La denuncia de los habitantes de Boca de Grita acerca de los supuestos irregulares detenidos: “No son paramilitares”
El pueblo está militarizado y los pobladores atemorizados ante los últimos hechos registrados en esta población fronteriza que comunica al Táchira con Puerto de Santander en Colombia.
«El gobierno llegó y agarró a un poco de muchachos del pueblo y les puso el nombre de paramilitares, pero verdaderos paramilitares ya estaban al otro lado del río», indicó un habitante de la zona que por razones obvias no quiso identificarse.
Según los pobladores de Orope y Boca de Grita, la guardia nacional mantiene una política de amedrentamiento y abuso, bloqueando el paso de vehículos hacia las parroquias limítrofes.
«Los Rastrojos van a regresar con más fuerza, ellos no van a perder el control de este territorio, por el momento fueron desplazados pero ellos no se van a quedar con esa, aquí lo que viene es venganza», añadió el lugareño.
Los vecinos han preferido mantenerse en sus hogares ante el clima de tensión, el comercio en la zona se vino abajo.
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Aseguraron que la guardia nacional ha practicado allanamientos sin orden judicial y se llevó una gran cantidad de vehículos de un estacionamiento privado, cuyos dueños son particulares que no tienen nada que ver con los hechos.
«Todo fue un montaje de Bernal, ellos no han detenido a esos 14 paramilitares que salen en la foto, se llevaron pura gente inocente para mostrar unos resultados que no existen, las armas y las prendas militares las trajeron ellos mismo», agregó.
Los ciudadanos tienen mucho miedo y en la zona hay una especie de toque de queda, las personas temen estar en la calle, que los pongan presos y los vinculen con la organización criminal que mantiene el dominio desde hace años.
En las calles nadie habla de los enfrentamientos, no opinan y ni escuchan, pues hay mucho terror.
«Aquí nos violan los derechos todos los días, le tenemos más miedo a la guardia que a los propios paracos, porque a ellos se les paga y ya», sostuvo.
En el municipio Garcia de Hevia hay alcabalas móviles por todos lados, revisan los carros y hay muchas zonas donde no se permite el ingreso.
Los ciudadanos que habitan ese municipio fronterizo temen que cuando acabe la militarización «Los Rastrojos» comiencen la venganza.
Con información de Caraota Digital