ABC: El inventario del horror perpetrado por Fidel Castro
En la isla y en el exilio se dice que todo cubano tiene en su familia a un preso, un exiliado o una víctima mortal de la dictadura de Fidel Castro. Un balance de cientos de miles damnificados en un país de poco más de once millones de habitantes.
Por CARMEN MUÑOZ/ABC.es
Pocos días después del triunfo de la revolución cubana, Raúl Castro, el hermano menor del dictador muerto, ordenó fusilar a decenas de policías y militares que habían servido bajo el mandato del dictador Fulgencio Batista. Era la noche del 11 al 12 de enero de 1959, en la Loma de San Juan (Santiago de Cuba), cuando las víctimas fueron colocadas de espaldas a una fosa común recién cavada y ejecutadas sin juicio previo. Para la ONG estadounidense Archivo Cuba fue la mayor matanza documentada del castrismo, atribuida al actual jefe de Estado, con al menos 72 fusilamientos contrastados.
Es difícil conocer la cifra exacta de las víctimas de los regímenes totalitarios pero, en el caso del cubano, se cree que decenas de miles de personas han muerto de forma violenta, entre fusilados, fallecidos en prisión, balseros ahogados en el estrecho de Florida, soldados involucrados en guerras internacionales… A fecha de hoy, Archivo Cuba tiene documentadas 7.179 muertes: 3.110 fusilamientos, 1.170 ejecuciones extrajudiciales (incluso por intento de «salida ilegal» de la isla), 847 muertos y desaparecidos en combate (Bahía de Cochinos, Sierra del Escambray) o 18 presos políticos muertos en huelga de hambre.
Matanza del remolcador
María Werlau, directora ejecutiva de Archivo Cuba e hija de una víctima mortal de Bahía de Cochinos, afirma que «aún sabiendo que nos quedamos cortos en el saldo en vidas truncadas que hemos logrado documentar, nadie que se familiarice con esta tragedia puede negar la magnitud y el horror de los últimos 57 años de comunismo». Esta ONG tiene registradas las muertes y desapariciones por motivos políticos desde 1959. Uno de los episodios más «abominables» para Werlau fue la llamada matanza del remolcador «13 de marzo», ocurrida en la madrugada del 13 de julio de 1994. Unas 72 personas abordaron el viejo barco para huir a Florida, pero naves equipadas con mangueras lo hundieron, con el saldo de 41 muertos, diez menores de edad.
El activista de derechos humanos Elizardo Sánchez va más lejos al afirmar que entre 3.000 y 5.000 personas han podido ser fusiladas. Los últimos en 2003, cuando tres jóvenes fueron condenados a muerte por robar una embarcación turística para huir de la isla. Sánchez, que preside de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (Ccdhrn), considera que el régimen de los Castro ha significado un «retroceso neto» en derechos civiles, políticos y económicos. «Nunca antes el pueblo tuvo peor situación, ni siquiera bajo la colonia española», añade el activista.
«Desde Sierra Maestra, los derechos humanos jamás han estado en su agenda», resume al mismo tiempo Juan Carlos González Leiva, secretario ejecutivo del Consejo de Relatores de Derechos Humanos. El ex preso político invidente considera que el balance de víctimas es «incalculable debido a los que han fallecido en el mar, pero puede superar los 50.000 muertos».
Cientos de miles de personas, incluso más de un millón, han pasado por sus cárceles. Mientras que durante la dictadura de Fulgencio Batista había unas quince prisiones, ahora hay alrededor de doscientas, cincuenta de ellas de máxima seguridad. La Comisión Cubana sostiene que la población penal es quince veces mayor que en tiempos de Batista: ha pasado de unos 4.000 presos a entre 60.000 y 70.000 reclusos. La mayoría son reos comunes, jóvenes y negros que se enfrentan muchas veces a largas condenas en condiciones «infrahumanas, degradantes y crueles».
A finales de 2016, en las cárceles cubanas aún existen alrededor de un centenar de presos políticos.