Ramírez sobre Guaidó: “Es falso en todo y no ha sido capaz de cumplir sus promesas”

El exministro de Petróleo, Rafael Ramírez, reiteró este miércoles que la razón fundamental por la que Maduro se mantiene en el poder, es “gracias al mismo Juan Guaidó y su larga cola de errores y desaciertos”.

Ramírez emitió un artículo donde pone en contexto al lector de la actual situación política venezolana, y expresa la incapacidad del presidente encargado Guaidó de aprovechar el bajón y el desorden que se percibe en el oficialismo.

A continuación el artículo completo:

El día de ayer, se reincorporaron los diputados del Psuv a la Asamblea Nacional. En un paso que significa un reconocimiento al órgano legislativo, el madurismo retrocede en una postura sostenida durante dos años y medio de retirarse de esta instancia, desconociéndola, siendo este uno de los elementos fundamentales de la crisis política en el país.

El madurismo en su mar de contradicciones, deja muchos cabos sueltos: ¿Qué ha cambiado desde que tomaron la decisión de retirarse de la AN? ¿Qué realmente motivó el regreso del madurismo a esta instancia, expresión del voto popular, donde el Psuv quedó en franca minoría? ¿Cómo queda el TSJ que sentenció que la AN estaba en desacato? ¿Es que acaso ahora los diputados del Psuv están en desacato también? ¿Se incorporarán los diputados “estrellas” del madurismo? La mayoría de los diputados del Psuv, ahora son constituyentistas, gobernadores, ministros o están exiliados. ¿Ahora el gobierno si reconocerá las decisiones de la AN, una vez que los diputados del Psuv están sentados en su curul? ¿Qué pasará con los diputados inhabilitados, perseguidos? ¿Qué pasa con los diputados de los antiguos partidos aliados? ¿Habrá ahora una fracción parlamentaria del partido “Somos Venezuela”?

La posición del madurismo es tan débil y contradictoria que ninguno de los líderes “top” del madurismo acompañó a los diputados del Psuv que regresaron regañados a sus asientos. Diosdado no solo se ausentó, sino que apareció por Corea del Norte, mientras Maduro le pidió a Putin que lo recibiera en Moscú para distraer de su ausencia de la Asamblea General de la ONU. Nadie da la cara. Lo que debería ser más importante, nadie del madurismo le explica a sus seguidores dónde están parados. El Psuv, no funciona como partido, ¿cómo se traga eso? ¿Solo porque Maduro lo decidió?

Sin embargo, ante una situación de debilidad del madurismo, Guaidó, que evidentemente ha debido aprovechar la oposición para mostrar altura, dar un mensaje al país, reivindicar su posición original de legitimidad de la AN, prefirió al contrario volver a la charca. Utilizó su estrado, como presidente de la AN, para sacarle en cara al Psuv que volvieron. No pudo contener sus impulsos básicos, su revancha. Desde su posición, transitoria, no perdió oportunidad para arremeter en contra de mi persona, con insultos y agresiones que lo colocan al lado de Tarek William o el mismo Maduro en sus arrebatos de odio. No se percata Guaidó que hace exactamente lo mismo que critica, al menos en sus discursos. No sabe, no puede ni siquiera guardar las formas o apariencias, se erige en un pequeño dictador, solo que sin poder alguno. Un pichón de dictador.

Guaidó dio rienda suelta al insulto, a la descalificación, al improperio, sin importarle el derecho a la presunción de la inocencia, al debido proceso, a la inexistencia de prueba alguna, a la opinión del TSJ: él es el nuevo “jefe paraco”: acusa, sentencia y condena. Escuchando a este personaje, me preguntaba, como seguramente se preguntan muchos venezolanos: ¿qué pasaría en el país si este señor llegara a la presidencia? ¿Qué le pasaría a esa amplia mayoría, del chavismo y de la oposición, que no estamos de acuerdo con él? ¿Qué le esperaría a los ex-ministros de Chávez que no nos subordinamos a su conducción como han hecho otros? ¿Qué pasaría con los militares chavistas? Es muy probable que Guaidó no se dé cuenta que se ha convertido en el mejor aliado del madurismo, que la razón fundamental por la que Maduro se mantiene en el poder, es gracias al mismo Guaidó y su larga cola de errores y desaciertos.

Pero, ¿de dónde salió este señor que insulta y arremete contra un ex ministro de Chávez? Guaidó es producto de un laboratorio del exterior. Salió de la nada, la única foto que tiene de su actuación política como manos blancas, deja mucho que pensar. Suplente de un diputado del estado Vargas, fue escogido a dedo para escenificar una operación de toma del poder, una aventura golpista. Es falso en todo: en el caminar, en la sonrisa, en sus poses tipo Obama, en sus camisas blancas, con corbata, arremangadas, como si fuese un ejecutivo que se fue a las calles. Ha prestado su rostro, escogido por ser el menos elitista de todo su grupo político, para enmascarar a las peores fuerzas de la derecha, las más extremistas e intolerantes, las más ambiciosas, las que han prometido entrega y saqueo del país, o lo que queda de él, los que piden una intervención militar para sumirnos en una situación de protectorado.

Tan nefasta y errática ha sido la actuación de Guaidó, que no ha sido capaz de cumplir con ninguna de sus promesas: ni vamos bien, ni se acaba la usurpación, ni hay elecciones. Luego de las fotos de Guaidó con los rastrojos, sus asesores decidieron no llevarlo a la ONU por impresentable. Mejor se queda por acá en La Charca.

Yo me atrevería a decirle a su jefe, Leopoldo López, que asuma él directa y abiertamente la conducción de sus acciones políticas. Si querían que alguien se quemara, este ya se achicharró ante el país. Asuman directamente la responsabilidad de sus acciones, no sigan actuando por mampuesto.

Porque parece que Guaidó no entiende que para arremeter en mi contra y en contra de nuestra obra hay que tener moral, o al menos una trayectoria, algo que mostrar. Ahora, en esta degradación de la política, cualquier advenedizo o aventurero se siente en condiciones de arremeter contra una gestión que, a todas luces y a pesar del desastre madurista, le trajo al país prosperidad y crecimiento durante más de 12 años junto al presidente Chávez.

Mira Guaidó, para levantar tu mano en mi contra, en contra de los trabajadores de PDVSA o la gestión del presidente Chávez, primero tienes que hacer 600 mil viviendas para el pueblo, graduar 800 mil vencedores de la Misión Ribas, recuperar a PDVSA de los efectos de Sabotaje Petrolero que ustedes orquestaron en el 2002-2003, recuperar la Plena Soberanía Petrolera, lograr la migración y ajuste a nuestra Constitución, leyes y control, a más de 31 empresas petroleras transnacionales, nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco, derrotar en los juicios internacionales a la Exxon Mobil y la Conoco Phillips, redactar leyes, acordar contratos petroleros, recuperar el ingreso de la nación, la economía, ingresar más de 780 mil millones de dólares al país por venta de petróleo, aportar más de 500 mil millones de dólares de ingresos fiscales, sostener la Misión Barrio Adentro y a todas las Misiones Sociales. Tienes que haber conducido a PDVSA durante diez largos años y convertirla en la quinta empresa petrolera más importante del mundo, en una empresa de más de 185 mil millones de dólares en activos, más de 83 mil millones de dólares en patrimonio, certificar 316 mil millones de barriles de petróleo, controlar y conducir con éxito una empresa de 100 mil trabajadores, que se echó encima a la economía del país durante mas de doce años y que sostuvo el crecimiento y el bienestar de todo un pueblo. Una compañía del pueblo, manejada por venezolanos, no privatizada, no entregada a intereses extranjeros o particulares.

Después que hagas eso o algo equivalente entonces Guaidó, solo entonces, podrías decir algo en contra nuestra. Pero debes presentar pruebas, darme derecho a la defensa, sino eres más de lo mismo, como Maduro, que en su vida ha pegado un bloque sobre otro, que siempre ha vivido de la política y sin embargo arremete en mi contra y en contra de la obra del presidente Chávez.

Por cierto que, en la ocasión del linchamiento orquestado por Guevara en la comisión de contraloría, y luego que le mandé a decir a sus operadores que no estaba dispuesto a pagar los 3 millones de dólares que me mandaron a pedir a Nueva York con uno de su equipo. En aquel aquelarre donde la cloaca de la política vociferaba, constituyéndose en una especie de tribunal de inquisición, la bancada del psuv estuvo ausente, no fueron. Si acudieron, sin embargo, a defender a los sobrinos de Cilia Flores, cuando se trató ese escándalo en la AN.

Más allá de un gesto de Héctor Rodríguez, manifestando su solidaridad, no fueron a la sesión donde me linchaban porque recibieron la instrucción de no entrar a esa plenaria. La actuación de Guevara estuvo coordinada con el madurismo, con su entorno más cercano.

La arremetida de Voluntad Popular, por intermedio de Guevara o Guaidó, no es realmente en mi contra, sino en contra del presidente Chávez y su obra más acabada, la Nueva PDVSA. Como el mismo presidente Chávez lo explicaba en un discurso desde La Guaira durante su última campaña electoral: “Porque no se trata de Rafael Ramírez nada más, no, Rafael Ramírez es la cabeza visible, digámoslo así, junto a Chávez, de una estrategia, de un proyecto que nos ha costado hasta el alma, pero que nos ha permitido recuperar la Plena Soberanía Petrolera”. Chávez ya no está, está muerto, entonces quedamos los huérfanos de Chávez, los chavistas que no claudicamos en mantener su política y defender su obra, bajo el asedio y persecución tanto de la extrema derecha, como del madurismo.

Lo cierto es que, en lo único que están de acuerdo Maduro y Guaidó es en arremeter contra la obra del presidente Chávez, o quien la encarna o representa. Es, como mencionaba un articulista, un gobierno bicéfalo, dos rostros de un mismo cuerpo, de una misma moneda, un pacto tácito que en lo único que está de acuerdo es en arrasar con el chavismo, como pre-condición para alcanzar un pacto, que, como lo hemos dicho reiteradamente, es insostenible, no sacará al país del abismo.

Más allá de todo estos escarceos y pataleo de ahogado de Guaidó, que siempre resultan desagradables, tanto como las arremetidas de Maduro, lo que habría que reflexionar es que, tan pronto reiniciado los debates en la AN, se vuelve abrir la charca de la política. Ya los discursos que se han pronunciado, y los voceros que arremeten unos contra otros, se parecen más a una pelea de borrachos en un botiquín de mala muerte, que a un escenario donde debería darse el debate político y buscar salidas a la crisis sin precedentes que vive el país.

No va a suceder. La clase política está podrida. No tienen capacidad para unificar al país, no tienen nada que ofrecer al pueblo, nada que decir a los ciudadanos. Unos sostienen este desastre a fuerza de represión y manipulación, mientras otros claman por una intervención militar. El que levante una voz u opción distinta a estas posiciones de poder, entonces debe prepararse para ser arrasado y linchado política y moralmente.Como en una pelea de perros, quien meta la mano, sale herido a dentelladas.

Como lo hemos mencionado antes, hay que romper este chantaje, restablecer la soberanía popular y pensar en serio en cómo salir de este abismo. Poner a un lado las ambiciones personales y trabajar por la reconstrucción del país. El país está exhausto, el pueblo cansado. Una Junta Patriótica de Gobierno es una propuesta, está allí, avanza y el tiempo nos sigue dando la razón. Hay que volver a pensar en grande, a retomar el futuro en nuestras manos. La infamia y la violencia no impedirán que sigamos reivindicando al comandante Chávez y su legado, su obra, retomando sus aciertos, superando los errores y abriendo el horizonte a todas las posibilidades para salvar a nuestro país de la destrucción y tragedia en la que está sumido.

Con información de Sumarium.es

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