Muere bebé tras caer por un barranco en La Guaira (+Detalles)
Un bebé de dos años perdió la vida tras sufrir graves fracturas cuando cayó por un barranco en el terreno de la vivienda que cuidaba su madre, en el sector Manuelita Sáenz de La Soublette, en La Guaira
La madre y el niño se disponían a tomar un baño, el pasado viernes en la tarde cuando ocurrió la desgracia.
Allegados relataron que el lamentable hecho ocurrió cuando la madre, Angélica Urbina, de 22 años de edad, se disponía a tomar un baño junto al pequeño. En ese momento tocaron la puerta y Angélica fue rápidamente a ver quién era. Al regresar notó la ausencia.
Desesperados, vecinos de la parte baja donde cayó el niño, gritaron a la madre, quien quedó en shock. El niño fue trasladado hasta el hospitalito por un funcionario de la policía que transitaba por la zona.
Al llegar, los galenos le brindaron los primeros auxilios, pero en vista de que no había insumos para darle una atención completa, solicitaron una ambulancia para llevarlo a Provesalud y practicarle una tomografía.
La ruta continuó hasta el Seguro de La Guaira donde fue rechazado, por lo que debía esperar una ambulancia equipada de la Secretaría de Seguridad Ciudadana para llevarlo a Caracas, ya que la unidad que utilizaban no contaba con oxígeno.
Pudo haberse salvado pero no resistió el ruleteo
Un familiar informó que el niño fue ruleteado de hospital en hospital, ya que por su condición delicada no lo querían aceptar y porque también había casos de Covid. En primera instancia, la madre llegó hasta el Pérez Carreño, luego al Hospital Vargas, Universitario y luego al J. M. de los Ríos pero al igual que en La Guaira, fue rebotado. Con el afán de recuperarlo, la madre decidió regresar al Pérez Carreño, pero como había pasado muchas horas sin atención, murió a su llegada.
El pariente indicó que el niño era hijo único y su madre, quién estudia y trabaja en el Aeropuerto de Maiquetía, todo lo que hacía era para garantizarle un mejor futuro. Hasta el momento el cuerpo del pequeño no ha sido entregado, reseña La Verdad de Vargas