¡Aquí hay gato encerrado! Los misterios detrás de la muerte del custodio de Miguel Rodríguez Torres
El jueves 3 de octubre, a las 11:30 de la mañana, el teniente del Ejército Ángel Miguel Zapata Sánchez, de 24 años y funcionario de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), le dijo a su pareja que sentía “como si le fuera dar fiebre”. Ella le colocó una ampolla de Bral, lo que lo hizo sentirse mejor y llevar su moto al taller. A las 6 y 30 de la tarde tuvo escalofríos y dificultad para respirar. Antes de las 24 horas, el joven estaba muerto.
Había ido a El Nula, una población venezolana en la frontera con Colombia, a visitar a su pareja, de nombre Luz. Luego de llevar la moto al taller, regresó al lado de ella, trayendo consigo un sobre antigripal. Hizo siesta después del almuerzo, sudando copiosamente, y salió nuevamente a buscar la moto.
El Nula, en los llanos venezolanos, es un sitio muy caluroso. De regreso a casa se bañó. A las 6 y 30 aproximadamente le comenzó escalofrío. Luz se apresura a cobijarlo. Los dos pensaron que era un resfriado. “Siento como si me falta el aire y tengo mucho frío”, insiste él.
Su pareja pide ayuda en el pequeño pueblo y lo trasladan al ambulatorio médico. Allí al chequearle la temperatura, le detectan 41 grados de fiebre, por lo que le colocaron Bral y suero. Ángel Miguel empezó a delirar. Le dijo a Luz que la amaba, que no lo dejara nunca. Y empezó a convulsionar.
El ambulatorio, que está ubicado en la vía principal del pueblo, como todos los centros de salud de la zona es muy básico, pero aún así le colocan oxígeno y una ampolla de Diazepan. Posteriormente, ordenando trasladarlo a San Cristóbal en el Táchira.
El joven custodio de Inteligencia es llevado al Hospital Militar Cap. (AV) (F) Guillermo Hernández Jacobsen de San Cristóbal, Táchira, dirigido por el coronel Gerson Moncada. Esa dependencia hospitalaria atraviesa por problemas de personal y suministros. Allí al teniente trataron de quitarle la sedación, pero comenzó nuevamente a convulsionar. “Su esposo está grave. Hay que pasarlo a la UCI”, le dijo el especialista de cuidados intensivos a Luz.
Lo entubaron, le tomaron muestras para laboratorio. Los resultados son alarmantes, en lo que a plaquetas y glóbulos blancos se refiere. Dicen que hay que repetirle los exámenes en un laboratorio privado, cuyos resultados fueron más alarmantes aún. Su mujer espera respuesta, pero en el Hospital Militar solo le dicen que podría ser dengue hemorrágico. Le colocaron cinco unidades de plaquetas. Se habla de llevarlo hasta el Hospital Militar de Caracas, que está a 900 kilómetros, considerando que allí hay mejores equipos y suministros, pero no hubo tiempo para ello.
La doctora Paula Labrador, del Hospital Militar, ordena realizarle TAC de cráneo, Rx tórax y eco abdominal, para lo cual debían trasladarlo a otro centro asistencial, lo cual no llegó a hacerse porque al momento de pretender el traslado, el joven oficial presentó hemorragias por todas partes del cuerpo. Lo estabilizan, pero poco después sufre un paro respiratorio falleciendo a las 4 de la tarde del día viernes 4 de octubre.
Causa de muerte
Es casi un misterio para la familia y amigos de Ángel Miguel Zapata Sánchez, de qué murió realmente el funcionario de la Dgcim, quien era uno de los custodios del exministro y mayor general Miguel Rodríguez Torres, en la cárcel de alta seguridad que la Dgcim tiene en el Fuerte Tiuna. Lo único que queda claro, de todo lo ocurrido, es que no fue de dengue hemorrágico.
El primer indicio es que el patólogo no quería hacerle la necropsia de ley hasta contar con un traje de seguridad apropiado. El personal del Hospital Militar de San Cristóbal habla entre susurros de que pudo ser una bacteria de la cual no saben nada, sólo que sería altamente peligrosa y mortal.
Los resultados del informe médico también son contradictorios, porque describen al joven fallecido como de “piel morena, raza mestiza, con una talla de 1.75 mts y un peso de 90 kg, normocéfalo, cabellos castaños, oscuros, lisos, parcialmente rasurados, frente amplia, cejas abundantes, ojos claros pardos, nariz chata, dentadura completa, cuello simétrico, tórax simétrico…”.
En realidad, su altura era de 1.65 y pesaba 79 kilos. “Mi hermano era un muchacho de ojos verdes, nariz perfilada, catire o sea de piel blanca”, dice José Miguel, el hermano mayor del joven fallecido.
Pero no hay manera de preguntarle al patólogo Víctor Hugo Camargo, porque cuatro días después de la muerte del teniente, fue detenido porque habría tratado de extorsionar a una doctora a quien se le murió una paciente hacía siete meses. Otra casualidad en el caso.
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Revisando la autopsia del joven muerto, que corresponde al número A-122-19, además de la cantidad de datos inexactos en lo que a la descripción del joven se refiere, encontramos que dice lo siguiente:
“Pulmones violáceos, pesados, hinchados edematosos. A la apertura abundante salida de material cero hemático. Flejamiento cardiaco”. Llama la atención que habla de “enteritis hemorrágica severa, colitis hemorrágica severa, esplenomegalia severa, cistitis hemorrágica severa, páncreas edematoso al corte áreas de hemorragia. Necrosis cortico medular renal bilateral hemorrágica. Suprarrenal edematosa con áreas de hemorragia moderada”.
Es así como según ese informe, la causa de muerte fue: “shock séptico, coagulación intravascular diseminada, falla multiorgánica, meningitis bacteriana”.
La necesaria explicación
Luego de la muerte del joven un General se presentó al Hospital Militar y retiró los informes médicos. “La excusa es que debía informar rápidamente a Caracas porque el general Rodríguez Torres presenta los mismos síntomas de Zapata Sánchez. También varios funcionarios habrían convulsionado”.
El teniente fallecido había mencionado que en noviembre un general preso iba a salir en libertad y que él sería la mano derecha de ese oficial.
La familia está conmocionada. La madre y su esposo viajaron desde el Perú donde estaban viviendo para enterrar a su hijo. Lo trasladaron hasta Pedraza, Ciudad Bolivia en el estado Barinas.
“Toda la familia está conmocionada con lo que le sucedió a mi hermano. Buscamos una explicación a su muerte. Ángel murió de forma tan extraña que no nos convence lo que el doctor dice en ese informe”.
El mismo día que el custodio muere en San Cristóbal fue hospitalizado en el hospitalito de Fuerte Tiuna en Caracas el general Rodríguez Torres. A su familia no le dieron mayor explicación: “Tiene dengue”. Pero casi de inmediato procedieron a fumigar y a esterilizar las celdas y áreas de los custodios, les dieron a tomar ciprofloxacina, antibiótico de amplio espectro.
La DGCIM ni los médicos informaron realmente ni a presos, ni a custodios ni a familiares que podrían tener una situación de emergencia ante un contagio de meningitis.
Un médico del Hospital Militar de San Cristóbal explica que “no hay duda, a ese muchacho lo mató la Meningitis, porque independientemente de cómo se tomara la muestra de laboratorio, no va a salir regular cantidad de cocos gram. Eso respalda la causa de muerte que dio el patólogo y además justifica el hecho de que el solicitara dicho traje de protección”.
Finalmente agrega que “la clínica descrita es de meningitis y el sangrado por todos lados es por la cid coagulación intravascular diseminada. La bacteria es un meningo coco. Los médicos pensaron en Meningitis y descartaron el dengue en el momento en el que solicitan estudio del líquido cefalorraquídeo, diagnóstico confirmado posteriormente con el resultado de cocos gram en regular cantidad”.
Su hermano José Miguel está seguro que Ángel Miguel está en el cielo. “Está haciéndole honor a su nombre. Es el Ángel más lindo que Dios tiene en el cielo”.
Con información de Infobae
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