Conozca su personalidad según lo que dicen sus pies
La reflexología holística es una técnica de reconocimiento de los pies que nos regala una respuesta efectiva en todos los planos: corporal, mental y espiritual. Al analizar cada pie combinamos estas tres dimensiones.
Una fase importante en la evolución como seres humanos es la transición de yacer y gatear desamparadamente a desplazarse con los pies. Y hay que tener en cuenta, también, que es la fase en que la personalidad del individuo empieza a expresarse con más claridad.
La persona entera se apoya sobre la planta de los pies. Cualquier cambio, ya sea emocional o físico, implica una modificación en la posición que ocupa una persona en el mundo. Las situaciones que son persistentes o intensas dejan huellas claras e inconfundibles en las plantas de los pies.
El análisis del pie es una técnica que trata de comprender el significado de sus signos y combinarlos en un cuadro integral del individuo a todos los niveles. Con la técnica, que son masajes especiales con cremas, geles o lo que utilice el terapeuta, se logra bajar los niveles de stress, fortalecer el sistema inmunológico-hormonal , el aparato respiratorio, depurar y drenar, relajar la columna vertebral, trabajar las emociones profundas y los miedos…
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Estos trastornos no los resuelve sólo el terapeuta sino, también, el propio paciente al aprender , a través de sus emociones, a identificarlos y reconocerlos. Se trata de un trabajo que permite evolucionar física, emocional y espiritualmente.
La estructura ósea del pie se completa entre los 18 y los 25 años, en paralelo al proceso de madurez física. Podemos decir que el pie está completo cuando el ser humano ha terminado de crecer, lo que, sin embargo, no significa que ni el pie ni los dedos dejen de cambiar en consonancia con el desarrollo interno de la persona.
Cada uno de ellos refleja emoción o energía. La forma y posición del dedo nos enseña cuáles so las relaciones de su “dueño” con sus chakras o centros energéticos. Con esta guía, comenzá a conocerte por la zona más olvidada y alejada a nuestros ojos, aquellas con la que tratamos de mantenernos firmes sobre la tierra.
Para cada dedo del pie izquierdo, comenzando por el pulgar, le corresponden las siguientes energías: tristeza, emociones y creatividad, amor, optimismo, confianza y sexo. Para los dedos del pie derecho, comenzando de nuevo por el pulgar, son las siguientes: alegría, deseo, agresividad y decisión, apego, miedo e inseguridad.
Ahora sí, veamos cómo se interpreta:
Dedo liso: expresa los sentimientos o las consideraciones de tipo intelectual de forma modesta pero decidida.
Dedo en bloque: la energía que refleja este tipo de dedo puede expresarse de forma demasiado brusca. Es innegable que se trata de una persona poco flexible, de carácter dominante y muy poco dada a la negociación.
Dedo con abultamiento: Cuando encontramos esa pequeña protuberancia bajo el dedo podemos estar seguros de que existen aspectos que no se aprecian a primera vista. Estamos ante una gran cantidad de energía oculta.
Dedo con callo o juanete: los juanetes indican siempre que se está ocultando alguna emoción. Cuando el dueño o la dueña hacen algo que, por la razón que sea, no consideran correcto, es muy probable que encontremos un juanete en el dedo relacionado con la expresión de ese sentimiento.
Cuello de botella: un dedo con esta forma, como si lo hubieran apretado en la parte central, revela que la energía se estanca temporalmente y, como en un embotellamiento de tráfico, no hay posibilidad de aumentar su velocidad de salida.
Dedos anchos y grandes: pertenecen siempre a personas muy dotadas para la argumentación dialéctica, que hablan largo y tendido.
Dedo torcido: un dedo así indica un cambio del rumbo general. Pertenece a una persona con un principio muy distinto a su final. En un dedo torcido (en la raíz) representa una determinada reacción que luego cambia e impide que el mundo exterior reconozca la anterior energía, es decir, se niega la energía original y se presenta como procedente de otras fuentes.
Dedo ladeado: en este caso se trata de que su dueño o dueña demuestra cosas distintas a las que realmente piensa o siente. Esta configuración no permite que la energía se mantenga en su dirección original.
Dedos doblados: los dedos que se doblan ajustándose a la línea del pulgar y el meñique indican cierta capacidad para la manipulación.
Dedo en tensión: cuando se produce tensión en un dedo cualquiera, estamos ante un cambio en marcha. Con frecuencia, éste presenta un color distinto a los demás producido por el aumento de energía y actividad.
Dedo desviado: un dedo desviado de su dirección original que se inclina hacia el meñique demuestra una completa superación del pasado y una necesidad de abordar rápidamente el futuro. Ansias de éxito rápido.
Dedo con la punta cuadrada: indica una forma intransigente de expresar la energía. Se trata de una persona que no está sobrada de tacto y que sabe defenderse cuando la atacan. Así soy yo, y no quiero cambiar.
Marcas abultadas y horizontales en la uña: oleadas en el terreno de las emociones. La energía conectada con un dedo que tiene ese tipo de uña causa inestabilidad emocional.
Dedo levantado: este tipo de dedo apunta al aire y carece de conexiones con la tierra. El carácter correspondiente es fantástico y presenta tendencia a soñar despierto y a evadirse de los problemas o de la realidad que no le satisface.
Dedo en gancho: refleja que su dueño o dueña ha sufrido fuertes imposiciones del mundo exterior por parte de alguna autoridad dominante que no le ha permitido expresarse sin libertad.
Dedo redondeado: la punta redonda indica que la expresión se suaviza en los puntos finales. La personalidad correspondiente a la forma redonda adopta actitudes tácticas por naturaleza y pude ser dócil y temerosa de emitir su propia opinión.
Forma de espátula: esta forma facilita la expresión de una gran cantidad de energía que se manifiesta con fuerza y, por lo general, de modo imprevisto.
Con información de La Patilla