EEUU y Canadá investigan ataques sónico sufridos por sus embajadas en Cuba

Canadá y EEUU |Foto referencial

Canadá y EEUU |Foto referencial

Un misterio enturbia las relaciones diplomáticas de Cuba con Estados Unidos y Canadá. El Departamento de Estado reconoció el jueves que “está en curso una investigación” sobre un supuesto “ataque acústico” contra funcionarios de la Embajada estadounidense en La Habana, que les ha causado graves pérdidas auditivas, un extraño suceso revelado por la agencia Associated Press a partir de fuentes oficiales de EEUU.

Se cree que los empleados y sus familiares se han visto afectados por instrumentos de tecnología punta situados en las inmediaciones de sus residencias, o incluso en el interior. Los detalles todavía son confusos y EE UU se cuida de señalar a ningún responsable.  “No tenemos respuesta definitiva sobre la causa de lo que consideramos incidentes”, dijo una portavoz del Departamento de Estado, reseña El País.

Tampoco se ha precisado el número exacto de estadounidenses afectados. Sí se ha confirmado que el fenómeno se dio a finales de 2016, cuando funcionarios de EE UU en La Habana “comenzaron a experimentar dolencias” y “varios síntomas físicos”. Los afectados recibieron tratamiento médico y finalmente fueron repatriados.

Al caso de los estadounidenses se sumó el jueves una denuncia idéntica de Canadá, que informó de que uno de sus diplomáticos en Cuba también experimentó una pérdida de audición sin causa aparente. “Somos conscientes de los extraños síntomas que afectan al personal canadiense y estadounidense y a sus familias en La Habana”, manifestó una portavoz de Exteriores en Canadá. Según la cadena CNN, la inteligencia de EE UU está investigando la posible participación de un tercer país en los ataques.

Pesquisas en La Habana

El Gobierno cubano aseguró el miércoles que nunca ha permitido que en la isla se realizasen acciones contra representantes diplomáticos del país vecino. La cancillería expresó en un comunicado que al tener noticia del peculiar incidente, “Cuba tomó con suma seriedad el asunto y actuó con celeridad y profesionalismo (…) iniciando una investigación exhaustiva, prioritaria y urgente”, transmitiendo “a la Embajada estadounidense la necesidad de compartir información” y cooperar. Washington ha corroborado que sus agencias de investigación están contando con “alguna orientación, alguna ayuda” de sus contrapartes cubanas.

El incidente ocurrió en medio de la transición presidencial de la Administración de Barack Obama a la de Donald Trump, mucho antes de que en junio el nuevo jefe de la Casa Blanca anunciara que revertía en parte el acercamiento diplomático de su antecesor a La Habana.

La Embajada de EE UU fue reabierta por orden de Obama en 2015 en el mismo edificio donde estuvo antes de la Revolución de 1959. Desde 1977 y hasta el deshielo operó como oficina de intereses de EE UU en la isla, siempre en tensión al ser considerada por Fidel Castro “un nido de espías”.


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