La triste historia del futbolista rechazado de la selección de Inglaterra por su color de piel que terminó limpiando botas

Imagen referencial. Fuente: La Patilla

El mundo era muy diferente por aquel entonces. A comienzo del siglo XX, Inglaterra era sinónimo de prosperidad, producto de una potencia industrial que aseguraba un futuro a más de 40 millones de habitantes, cuya paz se mantenía relativamente estable gracias a la aún lejana Gran Guerra, que ni siquiera se avizoraba por ese entonces. Pese a ser una tierra de oportunidades, en donde la esclavitud ya se estudiaba en las escuelas, Gran Bretaña era aún un territorio desigual en donde los privilegios de la clase alta y blanca se hacía sentir en cada esquina y en donde la población afrodescendiente, que en su enorme mayoría era parte de la fuerza obrera, vivía acostumbrada a la marginalidad que pronto daría origen a movimientos sociales revolucionarios que buscaban igualdad de derechos.

En ese contexto nació el pequeño John Francis Leslie, más adelante conocido como Jack. El bebé que vio la luz en agosto de 1901 trajo alegría a la costurera Annie y al ciudadano jamaiquino John Francis, quien se ganaba la vida como obrero instalador de gas en Londres. Con el correr de los años, lo que parecía ser un hobbie se convirtió en una pasión para el joven que pasaba sus días pateando un balón en la calle. Así fue que durante su adolescencia, mientras el mundo se enfrentaba en una sangrienta guerra, él encontró un lugar en el humilde Barking Town.

El club de Londres le abrió las puertas y en 1920 ayudó a la conquista de la Essex Senior Cup. Sus más de 250 goles llamaron la atención del Plymouth Argyle, que le ofreció un contrato profesional a él y a dos de sus compañeros. El equipo militaba en la tercera categoría en un país que ya hacía más de 30 años que ofrecía salarios a los practicantes del balompié y que había convertido al fútbol en una industria pujante.

En ese humilde conjunto, el wing izquierdo se destacó rápidamente gracias a su velocidad y capacidad goleadora. Pese a sus grandes actuaciones, el equipo quedó segundo en la tabla en seis torneos consecutivos y no pudo ascender, debido a que el boleto de subida era reservado solamente para el campeón.

Si la vida cotidiana no era sencilla para los descendientes de africanos, los campos de juego eran terrenos aún más hostiles. “Solía recibir muchos abusos en los partidos. ‘Aquí, negro, te voy a romper la pierna’, gritaban“, recordó, en 1978 durante una entrevista con Brian Woolnough en ITV.

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Según los registros de la época, él era uno de los dos únicos jugadores afrodescendientes que había en toda la Football League. El otro era Eddie Parris, quien en 1931 fue el primero de su raza en ser convocado por la selección de Gales. Leslie también tuvo su oportunidad, en 1925, cuando su entrenador, Bob Jack le informó que su nombre estaba entre los citados para un duelo ante Irlanda en Belfast.

En esos años no había un director técnico que decidiera la convocatoria, sino que el armado de la lista era tarea de un comité que respondía a la Asociación de Fútbol. “Todos en el club lo sabían. La ciudad estaba emocionada. En aquellos días, semejante noticia era una gran cosa para un pequeño club como el Plymouth, tener un hombre llamado para Inglaterra. Estaba orgulloso”, contó en aquella entrevista en The Big Match de ITV.

Sin embargo, días después de la explosión de algarabía en su tierra natal, todo cambió. “De repente todo el mundo dejó de hablar de eso. Luego, los periódicos salieron un día después y Billy Walker de Aston Villa estaba en el equipo, no yo. No pregunté directamente. Pude ver por sus caras que era incómodo“. Es que la federación había enviado a un testigo que verificara lo que se rumoreaba: Jack Leslie era negro. Su color de piel fue motivo suficiente para que se tomara la decisión de que su nombre se mantuviese en las reservas y no pasara nunca al primer equipo.

Como aún no se habían incluido las sustituciones en el reglamento (aparecieron en la década del 50), tampoco existían los suplentes, por lo que sólo se nombraban titulares y reservas, quienes eran sumados al equipo si alguno de los otros futbolistas sufría una lesión. El atacante que era descrito en los diarios de la época como un jugador “versátil”, según recuperó el sitio Morning Stail la semana pasada, se quedó por lo tanto en Londres.

“Nadie me lo dijo oficialmente, pero esa tuvo que ser la razón. Deben haber olvidado que era un chico de color. Descubrieron que era un moreno y supongo que fue como descubrir que era extranjero“.

El destino pareció guiñarle un ojo cuando el izquierdo Sam Wadsworth se lesionó un codo, 15 días antes del partido de la selección inglesa, pero su lugar fue ocupado por Francis Hudspeth, un futbolista de 35 años que militaba en el Newcastle United y nunca había integrado el combinado nacional. El encuentro finalmente terminó 0-0 y como si fuese una broma, esa misma tarde Leslie festejó dos goles en la victoria de Plymouth en su estadio por 7-2 sobre el Bournemouth, que fue presenciada por más de 10 mil espectadores.

Leslie jugó toda su carrera en el mismo club, con el que ascendió a la segunda categoría del fútbol inglés en 1930, llegó a ser capitán del equipo y marcó 137 goles. Uno de los grandes logros de aquel plantel fue haberle ganado nada menos que al Manchester United en la FA Cup por 4 a 1, aunque luego cayó ante el Arsenal por 4 a 2 y él marcó uno de los tantos.

Los salarios que se pagaban en esa época le impidieron al goleador descansar luego de su retiro en 1934, por lo que en los años posteriores se ganó la vida trabajando en una taberna en Cornwall y también fue caldero en East London. Para la década del 60, consiguió un lugar en el West Ham United como utilero en donde se desempeñó algún tiempo lustrando calzado y pudo al menos volver a respirar el olor a césped y vestuario hasta que murió en 1988.

Hasta el día de hoy la FA ignora la historia de Jack Leslie, debido a que nunca llegó a vestir la camiseta inglesa, pese a haber sido convocado como reserva. En su lugar, reconoce a Benjamin Odeje como la primera persona afrodescendiente en haber integrado el seleccionado a cualquier nivel, tras haber sido parte de un equipo juvenil que en 1971 se midió ante Irlanda del Norte en Wembley.

A casi 100 años de su citación, los aficionados del Plymouth Argyle lograron recolectar las 100 mil libras necesarias (USD 130 mil) para construir una estatua en su homenaje, debido a que hasta el día de hoy sigue siendo el único al futbolista de la institución que fue llamado al seleccionado inglés.

Los aficionados del club hicieron una campaña para colectar fondos y construirle una estatua a Jack Leslie.

La tatara nieta de Jack Leslie junto a la placa que brilla en el estadio del Plymouth Argyle.

Con información de La Patilla

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