Sebastián Piñera jura como presidente de Chile
Sebastián Piñera asumió este domingo su segundo mandato en Chile para el periodo 2018-2022 con la promesa de acelerar la economía y el reto de administrar el legado de reformas de la socialista Michelle Bachelet.
El presidente del Senado, el socialista Carlos Montes, fue el encargado de tomar juramento a Piñera y de imponerle la banda presidencial que le acababa de entregar una emocionada Bachelet, quien por segunda vez en los últimos ocho años, ayudó al nuevo mandatario a ceñírsela antes de darle un beso y abandonar el hemiciclo junto a su gobierno.
Después de tomar juramento a los miembros del gabinete, Piñera, en compañía de la primera dama Cecilia Morel, que fue un importante respaldo durante su campaña electoral, iba a ofrecer una recepción a sus invitados, entre ellos, los mandatarios de Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, México, Perú y el rey emérito de España Juan Carlos I.
“Agárrense las manos que vienen tiempos mejores”, el lema de su campaña electoral, coreaban sus seguidores.
Sin embargo, fue Bachelet la estrella de la muchedumbre concentrada primero en el palacio presidencial La Moneda, en Santiago, y después alrededor del Congreso: “El pueblo unido jamás será vencido”, gritaba la multitud y en medio de gritos de “Gracias Michelle”.
La presidenta, la última mujer jefa de Estado en ejercicio de América Latina, emprendió durante su segundo mandato un ambicioso paquete de reformas para desmantelar la herencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990) y que Piñera tendrá que administrar a partir de ahora.
El mandatario ofrecerá su primer discurso al final de la tarde de este domingo en el que se espera que desgrane las prioridades para los próximos cuatro años.
“Siento que ahora tengo más experiencia, madurez, más sentido de la importancia de unir a los chilenos. Más humildad para escuchar, con los ojos y los oídos más atentos”, reconoció esta semana Piñera, de 68 años, vencedor en la segunda vuelta en diciembre ante el oficialista Alejandro Guillier.
El magnate, con una fortuna valorada en 2.700 millones de dólares por la revista Forbes, ha prometido convertir al país en una nación desarrollada en ocho años.
Los mercados respondieron con optimismo a las propuestas de Piñera de incentivar la inversión, apostar con fuerza a la creación de empleos y reducir gradualmente la tasa impositiva a las empresas.