Niño admitió haber sido entrenado por talibanes y confesó el asesinato de seis soldados
La Policía detuvo a un menor de 13 años, presunto asesino talibán que participó en una misión para matar a miembros de las fuerzas de seguridad en la conflictiva ciudad de Jalalabad, en el este de Afganistán, informaron hoy fuentes oficiales.
“El niño de 13 años fue detenido en la ciudad de Jalalabad por la Policía. El menor ha estado involucrado en el asesinato de seis miembros de las fuerzas de seguridad en la provincia”, dijo a Efe Attaullah Khogyanai, portavoz del gobernador de Nangarhar.
De acuerdo al portavoz, el menor identificado como Imam-ul-Din fue enviado a Nangarhar por los talibanes hace unos siete meses para asesinar a miembros de las fuerzas de seguridad.
“En la investigación inicial, el niño confesó haber matado a tiros a seis miembros de las fuerzas de seguridad” en los últimos siete meses, aseguró.
El gobernador de Nangarhar, Shah Mahmoud Myakhail, afirmó en un comunicado que el menor, quien ha sido residente de la provincia suroriental de Khost, “fue especialmente entrenado con tácticas especiales por los talibanes y luego enviado a Nangarhar para la misión de asesinato”.
Los talibanes niegan que entrenen a menores de edad
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, negó a Efe la participación como combatientes de menores de edad en las filas del grupo insurgente.
“No confirmo esto, en nuestras filas a los niños menores, como los de 13 años, no se les permite operar”, recalcó.
Según el portavoz del gobernador, hay vídeo y fotos del niño que no se compartieron con los medios de comunicación para respetar su dignidad.
La Policía Antiterrorista de la provincia remitió oficialmente al adolescente al Departamento de Menores de la Oficina del Procurador General para llevar a cabo una investigación completa.
El uso de niños en ataques suicidas por parte de los insurgente no es algo nuevo, pero en los últimos años rara vez se ha sabido de algún menor involucrado en actividades terroristas o una misión de asesinato tan larga sin ser detenido por las fuerzas de seguridad.
Los menores son unas de las víctimas más vulnerables de la cruenta guerra afgana, obligados a abandonar las escuelas, heridos o mutilados al quedar atrapados en la línea de fuego o por la manipulación de minas en los campos.
Con información de La Patilla y EFE