Consulta popular vs Ensayo electoral constituyente: La división quedó patente en Venezuela

Consulta Popular #16Jul |Foto cortesía

Consulta Popular #16Jul |Foto cortesía

La cola se extendía varias cuadras. Decenas de personas ataviadas con gorras con el color de la bandera venezolana, rosarios, camisetas con mensajes religiosos o de la selección local, banderas. Gente de todas las edades esperaban el domingo en Caracas su turno para marcar una papeleta con tres preguntas de “sí” o “no” en la consulta convocada por la oposición.

En otra parte de la ciudad, en cambio, otra fila avanzaba al son de “La Constituyente va”, el eslogan oficialista a favor del proceso que se celebrará el 30 de julio. Camisetas rojas con la cara de Hugo Chávez, otras de propaganda de las Misiones (los programas sociales del Gobierno), gorras del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La gente esperaba con su tarjetón en mano para participar en un “simulacro electoral”.

De hecho, el domingo tuvieron lugar de modo paralelo dos procesos que llevaron a las urnas a los venezolanos. Por un lado, una consulta popular a iniciativa de la oposición y de parte de la sociedad civil, al margen del Consejo Nacional Electoral (CNE), en la que se preguntaba si se estaba de acuerdo o no con la Asamblea Nacional Constituyente propuesta por el presidente Nicolás Maduro, sobre el papel de las Fuerzas Armadas y la renovación de los poderes públicos.

Por otro, se llevó a cabo un simulacro de cara al 30 de julio, día en que se elegirá a los miembros de la Constituyente. Este otro proceso contó con la movilización del Gobierno y del CNE, y con la protección de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

Al final, ambos se declararon ganadores. La oposición anunció que, tras computar el 95 por ciento de las actas, casi 7,2 millones de votantes participaron en la consulta para rechazar la Constituyente.

“Negar la alta participación en esta consulta es no vivir en Venezuela. Todos vieron las filas de electores. El pueblo se expresó y le dijo al Ejecutivo lo que quiere: quiere paz. Casi la totalidad de las respuestas estuvieron relacionadas con el ‘sí’”, dijo la rectora de la Universidad Central de Venezuela, Cecilia García Arocha, al hacer públicas las cifras de participación.

El presidente, por su parte, afirmó que la elevada participación en el ensayo electoral es una señal de que su Gobierno obtendrá una “victoria contundente” en dos semanas. “Este domingo 16 de julio, hemos escrito el preámbulo de la gran victoria patriota que obtendremos el 30 de julio en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente”, escribió Maduro en su página de Facebook.

Alejandro Hartt fue uno de los venezolanos que decidió participar en el plebiscito opositor. Acudió temprano para luego ir a jugar softball. “Se ha intentado con huelgas, con plantones, de modo legal, de modo ilegal y nada cambia. Así que este es otro modo de demostrarle al Gobierno que tiene que abrir los ojos y que se dé cuenta de que hay que cambiarlo”, dijo.

Este electricista de 54 años, de la zona popular de La Vega, en el municipio Libertador de Caracas, aprovechó también para convocar a más gente a la votación. “Vine a sondear, la cola estaba rápida, me animaron, salí rápido y busqué a mis amigos, a mi esposa, ya he traído como a cinco. Hay que participar”, afirmó.

Mery Rojas, un médico de 50 años, organizó la cola de la tercera edad, que contaba con unas sillas para la espera. “Estamos optimistas y felices. La comunidad se ha organizado muy bien”, dijo en referencia a los voluntarios. Ante la pregunta de por qué participar, respondió: “Porque quiero que mi país sea libre, lo que era antes, volver a ser lo que fuimos o mejor”.

En los alrededores de la Universidad Central de Venezuela, en el “punto soberano” más grande del país instalado por la oposición, Vanessa Elían, de 23 años, ya había votado. “Lo hago porque es una demostración de democracia, por mi familia, por mi futuro”, afirmó. Sobre el simulacro organizado por el Gobierno, expresó que lo veía como “otra oportunidad para que la gente decida”.

Mientras tanto, en el barrio el 23 de Enero, que fuera bastión del chavismo, también en el oeste de Caracas, Elvis Uzcátegui, de 38 años, esperaba su turno en el simulacro del oficialismo.

Ya sabía por quién votaría y tenía claro por qué estaba aquí. “Es importante porque de ahí se elegirán las leyes que van a representar un impulso a la revolución bolivariana, se ampliará la Constitución de 1999, los nuevos artículos la van a fortalecer”, dijo en alusión a la actual Carta Magna, hecha a iniciativa de Hugo Chávez.

Evarista Madriz tiene 81 años y lleva casi toda la vida viviendo en el 23 de Enero. Ataviada con un jersey que desafiaba las altas temperaturas caraqueñas, esta jubilada acababa de plasmar sus opciones en las máquinas electrónicas del CNE, resguardadas por funcionarios del órgano electoral y varios Guardias Nacionales. “Estoy aquí para poder votar si Dios quiere el día 30. Para poder mejorar lo que no está funcionando bien”, manifestó.

Esta pensionada tiene, sobre todo, una inquietud que espera que la Constituyente acomode. “Que el tema de la alimentación se arregle, se pongan precios fijos, se acabe con la especulación y los bachaqueros (revendedores)”, dijo.

Venezuela actualmente sufre escasez de alimentos y medicinas. El Gobierno denuncia una “guerra económica inducida” que además sería la causante de la inflación, de la que no se dan cifras oficiales desde hace años. La oposición, en cambio, acusa al Gobierno de no tomar medidas efectivas que palien la escasez y saneen la economía.

Al final de la jornada, las calles de Caracas eran una muestra de la división del país: se podían oír tanto cohetes para festejar el éxito del simulacro oficialista como las bocinas de autos que celebraban la participación en el plebiscito opositor.

DPA


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