¡FUERTE! El contundente mensaje de Vladimir Villegas a Padrino López

 Vladimir Villegas| Foto: Archivo

Vladimir Villegas, periodista venezolano | Foto: Archivo

Vladimir Villegas, conocido periodista venezolano, dedicó unas líneas al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, a propósito de su llamado a que efectivos de la FANB no incurrieran en delitos de violación a los derechos humanos, por lo que instó al máximo responsable del órgano castrense a ser garante de la integridad de todos los venezolanos sin distinción política alguna.

“Es lamentable que de una u otra forma la Fuerza Armada Nacional se vea involucrada en la tarea de silenciar y dispersar un descontento que va más allá del liderazgo y de los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática”, señala Villegas

A continuación texto íntegro del artículo de opinión:

Le escribo estas notas, General Vladimir Padrino López desde el respeto, desde mi condición de venezolano preocupado por la situación del país y como firmante de la Carta Magna que nos dimos en 1999.

En días recientes hice un comentario para felicitarlo por su firme exhorto a la Guardia Nacional para que desistieran de seguir cometiendo atrocidades contra la población. No esperaba menos del ministro de la Defensa. Esa declaración me indica que en la Fuerza Armada Nacional no hay indiferencia frente a la represión brutal y demás conductas indebidas puestas en práctica por integrantes de la Guardia, bajo la mirada indiferente de quienes comandan esas operaciones. Si hubiese una debida vigilancia sobre el proceder de esos uniformados usted no habría tenido que pasar por el difícil trance de hacer semejante llamado de atención, con una claridad y firmeza que se le extraña a quienes tienen el deber constitucional de velar por los Derechos Humanos.

Al igual que usted, general Padrino López, el resto los venezolanos, a excepción de aquellos que prefieren silbar y voltear para otro lado con tal de no ver lo que es inocultable, repudiamos esas atrocidades. Y consideramos, además, que no debe prevalecer la impunidad, razón por la cual los funcionarios, del rango que sea, responsables de las violaciones a la constitución y las leyes tienen que ser castigados, sin contemplaciones. En tal sentido me pregunto si ya fueron puestos a derecho los efectivos presuntamente implicados en la muerte de manifestantes, y que, a decir de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, no habían sido presentados ante el Ministerio Público.

Imagino que al escuchar lo que dijo respecto a la actuación de funcionarios de la Guardia Nacional muchos interpretaron sus palabras como expresión de una fisura, como muestra de diferencias entre usted y el Comandante General de esa fuerza general Benavides, o con el ministro de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, excomandante general de ese componente. Ignoro si eso es o no es así.

Lo importante es que sus palabras, en medio de una coyuntura dolorosa y desesperante, sintonizan con la realidad y con la angustia de quienes vemos cómo aumenta el número de fallecidos, de detenidos, de maltratados públicamente y sin ningún disimulo, por parte de uniformados que deberían hacerle honor a su divisa y hacen todo lo contrario, por ejemplo, destrozar bienes de los ciudadanos, entre ellos motocicletas y entradas de edificios residenciales.

Entre las víctimas de esas atrocidades están los periodistas. Han sido vejados por funcionarios policiales y militares, y también, no se puede omitir esto, por manifestantes ganados por la irracionalidad, unas veces en las filas del oficialismo y otras opositoras. A numerosos colegas les han robado sus celulares, los han detenido, golpeado y sometido a las más terribles vejaciones. Una cámara de Globovisión fue destrozada con saña, furia y maldad por un funcionario de la Guardia Nacional y por eso mostré los daños causados a ese equipo en mi programa, durante la entrevista que le hice a mi hermano, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas.

Cuando se le destruye o se le roba una cámara, un grabador o un teléfono a un comunicador social se atenta no solo contra la propiedad. No es un asunto meramente material. Se atenta, general Padrino, contra la libertad de expresión, contra el derecho de los ciudadanos a estar informados. Y, lamentablemente, no se puede hablar de casos aislados cuando se registran repetidamente en varias regiones del país. Lo mismo pasa con la represión desenfrenada. La absoluta mayoría del país espera que sus palabras surtan efecto en algún momento, mientras más pronto mejor.

Pero el asunto de fondo es que se pretende resolver por la vía de la represión un problema esencialmente político: el cierre casi total de las vías democráticas para la lucha política, el uso de la bandera constituyente como mecanismo para evadir el veredicto de los ciudadanos mediante el voto universal, directo y secreto y buscar caminos verdes (sin doble sentido) para permanecer en el poder. Es lamentable que de una u otra forma la Fuerza Armada Nacional se vea involucrada en la tarea de silenciar y dispersar un descontento que va más allá del liderazgo y de los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática, y que hoy también se ha hecho presente en el chavismo no gobernante.

Es insostenible en el tiempo un estado de cosas como el actual. La protesta podrá bajar de intensidad como consecuencia de la acción represiva. Pero no va a cesar mientras persistan las causas. Y esas causas, señor General Padrino, están asociadas a la exclusión, origen de la mayoría de los conflictos políticos y sociales que ha conocido la humanidad.

Por naturaleza, por convicción, rechazo la violencia venga de donde venga.  ni muchachos llevados a la justicia militar o mezclados con presos comunes. Repudio los linchamientos o cualquier acción al margen de la ley, venga de donde venga. Repudio las reiteradas violaciones a los derechos humanos. No quiero que siga regándose sangre en las calles de Venezuela ni que se consolide como una verdad la creencia de que no hay posibilidad de una solución nacida de una negociación política en el marco de la Constitución, y que estamos condenamos a una confrontación sin otro final previsible que más dolor, odio, resentimiento y muerte.

Cada quien desde su espacio debería hacer lo que esté a su alcance por el bien del país y de sus ciudadanos. No espero de usted otra cosa que el cumplimiento de sus obligaciones constitucionales en estas difíciles horas de la patria. Su exigencia de que cesen las atrocidades de integrantes de la Guardia Nacional es una señal de que tiene plena conciencia de sus obligaciones. Eso nos da un alivio, en medio de tanta desgracia.


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