La Declaración de Lima ahonda el aislamiento de Venezuela en América

Declaración de Lima sobre Venezuela |Foto: Reuters

Declaración de Lima sobre Venezuela |Foto: Reuters

La Declaración de Lima, suscrita el martes por 12 países americanos, ahonda el aislamiento de Venezuela en la región pero muestra flecos sueltos en la estrategia, como la inexplicada ausencia de Estados Unidos y el apoyo de solo 12 de los 17 representantes internacionales reunidos en la capital peruana.

Este grupo de naciones –entre ellas México, Brasil, Argentina o Colombia– se dio cita en Lima, como reconoció el anfitrión, ante la imposibilidad de aprobar un texto contundente en la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde se necesitan 18 votos para las decisiones por mayoría simple y 24 para las de dos tercios.

La constatación definitiva de ese bloqueo la tuvieron en la Asamblea General de junio en Cancún (México) cuando varias naciones caribeñas les retiraron su apoyo en el último momento salvando al Gobierno de Nicolás Maduro de una condena regional.

Los 12 firmantes de la Declaración de Lima -y Uruguay, que asistió al encuentro pero no la suscribió- pertenecen al llamado “grupo de los 14”, que se consolidó en la OEA en marzo y desde entonces ha promovido numerosas reuniones y declaraciones para presionar a Maduro.

El gran ausente fue Estados Unidos, que ni anunció ni explicó su desmarque, aunque la cita fue “conversada” y “coordinada” en todo momento con Washington, según explicaron a Efe fuentes diplomáticas peruanas.

“Su ausencia, supuestamente para evitar avivar la retórica antiimperalista desde Caracas, fue un error. Sobre todo porque con o sin su presencia en la sala esa retórica va a seguir”, indicó a Efe el abogado venezolano Mariano de Alba, uno de los observadores que sigue con más detalle la estrategia regional en esta crisis.

“Los países latinoamericanos y Canadá buscan ejercer una presión más diplomática, mientras la estrategia estadounidense ha quedado relegada a sanciones a funcionarios, que hasta ahora no han sido efectivas“, agregó, en declaraciones previas a que el presidente Donald Trump dijera que no descarta una “opción militar” para Venezuela.

Para el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter, la ausencia de Estados Unidos en Lima es “lamentable” y “no habla bien de la fuerza diplomática del país bajo la Administración actual”.

“No obstante -prosiguió-, es alentador que Latinoamérica tome un papel más proactivo en la crisis venezolana. El resultado de Lima fue notable, aunque es decepcionante y desafortunado que solo 12 Gobiernos firmaran la declaración”.

Los cinco países que asistieron a la cita pero no firmaron fueron Uruguay -cuyo Gobierno de izquierdas mantiene una posición ambigua sobre Venezuela- y Granada, Guyana, Santa Lucía y Jamaica, sujetas a la postura en bloque de la Comunidad del Caribe (Caricom) de no tomar partido y abogar por el diálogo.

Pese a la ausencia de Estados Unidos y a que estos cinco países no suscribieron el texto, todos los expertos consultados por Efe coinciden en señalar la relevancia del contenido de la Declaración de Lima.

“No recuerdo ninguna resolución en los últimos 25 años de este nivel de contundencia en la región, porque no solo reafirma que ha habido un rompimiento del orden constitucional, sino que es contundente en su condena a las violaciones de derechos humanos”, señaló el director para América de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco.

También destacó el punto que indica que “los actos jurídicos que conforme a la Constitución requieran autorización de la Asamblea Nacional (Parlamento, de mayoría opositora), solo serán reconocidos cuando dicha Asamblea los haya aprobado”.

“Además, algo no visto en 40 años es que una declaración como esta incluya un acuerdo sobre el embargo de armas; esto envía también un mensaje a países de fuera de la región”, anotó.

Para Cynthia Arnson, directora del programa latinoamericano del centro de estudios Wilson Center, la Declaración de Lima certifica “el aislamiento casi total” de Venezuela en la región, más allá de sus socios tradicionales de la Alianza Bolivariana (ALBA) -Cuba, Ecuador, Bolivia, El Salvador, Nicaragua- y de los países caribeños, que durante años se han beneficiado de su petróleo subvencionado.

Estos pequeños países tienen una deuda muy grande con Venezuela. Ha existido una falla en la diplomacia de Estados Unidos al no traer algunos incentivos que permitan cambiar la posición a estos países”, apuntó Carlos Ponce, director para Latinoamérica de Freedom House.

En los pasillos de la OEA muchos embajadores comparten esa opinión: solo Estados Unidos puede convencer al Caribe y lograr una mayoría en el organismo para presionar a Maduro a cambiar de rumbo. EFE


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