Baños unisex, delincuencia y pasillos vacíos: los nuevos marcadores de la vida en la UCV

La crisis interna que vive la Universidad Central de Venezuela (UCV), parece ir en aumento y sin ninguna luz aparente al final del túnel, pues los pocos alumnos y profesores que quedan en la casa de estudio, aseguran que cada día son más las necesidades y trabajos que deben pasar para asistir o impartir materia en el que hasta hace pocos años era el mejor centro académico de Venezuela.

Actualmente, gran parte de las facultades carecen de agua, línea telefónica o internet; además de la inseguridad y la delincuencia que acosa constantemente los pasillos de la UCV, situación que también ha propiciado que cada vez sea menor la cantidad de alumnos dentro del centro de educación superior.

La carencia de agua y personal de mantenimiento, ha dado como origen que ahora los baños, por poner un ejemplo, sean “unisex”. Incluso la realización de cualquier examen es un proceso complicado, debido a la escasez de hojas.

Los problemas en el suministro de agua impactan directamente en la realización de las prácticas clínicas y de laboratorio de los estudiantes de Farmacia, Odontología y Medicina, lo que también ha generado una decadencia en la calidad del estudio.

En las columnas de Escuela de Odontología denuncian en carteles falta de agua desde hace seis meses, para poder realizar los ejercicios con resinas, implantes o una simple limpieza bucal.

Valery Machado, estudiante de cuarto año, destacó que es indispensable para la ejecución de la práctica profesional en la preparación de los medicamentos, según lo reseñado por Contrapunto.

“El material y el equipo hay que esterilizarlo con agua porque sino las pruebas dan negativas”, comentó la joven, quien lamenta como ha disminuido la calidad educativa en la UCV.

Algunas facultades han optado por recurrir a la recolecta de agua de la lluvia para las reparaciones de los baños y de algunas aulas, mientras que las reparaciones menores, como la falta de un bombillo o mechero, suelen ser cubiertos por los propios profesores y alumos.

La inseguridad es otro punto alarmante, pues muchos estudiantes aseguran que estar en el UCV después de las 6 pm resulta ser una guillotina.

“Es como chimbo que la universidad se quede sola y que nos veamos obligados a abandonar las carreras y que dejemos nuestras metas e ilusiones”, comentó otro estudiante.

La inseguridad ha obligado a adelantar las jornadas de clase, aseguró la profesora de histología y embriología, Jessica Fernández, quien recuerda que como estudiante, salía a las 5 pm de clases y se quedaba en la UCV para repasar, con otros compañeros de clase, mientras que ahora, los alumnos salen corriendo a las 3 pm porque dentro de las instalaciones de la universidad los atracan “hasta con pistolas”.

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