Prepara esta “Pizzadilla” o “Pizza falsa” en tan solo 10 minutos

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Hoy te traemos una de esas preparaciones que a todos nos apetece preparar de vez en cuando: un aperitivo fácil y rápido que, seguro, gustará a todo el mundo.

La pizzadilla es un híbrido entre pizza y quesadilla que consiste, básicamente, en preparar el omnipresente plato italiano usando una tortilla de trigo como masa. De primeras puede resultar un engendro, pero te aseguramos que, con la debida técnica, se obtiene un sustituto de la pizza más que decente (mucho mejor, en cualquier caso, que tirar de precocinados).

Si preparamos la pizzadilla como si de una pizza convencional se tratara, sustituyendo la masa por una tortilla y metiendo esta directamente al horno, es imposible obtener resultados satisfactorios: todos los ingredientes se esparcirán por la bandeja y no habrá forma de que el invento quede crujiente.

La solución pasa por preparar primero la pizza en sartén, para que la tortilla quede crujiente, para meterla después en el horno a máxima potencia, el tiempo suficiente para que se funda bien el queso y se doren los ingredientes escogidos.

Basta tener tortillas, salsa de tomate y queso para preparar un aperitivo o una cena ligera en solo unos 10 minutos.

Lo ideal para preparar esta receta es contar con alguna sartén de hierro fundido o colado, que retienen mejor las temperaturas y son perfectas para introducir en el horno, pero se puede preparar con cualquier sartén que no tenga mangos de madera o plástico y sea apta para introducir en este. Lo importante es que el fondo de la sartén tenga un tamaño similar al de la tortilla.

Lo mejor de esta receta es que no requiere planificación ninguna: basta tener tortillas, salsa de tomate y queso para preparar un aperitivo o una cena ligera. Ni siquiera es necesario calcular cantidades: solo se necesita lo necesario para cubrir la tortilla.

El error más común, que hay que evitar, es usar un queso mozzarella que esté demasiado húmedo. En la pizza convencional basta secar bien las bolas de mozzarella para no arruinar la masa, pero en esta pizza es mejor optar por mozzarella seca rallada.

Ingredientes

(Para 2 personas)

  • Queso Mozzarella
  • Queso Parmesano
  • Salsa de tomate
  • Albahaca
  • Pimienta negra molida
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Chorizo de León (opcional)
  • Tortilla de trigo

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Preparación:

Encendemos el horno y dejamos que se caliente a máxima potencia. Mientras, untamos la sartén con aceite de oliva virgen extra. Es importante que toda la sartén esté impregnada de una fina capa de aceite, suficiente para que la tortilla se dore y no se pegue, pero no quede frita. Para ello lo ideal es echar un poco de aceite en papel de cocina y untar la sartén usando este. Colocamos el fuego a máxima potencia.

Una vez la sartén esté caliente (inmediatamente si usamos una de hierro colado, pasados unos dos minutos en una convencional) colocamos la tortilla. Se consigue un crujiente más firme si colocamos la parte de la tortilla con burbujas más finas boca abajo (las hay que no tienen diferencia, y se puede hacer igual).

Mientras se va tostando la tortilla colocamos encima los ingredientes como si de una pizza convencional se tratara. Primero la salsa de tomate (a poder ser casera), después el queso Mozzarella, algún otro queso de nuestra elección (Parmesano o Grana Padano son siempre una buena opción), albahaca y/o orégano, pimienta negra y cualquier ingrediente que nos apetezca. Se le puede poner cualquier cosa, siempre que no pongamos demasiados ingredientes: beicon, jamón, champiñones, pimiento, cebolla…

Una vez hayamos colocado todos los ingredientes la tortilla debería estar ya relativamente dorada, pero es mejor comprobarlo, y dejar la pizzadilla en la sartén unos minutos más si no es así. Una vez que veamos que la tortilla está más o menos crujiente es el momento de introducir la sartén en la parte alta del horno. Basta entre tres y cinco minutos a máxima potencia para que el queso se funda.

Si hemos hecho la operación correctamente, la pizzadilla se puede extraer de la sartén con ayuda de una espátula sin problemas y cortarse como si de una pizza convencional se tratara. La prueba del algodón de que ha quedado como Dios manda es que podemos sujetar un pedazo con la mano sin que se doble del todo.

Con información de Informe 21

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