Conozca la leyenda detrás de la Montaña de Siete Colores de Perú

Foto: Archivo.

La Montaña de Siete Colores, también llamada Montaña Arcoíris o Montaña de Colores, es un cerro ubicado a 100 kilómetros al sur de Cusco, en Perú.

El monte se encuentra en la Cordillera del Vilcanota a 5.200 metros sobre el nivel del mar, en el distrito de Pitumarca y recibe el nombre nativo de Vinicunca o Winikunka.

Sus laderas y cumbres están teñidas por unas franjas de intensos tonos de fucsia, turquesa, lavanda y dorado, los cuales se deben a “una compleja historia geológica de sedimentos marinos, lacustres y fluviales”, según un informe de la Oficina de Paisaje Cultural de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco.

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Sin embargo, estas impresionantes montañas tienen su leyenda, la cual es contada por lo habitantes del lugar, quienes aseguran que la historia comenzó con la llegada a Purmamarca de un enviado del antiguo Incario, un viejo Qallahuaya, que viajaba por los poblado y llevaba medicinas y curaba a los enfermos, en sus visitas en estas comarcas conoció a una joven llamada SumaqWara que significa Estrella Hermosa, Esta mujer estaba embarazada, el anciano toco su vientre y le dijo: “Tendrás un varón fuerte y honesto, el estará Al servicio de todo su pueblos, debes de tejerlo un poncho que tenga los colores del arco iris, se la darás cuando creas y ya sea un hombre”.

Foto: Cortesía.

Para teñir los pigmentos de la lana de la llama le entrego pigmentos minerales, semillas, cortezas y semillas de diferentes lugares, antes de marcharse el viejo le advirtió: «El Poncho que harás para tu hijo, tendrá poderes mágicos solo debes tejerlo con mucho amor», mientras la joven esperaba el nacimiento de su hijo tejía el poncho de colores, con ayuda de su esposo, juntos hilaban y tejían los hilos que años después vestiría su hijo, los días siguieron, hasta que un día nació el niño, sus padres estaban felices, y le pusieron de nombre Viltipoco, el pueblo de Purmamarca vivía pacíficamente entre las fechas de siembra y cosecha. Todo era armonía. El niño Viltipoco había crecido. Ya era un hombre, una tarde en presencia del pueblo su madre le dijo: ”Tejí este poncho con todo mi amor, lo tejí con los colores del arco iris, lo hice desde que tú estabas en mi vientre, para que te cobije cuando lo necesites, su madre le entrego el colorido poncho, el joven se lo puso inmediatamente, la gente conmocionada lo aclamaba, un día de aquellos, en los que los fuertes vientos cubren el cielo, llegaron al fin estas noticias, que unos hombres, de barbas largas y vestidos de metales se aproximaban por el valle sur, y montados en vestías desconocidas llegaron desde los mares. Y se encontraban a orillas del río Sivi Sivi construyendo poblados y apropiándose de esas tierras. Viltipoco no tardo en unir a sus hermanos de Purmacarca, y a lo largo de la cordillera de los andes. Logro reunir a más de 10 mil valientes guerreros que estaban dispuestos a dar la vida en defensa de su tierra. Pero el jefe de los conquistadores llamado Don Francisco de Argañarasi Murilla, se había enterado de aquella rebelión, Dirigiéndose a sus compañeros les dijo: “Rápido, reunir a los mejores soldados y preparad los mejores caballos, partiremos rumbo al norte”.

Foto: Cortesía.

Al llegar a las a fueras de Purmamarca, se escurriendo entre las sombras nocturnas, como bestias al asecho de sus presas, de repente encontraron a Viltipoco al frente de un árbol de algarrobo, casi en silencio se lanzaron sobre él. A pesar de estar rodeado, Viltipoco muy valiente se defendía. Pero un golpe que había recibido en el cuello lo dejo tumbado en el suelo. Siendo así que Viltipoco es llevado prisionero por los españoles, su madre sin consuelo y afligida, apretaba en su pecho el poncho que había tejido para su hijo y pensaba que ya no lo iba a volver a ver, cuentan que por esa noche de verano se desato una gran tormenta eléctrica, con truenos y rayos, a la que sucedieron fuertes vientos, y en tremendo aguacero creció el flujo del río. Cuando amaneció la tormenta había cesado, ese día más que nunca el cielo estaba adornado con un hermoso arco iris y el cerro que antes era colorado había cambiado de color, en él se veían los colores del poncho de Viltipoco, los asombrados purmamarqueños reconocieron esos colores pintados en sus laderas, la profecía del viejo Qallahuaya se había cumplido, el poncho de Viltipoco protegería para siempre al pueblo de Purmamarca.

Foto: Cortesía.

Con información de Cerrodelossietecolores.com

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