Lo que reveló ex guardaespaldas de Cilia Flores a EE. UU. que puede servir para acusarla

Imagen referencial. Fuente: Maduradas

Hace cuatro años, una figura poco importante en el liderazgo venezolano fue arrestada en Colombia y extraditada a Estados Unidos para enfrentar cargos por narcotráfico. Demostró ser una importante captura.

El hombre, Yazenky Lamas, trabajó como guardaespaldas de la persona que muchos consideran como el poder detrás del trono de  Nicolás Maduro: la primera dama, Cilia Flores.

Ahora, con la ayuda del testimonio de Lamas, se espera que Estados Unidos acuse a Flores en los próximos meses de delitos que podrían incluir tráfico de drogas y corrupción, dijeron a Reuters cuatro personas familiarizadas con el caso de la primera dama.

Si Washington prosigue con una acusación, dijeron estas personas, se espera que los cargos puedan provenir, al menos en parte, de una fallida transacción con cocaína y que ya ha llevado a dos de los sobrinos de Flores a un centro penitenciario de Florida.

En una serie de entrevistas con Reuters, las primeras que Lamas ha dado desde su detención, el ex guardaespaldas dijo que Flores estaba al tanto del lío de tráfico de cocaína por el que dos sobrinos fueron condenados por un tribunal de Estados Unidos.  Flores también utilizó su privilegiada posición, dijo Lamas, para recompensar a miembros de la familia con importantes y  bien remunerados cargos en el gobierno, un reclamo respaldado por otros entrevistados para este artículo.

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Hablando detrás de un vidrio reforzado en la prisión de Washington, donde está detenido, Lamas le dijo a Reuters que declara sobre Flores porque se siente abandonado por el gobierno de Maduro, todavía instalado en el poder a pesar de que muchas de sus figuras centrales, incluido el presidente, también han sido acusadas de crímenes.

Me siento traicionado por ellos”, dijo a Reuters.

En el primer interrogatorio de Lamas después de su arresto en Colombia, los agentes de la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), tuvieron una solicitud, según recordó. “Cuéntanos sobre Cilia Flores”, dijeron.

Lamas, que ahora tiene 40 años, pasó cerca de una década custodiando a Flores, primero cuando era legisladora y encabezaba la Asamblea Nacional, luego cuando se convirtió en primera dama. Después de su extradición en 2017, Lamas llegó a un acuerdo con los fiscales estadounidenses, según un documento confidencial del Departamento de Justicia revisado por Reuters. Lamas aceptó cargos de tráfico de drogas y accedió a convertirse en testigo. Ese acuerdo no había sido reportado hasta ahora.

En el acuerdo de culpabilidad, Lamas admitió los cargos de tráfico de drogas y acordó cooperar como testigo en las investigaciones relacionadas con su caso. La orden judicial colombiana que aprobó su extradición, también revisada por Reuters, dijo que Lamas conspiró para enviar cocaína desde Venezuela en aviones registrados en Estados Unidos. Ni la orden judicial colombiana ni el documento del Departamento de Justicia mencionan a Flores, Maduro u otros miembros de la familia.

La información que ha proporcionado a los investigadores, incluidos los detalles sobre el supuesto papel de Flores en el plan de tráfico de drogas de sus sobrinos, es considerada creíble por las autoridades estadounidenses, según las personas familiarizadas con las investigaciones. Mike Vigil, exjefe de operaciones internacionales de la DEA, dijo a Reuters que la DEA le da “gran importancia” al testimonio de Lamas.

Otra de las cosas que dijo Lamas fue que antes de que los dos “narcosobrinos” fueran capturados, los vio en varias ocasiones enviar cargamentos de cocaína en aviones desde el hangar presidencial a las afueras de Caracas. Reuters no pudo verificar si Flores sabía de esos supuestos embarques.

A veces, dijo Lamas, Flores escuchaba a familiares hablar sobre actividades ilícitas, incluyendo a sus sobrinos hablando sobre la transacción de drogas por la cual fueron condenados. Ella sacudía la cabeza, agregó, pero no manifestaba su desaprobación a viva voz. “Cilia sabía todo”, dijo Lamas.

Aparte de Lamas, Reuters entrevistó a más de 20 personas cercanas o conocedoras de Flores. La retratan como una política astuta y sigilosa que ostenta gran parte del poder de la oficina de su esposo, exigiendo reuniones importantes incluso antes que el presidente y negociando personalmente con emisarios extranjeros, legisladores rivales y otros.

Flores buscó concesiones personales en negociaciones con Estados Unidos en los últimos años. Según cinco personas familiarizadas con esas conversaciones, Flores dio instrucciones a los intermediarios de pedir a los enviados estadounidenses la libertad de sus dos sobrinos encarcelados. A cambio, esos intermediarios dijeron que Venezuela liberaría de prisión a seis ejecutivos de Citgo Petroleum, el refinador en Estados Unidos de la empresa petrolera estatal venezolana. Los ejecutivos, detenidos en 2017 en Venezuela y luego acusados por cargos de peculado y legitimación de capitales, entre otros, son considerados como presos políticos por activistas de derechos humanos y muchos en la comunidad empresarial.

Con información de Maduradas

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