Emigrar por tierra, la salida extrema a la crisis
En junio del año pasado las tres habían alcanzado su meta: defender su trabajo de grado para licenciarse como comunicadoras sociales. Como a muchos jóvenes, la grave crisis económica que atraviesa el país ya había dibujado entre sus planes futuros emigrar en busca de mejores oportunidades.
La espera por el título era lo único que las mantenía en suelo venezolano. La alegría por alcanzar ese objetivo no duró mucho. Cuando el deterioro del país comenzó a agudizarse, Jennifer Rondón, Silvia Pérez y Dayana Sojo prefirieron no esperar el acto de grado, así que decidieron aventurarse a emigrar. Si marcharse suponía un acto de valentía, hacerlo por tierra en vez de vía aérea significó un reto que nunca imaginaron que asumirían.
En Venezuela, como ya es costumbre, se desconocen las cifras de este fenómeno. Emigrar por tierra se ha convertido en la vía de escape de muchos venezolanos de clase media y baja. De acuerdo con encargados de algunas de estas compañías, la cantidad de viajes en autobús a otros países se ha elevado drásticamente en el último año. Coinciden en que los altos costos del pasaje aéreo son la principal razón.
La travesía
El 30 de septiembre, a las 7:00 pm, las jóvenes comenzaron un viaje que demoró cinco días hasta su destino: Perú. Los altos costos en los pasajes aéreos, que en su mayoría son expendidos en dólares, las hicieron descartar esta opción. Tras averiguar en varias rutas, compraron sus boletos en Expresos Ormeño, una compañía peruana que tiene una sede pequeña en Caracas, situada en la avenida San Martín.
Los boletos les costaron 160.000 bolívares. El punto de salida fue el terminal de Bogotá, debido a los constantes cierres en la frontera con Colombia. Es decir, el traslado desde Caracas hasta la capital neogranadina fue otro gasto que tuvieron que asumir.
Primera parada. Las jóvenes abordaron un autobús que las llevó hasta San Cristóbal. Luego se movilizaron a San Antonio del Táchira, desde ese punto buscaron un taxi que las llevó a la frontera colombo – venezolana. La unidad cobró 3.000 bolívares por cada una.
Segunda parada. Tras cruzar la frontera y llegar a Cúcuta, acudieron a una casa de cambio. Ahí volvieron a enfrentarse a la crisis económica venezolana. Cada una tenía 80.000 bolívares, que al ser convertidos en pesos colombianos se redujeron a la mitad. Continuaron el viaje y abordaron una unidad que las llevó a Bogotá.
Tercera parada: A las 10:00 pm partieron desde una sede de rutas Ormeño ubicada en el terminal de Bogotá. El viaje duró tres días. Pasaron la frontera con Colombia, la de Ecuador y, finalmente, la de Perú. Pero no todo fue tan sencillo: durante el recorrido debieron parar en cada frontera y el servicio de transporte fue de mala calidad. Al menos, solo en Ecuador les revisaron las maletas.
“Lo más loco es el tiempo que duras viajando, son cinco días, la incomodidad, tu aseo personal, si tienes hambre tienes que esperar a las paradas, es un solo baño para toda esa gente”, cuenta Jennifer desde Lima, su nuevo hogar.
Durante el viaje, Silvia, Jennfier y Dayana tomaron otras precauciones: llevaron alimentos no perecederos, como atún, galletas y medicinas para el dolor de cabeza y vómitos, esto por lo largo de su recorrido.
En el autobús donde viajaron no eran las únicas venezolanas, había más que como ellas, se marcharon de su tierra en búsqueda de un mejor futuro a Argentina, Chile o Perú.
A su llegada a Lima, la familia de Silvia les brindó techo y comida mientras buscaban trabajo. A los pocos días comenzaron como meseras en un pequeño local y semanas después pudieron alquilar un apartamento entre las tres.
De ese viaje las tres venezolanas quisieron dejar evidencia, están conscientes que cada vez son más los miles de compatriotas que toman la ruta que ellas eligieron. Crearon un canal de Youtube donde muestran paso a paso cómo fue su viaje a tierras peruanas. El sitio se llama Diario de tres venezolanas y sus vídeos ya cuentan con unas 22.000 reproducciones.
“Uno se va toda nostálgica porque estas dejando todo atrás, esos días fueron interminables, viajar por tierra es complicado”, agregó Jennifer, una de las tres venezolanas que cambió su vida por la necesidad de encontrar un futuro mejor, no sólo para ella, sino para su familia que continúa en Venezuela.
Otras compañías
Los altos costos de los pasajes aéreos han dado popularidad a las compañías que viajan por tierra. En Caracas hay dos, ninguna es venezolana. Ambas coinciden en sus requisitos y equipaje requeridos: pasaporte vigente y certificado de fiebre amarilla. Sobre el equipaje, alrededor de 25 kilos es lo establecido.
Rutas de América. Está ubicada en la avenida Fuerzas Armadas y ofrece viajes desde la capital venezolana hasta Quito y Guayaquil. El precio varía constantemente. En la primera quincena de enero los pasajes tenían un costo de 550.000 bolívares, apenas un día antes se vendieron en 600.000. La razón que argumentan es el alza del dólar paralelo.
“El bolívar no sirve para nada, Rutas de América es una empresa internacional que trabaja con el dólar de la frontera”, dijo una de las empleadas a la gente que hacía fila para comprar y solicitar información.
Agregó que el precio oficial es de 150.000 dólares. “Ese no cambia, si pueden pagar esa cantidad en dólares siempre será la misma, el problema es con el bolívar”.
La compañía también ofrece conexiones hacia Chile, ahí el costo es de 350.000 dólares. Se puede cancelar en bolívares.
Rutas Ormeño. La empresa peruana ofrece viajes a varias partes de Sudamérica. Argentina, Ecuador, Chile y Perú. También se cancela en bolívares. A diferencia de Rutas de América, sus viajes salen desde el terminal de Bogotá. En la sede que tiene en Caracas, ubicada en la avenida San Martín solo venden pasajes y ofrecen información.
Los precios igualmente son inestables. La tarifa de Argentina es la más alta: 1.320.000 bolívares. A Chile se encuentra en 930.000 bolívares y a Perú 500.000.
Rutas El Bolivariano. Esta compañía colombiana ofrece viajes a Perú. Tienen varias sedes en su territorio, la más utilizada por venezolanos es la de Cúcuta. El costo del pasaje se cancela en pesos.
por Yazmely Labrador / El Nacional
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