Venezuela fue el país con más solicitudes de asilo afirmativo en EEUU durante 2016
Aeropuerto internacional de Maiquetía |Foto archivo
Este viernes el Director del Refugee Freedom Program, Julio Henríquez, a través de un informe publicado en su sitio web indicó que Venezuela fue el país con más solicitudes de asilo afirmativo en Estados Unidos durante del 2016.
Durante años, los nacionales de China han sido quienes mayor cantidad de solicitudes interponen, seguidos por México, pero hasta marzo de 2016 se habían presentado 3.507 solicitudes de venezolanos, por encima de las 3.358 de mexicanos y solo tras las 3.701 de ciudadanos de China, señala el último informe del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).
En tal sentido los venezolanos se colocan como la primera nacionalidad solicitando asilo en Estados Unidos durante todo 2016, con más de 18.000 aplicaciones, que a juicio de Henríquez es un resultado de la crisis en el país sudamericano.
“En Febrero de 2014 vemos dos fenómenos: por un lado, en Venezuela aumentan las protestas y la reacción represiva del gobierno, con una oleada sin precedentes de detenciones por motivos políticos que no ha hecho sino aumentar, mientras que ese mismo mes Venezuela alcanza el décimo puesto en solicitudes de asilo en Estados Unidos por primera vez en años, con 92 aplicaciones”. Ya 100 aplicaciones por mes en esa época era considerada por activistas una clara manifestación de crisis humanitaria, pero esas aplicaciones se han ido incrementando mes a mes por dos años continuos. “Tras las elecciones parlamentarias de Diciembre de 2015 nos interesaba ver cómo iba a incidir en las solicitudes de asilo. Pero se presentó un acelerado deterioro de las condiciones de derechos humanos en Venezuela que se manifiesta con la reacción del gobierno de Venezuela de aumentar las arbitrariedades y la violencia política en el discurso y en la acción, ejerciendo un inocultable control sobre el Tribunal Supremo de Justicia y usándolo para neutralizar las acciones de la nueva Asamblea Nacional en materia de derechos humanos como bloquear la ley de amnistía que desde Refugee Freedom apoyábamos, el aumento en las detenciones de disidentes políticos, las amenazas, los ataques violentos e incluso los reportes de desapariciones. La consecuencia es que solo en el pasado mes de Marzo hubo 1.345 solicitudes de asilo de venezolanos en Estados Unidos”, explica Henríquez.
En este sentido destaca que una solicitud de asilo afirmativo en Estados Unidos puede tomar más de dos años en ser procesada. La oleada de solicitudes de venezolanos empezó en Febrero de 2014 y ha venido en franco aumento desde entonces, y la gran mayoría no ha sido resueltas aún. Refugee Freedom estima que hay más de 13.000 aplicaciones pendientes con un promedio de tres personas por aplicación, así que son cerca de 40.000 venezolanos esperando a que sus peticiones sean respondidas. De ellos, es muy probable que un alto número sean rechazados.
“Hemos revisados muchas peticiones ya sometidas con asesoría de otras organizaciones que no creemos que pudieran ser aprobadas”, agregó Henríquez. “Lo que más nos alarma no son los casos de quienes dicen la verdad pero no califican, que los hay muchos, sino los casos de quienes han forjado evidencia o inventando casos para cometer fraudes migratorios. Cada vez que escuchamos sobre esto le advertimos con mucha seriedad a las personas involucradas del grave riesgo que implica cometer un fraude migratorio”. Henríquez explica que a finales de 2016 y sobre todo en 2017 pueden venir muchas negaciones de casos de asilo y subsiguientes procesos de deportación, pero aclara que hay una gran diferencia cuando el cargo para la deportación es que la persona no califica y cuando el cargo es fraude migratorio.
Henríquez, no pudo menos que expresar su preocupación ante los datos. “Los números son alarmantes por doble motivo, tanto por la causa como por el efecto. Por un lado, la causa es la crisis humanitaria con raíces políticas en Venezuela, que es trágica y cada vez empeora. Por otro, el efecto es que muchos migrantes económicos, que huyen de la violencia de criminales anónimos o del colapso del sistema de salud, aunque es poco probable que califiquen para asilo, aplican tras recibir mala asesoría. Muchos no entienden si califican e ignoran que pueden terminar en un proceso de deportación. Las víctimas de violaciones a derechos humanos y miembros de grupos vulnerables pueden calificar para asilo, pero información vaga o engañosa hace que muchos terminen tomando decisiones sin entender sus consecuencias, como aplicar para asilo sin calificar o, peor aún, fabricando historias o pruebas”.
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