5 hábitos que te ayudarán a mejorar la calidad del sueño

Calidad del sueño

Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño. Los motivos puedes ser muchos, desde medicación, alteraciones hormonales, el estrés o las preocupaciones diarias. Pero tanto los hábitos diarios como nuestra alimentación son un factor relevante para dormir plácidamente.

¿Qué es el insomnio?

El insomnio es la falta anormal de sueño y dificultad para conciliarlo que se sufre en el momento en que corresponde dormir. Pero, ¿cuándo corresponde dormir? En principio, los seres humanos estamos diseñados para que con la llegada de la noche, nuestro sistema hormonal comience una serie de procesos que nos deberían de llevar a una situación de tranquilidad que nos permita dormir.

Pero hay situaciones en las que debemos dormir no cuando biológicamente nos toca (por las noches) sino cuando podemos hacerlo como es el caso de las personas que trabajan por las noches o a turnos. Es en estos casos en los que los hábitos tienen aún mayor importancia.

5 hábitos saludables para evitar el insomnio

  1. Procura irte a dormir siempre a la misma hora. Esto hará que tu cuerpo interprete adecuadamente las señales para comenzar los procesos previos al sueño.
  2. Evita situaciones estresantes o que activen tus sentidos. Depende mucho de cada persona pero, en general, apaga las pantallas de televisión, ordenadores, teléfonos, tabletas… dos horas antes de irte a la cama si te cuesta conciliar el sueño.
  3. Nada de discusiones ni situaciones que te alteren antes de irte a la cama. Así que si tu hijo o un familiar te alteran, ¡procura que sea por la mañana!
  4. Realiza ejercicio físico. El cansancio físico te ayudará a entrar más fácilmente en una situación de sueño y éste será más profundo y reparador. Pero no te ponga a hacer deporte las horas previas a dormir porque pueden provocar el efecto contrario. Puedes practicar tu deporte favorito desde primera hora de la mañana hasta antes de la hora de cenar (o incluso antes si te sientes alterado).
  5. Cuida tu alimentación. Como te comentamos en este otro artículo, la alimentación está relacionada con la calidad del sueño. Reduce o elimina del todo excitantes como la cafeína. Evita comidas copiosas y aquellos alimentos que te puedan causar flatulencias. A algunas personas les cuesta digerir la lechuga por las noches, otras tienen problemas de digestión con las grasas por lo que una dieta baja en grasas puede ser una buena opción. También hay evidencias de que un descanso insuficiente hará que no consigas adelgazar. Si tienes dudas, puedes acudir a un dietista-nutricionista para que te realice una dieta personalizada.

Lo que no debes hacer

Olvídate de automedicarte y de tomar pastillas para dormir. Debes atacar el origen de tu insomnio y no las consecuencias del mismo porque puedes entrar en un bucle: no tienes hábitos saludables, te cuesta dormir, te automedicas y vuelta a empezar. Además de poder generarte un problema de adicción, puedes crearte problemas gastrointestinales.

Tomar alguna infusión relajante puede ser una opción para aquellos días que estés más alterado: pasiflora, tila, valeriana o melissa son hierbas con propiedades relajantes. Y recuerda que sólo son para consumo puntual: debes ir al origen del problema y no a intentar reducir sus síntomas.

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