Carta al padre que “me hizo, pero que no me quiso”
El valor de una familia se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad cada papel que le toca desempeñar, esto va mas allá de los encuentros habituales, momentos alegres o soluciones de los problemas que enfrentan en su vida cotidiana.
Lo importante de una familia son los padres, ya que son los primeros en establecer valores en el hogar, se esfuerzan y se dedican a mantener de muchas maneras a la familia y a llevar un camino de formación y superación para todos, hay que recalcar que todos los padres no son iguales, y hay muchos que no asumen la responsabilidad de un hijo, ya sea por parte de una Madre o un Padre.
Cuando se habla de una familia se suele imaginar un grupo de personas “felices” , pero hay que ver y entender la verdadera raíz que hace a una FAMILIA.
Muchas personas en el mundo, por distintas razones, crecen sin una figura paterna o en una familia completa en sus vidas, pese a esto suele afectar a “la persona” desde que nace hasta su adultez…se preguntaran el ¿Por qué?, pues no es fácil que a medida del crecimiento de una persona, empiece a comprender que no tiene una figura paterna o una familia realmente completa, ya que solemos observar que a nuestro alrededor hay personas que no están en la misma situación que ellos, y que se encuentran con muchos miembros a su lado y apoyándolo.
Pues muchas de estas personas suelen ser criadas por una Madre sin un Padre a su lado ó viceversa, cosa que suele quedar como resentimiento para un Hijo. Aquí te presento un caso muy común que solemos ver en muchas personas, ya que a veces necesitan ese apoyo de un PADRE o la crianza de uno, pero aquí podemos ver una chica que supo hacerle frente a este caso debido a que nunca conoció a su PADRE, ella escribió una CARTA hacia ese “padre” dejándose claro muchas cosas y de cómo no dejó que eso se interpusiera en el camino a cumplir sus sueños y luchar por ellos:
“Papá. No se como te llamas ni quiero saberlo ya que no me vale de nada. Seguro piensas que en esta carta te diré que fuiste un mal padre y que deberías estar arrepentido por la forma en que me dejaste. No es de eso que se trata. Quiero decirte en este día que te perdono.
Por no haber estado conmigo cuando te necesité; porque gracias a eso ahora soy más fuerte como persona, valiente e independiente. Cuando era niña en la escuela celebraban el día del padre y llevaba a mi abuelo. La vida me dio otro padre, una segunda oportunidad.
Él nunca me habló mal de ti a decir verdad, simplemente porque nunca fuiste parte de nuestras vidas. De él aprendí a que debo ser agradecida por lo que tengo. Me enseñó a no rendirme, a no sufrir por nada ni por nadie y a no creer que por no tener un padre soy menos que los demás o debo ser tratada diferente.
Mi abuela me enseñó a ser respetuosa y confiable, a no faltarle el respeto a los demás. Nunca fue débil al castigarme si era necesario.
Te perdono porque no quisiste ser un padre para mi, porque gracias a eso mi madre estuvo en tu lugar. Ella se sacrificó por mi, salió adelante con dos hijos, consiguió un trabajo y nos mantuvo. No pudo darnos lo que de verdad quería porque no podía pero estaré agradecida mi vida entera.
No tenerte no ha definido mi éxito, al contrario, me motivó a buscarlo y a salir adelante; no para demostrártelo a ti sino a mi misma. Te perdono porque al abandonarnos sentí tanto dolor que ahora soy invencible.
Realmente espero que hayas encontrado la felicidad, así como yo lo hice. Y te perdono por ser el hombre que me creó, pero no me quiso.
Atentamente, tu Hija”
Sí…insisto, muchos hemos pasado por ese tipo de situaciones familiares, unos casos más intensos que otros, quizá pues al fin y al cabo cada caso tiene su particularidad, pero todos aquellos que crecimos sin nuestro padre biológico al rededor, seguro se sentirán identificados con esta carta.
Fuente: adiccionfemenina.com
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