Casas activadas con buena energía

Una vez mejorada la calidad del aire que respiramos, es importante mantener la casa limpia y ordenada, con la menor cantidad de cosas dando vueltas a la vista. Esta es una premisa básica del Feng Shui para poder sentirse más a gusto en casa y permitir que la energía fluya armoniosa y no se estanque generando bloqueos del Qi.

Es clave también generar estímulos visuales, olfativos, sonoros, positivos que eleven el Qi y a la vez nos mantengan de bueno humor, serenos, sin irritabilidad.

Algo que no falla para sentir la casa alegre y activar un buen ánimo es recurrir a los aromas naturales de los cítricos. No hay que utilizar productos sintéticos que son más económicos pero pueden irritar las mucosas y no contienen las propiedades terapéuticas ni energéticas de los insumos naturales como son los aceites esenciales puros no adulterados. El aroma de los cítricos es antiestrés, combate la fatiga y la depresión. Los de tono dulzón como el de la mandarina también ayudan a conciliar mejor el sueño.

En esta época del año es buen momento para revisar la paleta de colores de la casa, si hay energía cromática deteriorada por el paso del tiempo o la suciedad. A veces, el solo hecho de renovar acolchados y fundas con telas de colores firmes, cálidos y alegres, ya eleva la baja vibración de un ambiente. Por supuesto, las paredes descascaradas, sucias o desgastas contribuyen a deprimir aún más el Qi de una estancia.

Un aspecto crucial es la iluminación. A veces las lamparitas tienen un envejecimiento prematuro que les hace perder brillo e intensidad. La luz tenue deprime el Qi y la brillante lo levanta de inmediato. No dejes en penumbras tu casa, esto se vuelve esencial especialmente en días poco soleados y fríos.

Los sonidos ambientales también juegan un rol en el Feng Shui. Si dejás tu casa en silencio absoluto (exceso de Yin) o con música estridente o el televisor a alto volumen (exceso Yang) estás provocando desequilibrios energéticos que impactan en el sistema nervioso y en las emociones.

Lo ideal es que la casa brinde energía sonora armononiosa, música suave y alegre, grabaciones con sonidos de la naturaleza (cascadas, canto de aves, olas de mar). Siempre hay que tender a balancear los extremos para lograr un equilibrio y no perder registro de los estímulos porque se corre el riesgo de naturalizar aquellos que están provocando daño y omitir aquellos que nos benefician.

Las ventanas son estratégicas para cuidar el Qi interior. Lo ideal es tener persianas y cortinas para poder regular el intercambio de energía con el exterior. Las ventanas sin protecciones nos dejan más expuestos a los factores climáticos, a las energías hostiles del entorno, y al ingreso del Qi nocturno.

En algunas viviendas, los espacios abiertos, si los hay, pasan desafortunadamente a un segundo plano durante las estaciones frías. Este es un grave error porque cuando la energía de balcones, patios y terrazas se debilita y se corrompe deja de proteger a la casa, pierde vitalidad e irradia un Qi pésimo.

Así que en invierno más que nunca hay que mantener bien nutrido el Qi de estos espacios, pintar las paredes si están descoloridas, renovar macetas, decorarlas con colores alegres, realizar la limpieza periódica de hojas y suciedad, hacer el mantenimiento necesario de las plantas, ya que si se enferman también es mala señal para el hogar.

Se recomienda mantener iluminados por la noche estos sectores del exterior. Los cristales facetados y los carrillones en los marcos de las aberturas de acceso ayudarán a mejorar la calidad transición energética entre el adentro y el afuera.

Niños y adolescentes en espacios saludables

Durante el invierno, y en condiciones actuales de pandemia, la permanencia de los hijos adentro de la casa conectados a la tecnología es un problema a resolver.

Siempre recomiendo involucrar a los hijos en algunas de las mejoras de la casa para que se sientan partícipes y tenidos en cuenta. Es importante que pautarles los tiempos de tecnología, y realizar ventilación frecuente de sus habitaciones, apagando módems durante la noche para no exponerlos a la contaminación electromagnética.

Tratemos de erradicar de sus dormitorios los símbolos e imágenes negativas. El uso de cristales facetados, carrillones en ventanas, algunas gemas o pirámides, suelen ser bien aceptados por los adolescentes y los niños. Familiarizarlos con activadores de buena energía, como mandalas, adornos o cuadros de significado positivo hará que vayan internalizando pensamientos y emociones saludables. También funciona el uso de pizarras con frases inspiradoras o graciosas que ellos mismos puedan elegir o nosotros obsequiarles.

El orden en la habitación de los hijos se logra destacando sus esfuerzos aunque parezcan pequeños para lograr el orden y el aseo de sus dormitorios. Facilitales esta misión sectorizando el cuarto con muebles o cajas organizadoras coloridas.

Los aromas frescos de aceites esenciales son de gran ayuda para el humor, así que podemos darles a elegir algunas alternativas naturales de aromatizantes.

Los que se animen pueden encarar un plan de remodelaciones como pintar o reciclar muebles junto a sus hijos.

Rescatemos lo bonito que tiene cada estación, por ejemplo en invierno, disfrutamos más de los platos calientes de guisos y sopas coloridas, en torno a una mesa cálida. Como no hace calor, es la temporada ideal para usar el horno, ¿hay algo más reconfortante que el aroma a pan o manzanas horneándose que inunda la casa?

Los rayos de sol que se cuelan por la ventana se disfrutan a pleno en invierno, así como una buena peli bajo una manta abrigada. Ante todo la gratitud por el cobijo que da la casa y por el milagro de despertar todos los días es lo que debemos ejercitar como rutina. La gratitud es una gran generadora de próspera felicidad y salud.

Fuente: Clarin.com – Home

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