Este es Chen Si, el ángel guardián que custodia el “puente de los suicidios” en China (+Fotos)

Imagen referencial. Fuente: La Patilla

En una mañana gris y lluviosa, Chen Si patrulla el puente de Nankin que cruza el Yangtsé, para evitar que las personas desesperadas salten a las aguas turbulentas de este río, el más largo de China. Este puente es un orgullo de China, pero registra el triste récord mundial de suicidios.

Chen Si lo recorre todos los fines de semana desde hace 18 años. Su misión: convencer a las personas que quieren suicidarse de que no lo hagan. Ha salvado a cientos de ellas, lo que le ha valido en la prensa local el apodo de “Ángel de Nankin”, el nombre de la gran ciudad del este del país.

Con un cigarrillo en una mano y una cantimplora con té verde en la otra, el cincuentón no cree que sea para tanto. “No soy un ángel. Solo intento aportar un poco de luz a quienes están en la oscuridad”, explica a la AFP.

La vida de Chen cambió cuando a sus 22 años vio a una joven llorando que se iba a tirar al vacío. Chen Si empezó a hablar con ella y la convenció de que no lo hiciera.

Era una trabajadora migrante, como él, que como nació en una familia pobre no tiene dificultades para identificarse con los que quedaron marginados del boom económico chino.

Les explico que yo también soy una persona corriente. Que todos tenemos problemas y que ellos pueden superarlos“, explica este hombre, al que le gusta leer a Freud.

Desde su primer rescate, el hombre calcula haber librado del abismo a 412 personas, prácticamente una cada dos semanas. Entre ellos, un hombre corpulento al que subieron al puente entre varios y otro acribillado de deudas por valor de millones de yuanes.

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Unas experiencias difíciles. Aunque ha aprendido a blindarse, a menudo acude a los templos para aliviar el alma. “Antes tenía pesadillas con los que no conseguía salvar“, dice.

Cuando se inauguró en 1968, el puente gigantesco fue presentado como una hazaña de ingeniería china durante la era maoísta. Entró en el Libro de los Récords como el puente de dos pisos (uno para trenes y otro para automóviles) más largo del mundo.

Este puente es un orgullo de la ingeniería de China, pero registra el triste récord mundial de suicidios.

En la actualidad batiría un récord menos envidiable: el del número de suicidios, después de haber superado hace unos años el balance del Golden Gate Bridge de San Francisco.

“A veces, cuando inspeccionamos el puente por la mañana, encontramos un zapato de tacón alto o un teléfono móvil con una nota escrita a mano“, cuenta Zhang Chun, miembro de una asociación local.

Ya no los contamos, pero sabemos que se han perdido al menos 3.000 vidas” en el puente de Nankin, según Zhang. Una cifra subestimada debido a la cantidad de personas que desaparecen sin dejar rastro.

Según cifras oficiales, la tasa de suicidios cayó en 2019 a 5,29 por 100.000 habitantes (frente a 13,56 en 2000), la mitad de la registrada por Estados Unidos.

Las cifras

Pero los problemas psicológicos han aumentado en China en las últimas décadas, según un estudio de la revista médica británica The Lancet publicado hace dos años.

Los autores mencionaban los cambios rápidos en la sociedad china, que causan estrés a quienes no logran adaptarse. El país también sufre de escasez de psicólogos, según otros estudios.

Chen Si no constata que haya menos suicidios en el puente de Nankin. Como ayuda reclutó a voluntarios, en particular estudiantes de psicología a los que aconsejo cómo hay que lidiar con las personas desesperadas.

Actualmente, el puente de Nankin batiría un récord menos envidiable: el del número de suicidios, después de haber superado hace unos años el balance del puente Golden Gate de San Francisco.

Lo único que podemos decirles es que hay personas que no pueden vivir sin ellos“, explica. En la ciudad, Chen Si transformó una pequeña oficina en un dormitorio, donde puede alojar hasta cuatro personas que no saben dónde pasar la noche.

Reconoce que tuvo que sacrificar su vida familiar por su misión, que cumple además de su trabajo cotidiano. Y no se detendrá hasta el día en que ya no tenga fuerzas para llevar a la gente al buen lado de la barandilla.

No puedo salvarlos a todos. Cuando está más allá de mis fuerzas, los dejo en manos de los dioses“.

Con información de La Patilla

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