Poder adquisitivo impide a venezolanos consumir carne, advierte Fedenaga

La Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), a través de su presidente, Armando Chacín, advirtió que el pobre poder adquisitivo de los trabajadores impide el consumo de carne a los venezolanos.

“La carne de Venezuela es la más económica de latinoamérica y de muchos países del mundo”, expresó Chacín este lunes 15 de marzo en una entrevista telefónica con EFE. “Hay un tema de escaso poder adquisitivo que ha hecho bajar el consumo proteínico de los venezolanos”, añadió.

La desilusión se dibuja en el rostro de la obrera María Ponte cuando sale de una carnicería en Petare. Entró con la esperanza de que hayan bajados los precios para tener la oportunidad de comer carne por primera vez este año 2021.

“Yo tengo más de 3 meses que no me como un pedacito de carne”, dijo Ponte en entrevista con la agencia de noticias EFE. «Fue un bistec que nos comimos el hijo mío y yo. Y somos dos personas nada más en casa», agrega.

María Ponte contó que terminó saliendo del comercio cargando varios kilos de piel de pollo, con los que fabrica su propio aceite para freír huevos y arepas.

En otro punto de Petare, la pensionista Encarnación Almarza tuvo mejor suerte y logró compra varios kilos de carne. Sin embargo, aclaró que la carne no es para comer en su casa, sino para preparar los pasteles rellenos que vende cada día para generar ingresos.

Casos como el de María Ponte y Encarnación Almarza se repiten cada vez más en Venezuela, un país que atraviesa una crisis económica, política y social.

En Venezuela, el salario mínimo es de 1.800.000 bolívares, que equivalen a poco menos de un dólar, de acuerdo con la tasa de cambio oficial del Banco Central.

Cerca de siete millones de personas entre empleados públicos y pensionistas perciben estos ingresos, aunque el gobierno de Nicolás Maduro asegura que este grupo también ingresa más dinero a través de diversos planes de ayuda social mediante bonos del carnet de la patria.

Pensionistas y empleados públicos consultados por EFE aseguran que sus ingresos no superan, en el mejor de los casos, los 10 dólares por mes, mientras que el kilo de carne se consigue entre 4 y 6 unidades de la moneda estadounidense, un precio que se podría considerar barato en otros países, pero no en Venezuela.

Tres kilos per cápita

Esta realidad, explica Chacín, provocó que el consumo de carne se desplomara en Venezuela y pasara de más de 65 kilos per cápita en 1999 -el año en que subió al poder el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013)- a solo 3 en 2020.

“En Fedenaga entendemos que hoy en día no hay capacidad para consumir la matanza que estamos produciendo en el país, pese a que es baja”, prosigue Chacín.

El directivo señala que la producción ganadera de Venezuela apenas cubre el 40 % de los requerimientos de acuerdo al tamaño de la población, estimada en unos 30 millones de personas. Sin embargo, más que escasear, la carne sobra en los supermercados venezolanos.

“El gran drama del ciudadano venezolano es que tiene la carne más barata de Latinoamérica, pero no se la puede comer. No tiene el poder para comprarla”, indica Chacín.

Como consecuencia, muchos han comenzado a variar sus dietas dejando fuera las carnes, un producto del que históricamente conseguían el hierro que necesita el organismo.

Este panorama ha impulsado a los ganaderos venezolanos a solicitar que se aprueben permisos por parte del Estado para exportar el ganado que está listo para pasar a matadero.

Aunque Chacín reconoce que para la exportación hace falta más que la autorización del gobierno de Nicolás Maduro, en vista de que el país no tiene la certificación de vacunación contra la fiebre aftosa.

“Si comenzamos a vacunar el ganado hoy mismo, en cuatro años podríamos estar exportando. Como se ve, respecto a los países de la región, estamos en desventaja”, concluyó.

 

Con información de El Pitazo

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