La dura realidad en los calabozos policiales: Hacinamiento, desidia y condiciones ihnumanas (+Fotos+Video)

En los calabozos policiales de Miranda reina la desidia |Foto: Runrun.es

En los calabozos policiales de Miranda reina la desidia |Foto: Runrun.es

A pesar de que la Ministra para asuntos penitenciarios, Iris Varela asegura ante los medios de comunicación y ante la comunidad internacional que Venezuela cuenta con uno de los “mejores” sistemas penitenciarios. Son más las pruebas que hay en contra de estas aseveraciones y que terminan por desmentir a la ministra y al Gobierno.

Al respecto del tema el portal web RunRunes realizó un dramático reportaje de lo que sucede en los calabozos policiales del país, que reveló la situación de hacinamiento, desidia, condiciones inhumanas, precariedad en la higiene entre otros problemas. 

Según la investigación realizada por la periodista Angélica Lugo, para el medio citado, en los calabozos venezolanos hay entre 40 y 337,5% de hacinamiento. Los reos permanecen en espacios no mayores de 6×6 metros, donde deben permanecer las 24 horas del día con hasta 30 personas sin tener acceso a la luz.

Estos reclusos no hacen deporte, ni participan en actividades culturales. Tampoco tienen visitas conyugales y dependen de los alimentos que les llevan sus familiares. Ninguna institución se hace cargo de ellos y los encargados de sedes policiales hacen peripecias, sin dinero, para atender las emergencias que se presenten. Para estos reos no hay recursos. Son los huérfanos del Estado.

En muchos casos, los privados de libertad, ubicados  en estos centros, viven el día a día sin tener a nadie que se preocupen por ellos. Y a pesar de que son centros de detención preventiva, donde los detenidos no deberían pasar más de 48 horas allí, hay casos de reclusos que llevan hasta más de dos años esperando sentencias. 

En 2016 las autoridades policiales tuvieron que sortear motines y otros hechos violentos, pero además atendieron casos de desnutrición, tuberculosis y de reclusas embarazadas. Además durante el año pasado al menos 6 presos murieron en comisarías ubicadas en el área en estudio; se registraron 6 fugas y 6 intentos de fuga, y en dos oportunidades funcionarios fueron secuestrados por reos. Uno de los casos que más centimetraje tuvo en la prensa fue la fuga de 8 presos de la Subdelegación del Cicpc El Valle. En el hecho tres funcionarios que custodiaban a los internos fueron asesinados por los reos.

Foto 2 de Raul Romero calabozo policial

El hacinamiento que mezcló reos y dejó embarazadas a dos presas

Un pasillo en el que están distribuidos 41 presos, entre ellos dos reclusas embarazadas, separa a tres calabozos que están abarrotados de otros 77 reclusos en la sede de la Policía Municipal de Guaicaipuro, ubicada en Los Teques, estado Miranda. El hacinamiento en esa sede policial no le brinda beneficios a los reos que tienen condiciones especiales. Esa es la preocupación de la madre de una presa de 23 años de edad que salió embarazada estando privada de libertad en esa policía y que ya tiene seis meses de gestación.

La mujer cuenta que en 10 meses a su hija le han diferido nueve veces la audiencia preliminar y refiere que desde que salió en estado, se ha complicado con asma y ha presentado placenta previa: “Estoy luchando para que le den casa por cárcel a mi hija. En dos meses debería dar a luz y temo que se complique más estando presa allí. Aunque los policías han sido condescendientes y me permitieron pasarle una colchoneta, porque el resto de los presos duerme encima de sábanas, igual ella está incómoda y el peso de la barriga la acerca más al suelo”.

CALABOZOS PARA MUJERES

Reclusas en calabozos policiales

Uno de los calabozos que más novedades reporta en la sede de Polimiranda ubicada en Ocumare del Tuy es el que fue habilitado para las mujeres. Allí comparten espacio nueve reclusas que están detenidas por los delitos de robo y homicidio. La presa más antigua de ese calabozo tiene 21 años de edad y está detenida desde hace dos años por el delito de robo.

La interna no ha sido sentenciada y durante su permanencia en esa policía ha tenido asma, problemas respiratorios e infecciones vaginales. Para la reclusa lo más difícil ha sido pasar todo ese tiempo sin ver a su hijo y recuperarse de las recaídas que ha tenido de salud.

A continuación algunos videos:


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