El error histórico en la película Titanic que manchó la imagen de uno de sus héroes
Es una de las escenas más devastadoras y, a la vez, más reveladoras de la película Titanic. La misma que le dio al afamado director James Cameron la friolera de 11 Premios Óscar. En ella, William McMaster Murdoch (primer oficial del Buque de los sueños) se encuentra rodeado por una multitud de hombres, mujeres y niños que, desesperados ante el hundimiento del buque de la White Star Line, tratan de subir por las bravas a uno de los últimos botes salvavidas que quedan en cubierta. Superado, y con los nervios a flor de piel, este marino (el primer oficial) enarbola su revólver y dispara a varios pasajeros para evitar que suban al lancha y lo hundan. Segundos después, al ver el desastre que ha causado, apunta la pistola a su sien, aprieta el gatillo… y dispara.
La película generalizó, sin duda, la idea de que Murdoch prefirió suicidarse a enfrentarse a sus tristes acciones. Y, por si fuera poco, también le mostró como un corrupto que se dejó sobornar a cambio de permitir a algunos hombres subirse a los botes salvavidas. Sin embargo, y según desvela a ABC Jesús Ferreiro (director de la Fundación Titanic y creador -entre otras tantas muestras- de la afamada exposición Titanic, The Exhibition) aquello fue un despropósito y un verdadero fallo histórico: “Murdoch falleció al saltar sobre el pescante de uno de los botes salvavidas cuyas cuerdas se habían quedado atascadas. Rompió las cuerdas con un cuchillo, pero con el peso del bote lleno de personas recibió un fuerte golpe en la cabeza que le ocasiono la muerte instantánea”.
No le falta razón ya que la misma sobrina de Murdoch cargó en 2006 contra el director por poner en tela de juicio los últimos momentos del marino: “Por desgracia, la historia que cuenta Cameron en su película es otra. En ella aparece mi tío siendo sobornado, disparando contra un pasajero, y finalmente suicidándose. Todos esos hechos son falsos y Cameron lo sabía. Incluso la productora Fox hizo una donación a la fundación que con el nombre de mi tío hay en Escocia, para reparar los daños ocasionados a su imagen y a su honor”. Por su parte, Ferreiro añade a este diario que el acusado se vio obligado también a redactar una carta pidiendo disculpas por manchar la memoria de este insigne marino.
A pesar de ello, ni todos los fallos históricos impiden que, a día de hoy, miles y miles de personas se sigan interesando por la exposición Titanic, The Exhibition. Por si fuera poco, la muestra (que se puede disfrutar a día de hoy en A Coruña) cuenta desde hace muy poco con una nueva pieza destacada: una gigantesca recreación del Buque de los sueños que ha sido abierta para que todos los visitantes puedan rememorar cómo era el interior de este palacio flotante. Sin duda, un gran atractivo en pleno aniversario de la trágica noche del 14 de abril (cuando se fue a pique llevándose hasta el fondo del mar la friolera de un millar y medio de almas).