“Les han puesto corriente”: Los crueles tratos que sufren militares detenidos en la 26 de Julio
El sargento primero de la Guardia Nacional Bolivariana, Juan Díaz Castillo, y otros militares detenidos han sido sometidos a tratos crueles y degradantes en la cárcel 26 de Julio, en San Juan de los Morros, en donde se encuentran detenidos bajo condiciones infrahumanas.
“No es la misma persona que se fue de aquí. Se le ve en la mirada la tristeza y el maltrato. Les han metido corriente, los han puesto a dormir desnudos y les dan el agua de los granos o agua con azúcar como comida”, denunció Dianne de Díaz esposo del sargento.
Agregó que su esposo ha bajado al menos 15 kilos de peso, debido a la mala alimentación, y a las restricciones que tienen para ingresar la comida y suplementos alimenticios.
Según publica El Nacional, Díaz y otros ocho militares se encuentran privados de libertad desde enero pasado por planificar supuestamente un alzamiento militar contra el Ejecutivo, en cuya causa está involucrado el general de brigada (r) Ramón Antonio Lozada, quien es cercano al general (r) Raúl Isaías Baduel.
El grupo de militares fue citado por la Dirección de Contrainteligencia Militar en Caracas, y fueron detenidos. Allí permanecieron varios días desaparecidos, para luego ser presentados ante el Tribunal 1° de Control Militar por los delitos de traición a la patria e instigación a la rebelión. En esa audiencia no tuvieron acceso a la defensa privada.
De los 9 militares, 6 se encuentran detenidos en los galpones de criadero de pollos que fue convertido en cárcel. La esposa manifestó que están detenidos en una celda con aproximadamente 20 personas más, entre ellas las que fueron detenidas en las protestas y expuestas a contraer tuberculosis, debido a que a su lado se encuentran los presos comunes que padecen de esa enfermedad y otras patologías por la falta de insalubridad; por ejemplo, les cortan el cabello con la misma afeitadora a todos.
Como es una cárcel para civiles no les permiten salir de la celda como normalmente lo hacen los otros presos, sino cada 15 días cuando reciben visita, en caso de que se la permitan. Han acudido a las instancias regulares a exigir una medida humanitaria y justicia para el caso, pero la respuesta ha sido el silencio.
“Parece mentira, pero cada vez que vas a hablar de los militares presos nadie sabe nada, nadie quiere hablar”, dijo.