Los secretos de la vida de Fidel Castro que no conocías, hijos, dinero, gustos (+Fotos)
Jamás sabremos cuántos secretos se llevó Fidel Castro a la tumba.
Como dijera una vez un comentarista en la prensa británica: de la Cuba de Batista a los intríngulis de la Guerra Fría -y más-, es probable que tuviera como para escribir el más grande de los bestsellers.
O dos, si se le hubiera antojado hablar de él mismo.
Pero no fue el caso. Por décadas, su vida privada era “zona de exclusión” en Cuba: ni se hablaba ni se informaba, mucho menos se fotografiaba.
Lo explicaba por razones de seguridad: “(la CIA y el exilio cubano) quieren saber si un día cualquiera fui o no fui al baño, los detalles de cómo está mi próstata, incluso quieren rayos X”, explicaba Castro en una rueda de prensa en La Habana en 2000.
Pero también creía que los estadistas no debían mezclar la vida pública con la privada. “En este sentido, me he reservado una libertad absoluta”, dijo en un documental de 2001.
Aquí y allá dejó retazos. Y aquí y allá, algunos detalles escaparon su cuidadoso resguardo. BBC Mundo recogió algunos de ellos.
50 años de vida pública, pocas pistas
“Fidel Castro es un enigma. Siempre es Fidel Castro, pero Fidel es un personaje desconcertante, que se disfraza tan bien y con tanta frecuencia que hace que el hombre real se vuelva elusivo, misterioso, inalcanzable”. Herbert Matthews, periodista estadounidense que lo conoció en tiempos de la Sierra Maestra.
“Creo que conozco a Fidel mejor que mucha gente y lo considero un amigo de verdad, pero ¿quién es Fidel en privado? ¿Cómo es Fidel realmente? Nadie sabe”. Gabriel García Márquez.
“La cantidad y la calidad de información dura que hay sobre la materia (la vida privada de Castro) es tan escasa, como no hay sobre ningún otro país en el mundo”. Brian Latell, principal analista para la CIA sobre Cuba y Castro hasta finales de los 90.
1. Su fecha de nacimiento
Oficiamente nació en 1926. Pero investigadores argumentan que fue en 1927.
Mario Beira, autor de “Fidel Castro Ruz: un estudio psicoanalítico”, es uno de quienes sostienen que el padre de Fidel, Ángel Castro, cambió su fecha de nacimiento para que pudiera saltar del tercer al quinto grado en la escuela e inscribirse antes en la secundaria.
Otros apoyan esta tesis con declaraciones que su madre, Lina Ruz, y sus hermanos dieron a la prensa local en los primeros años de la revolución, así como datos recogidos por los primeros biógrafos locales.
En 1977, la periodista estadounidense Bárbara Walters le preguntó cuál era el año correcto. “Me quedo con la fecha menos favorable”, fue su respuesta indirecta.
2. Su nombre
Oficialmente era Fidel Alejandro. Pero quienes han urgado en sus documentos de nacimiento -que son varios, debido a su condición original de hijo ilegítimo después regularizado- aseguran que tuvo otros nombres.
La brasileña Claudia Furiati fue la primera en documentar el asunto. En “Fidel Castro: la historia me absolverá” (2003) asegura que el acta de bautismo de 1935 lo registra como Fidel Hipólito Ruz González, que aparece como Fidel Casiano Ruz González en un certificado 1938 y que en 1941, cuando fue reconocido, finalmente se le asigna el nombre por el que se lo conoció hasta el final de sus días: Fidel Alejandro Castro Ruz.
La tesis es que aprovechó esta última oportunidad para adoptar el nombre de uno de sus héroes históricos: Alejandro Magno.
Sobre el asunto, Fidel Castro sólo le asomó a Ignacio Ramonet -en “Biografía a dos voces”- que “el 13 de agosto (su cumpleaños) es el día de San Hipólito Casiano, pero me dieron el nombre de Fidel por el hombre que iba a ser mi padrino”.
3. Su casa
“Punto Cero” es el nombre clave que los servicios de inteligencia cubanos dan a “Jaimanitas”, la residencia de Castro en La Habana, por décadas mantenida tras un velo de misterio.
La primera vez que el público en general vio imágenes fue en 2001, cuando Dashiel Torralba, exnovia de uno de los hijos de Castro recién escapada de Cuba, le entregó un video casero a la cadena estadounidense Univisión.
Situada en un suburbio de La Habana, en los terrenos de un antiguo campo de golf, es una estructura en forma de herradura, alrededor de una piscina.
En el video de Torralba se ve un largo corredor exterior, un amplio jardín con algunos juegos infantiles, una cocina con superficies de acero inoxidable y un comedor con mesa de ocho puestos y televisor, ninguno de estos lujosos.
El entonces vicepresidente Carlos Lage calificó la exhibición del video como “una bajeza repugnante”. Pero después del retiro de Castro en 2008, los controles se relajaron un poco y ciertas personalidades ganaron acceso.
En enero de 2014, con motivo de la cumbre de la CELAC que se celebraba en La Habana, varios presidentes lo visitaron en su casa. Las fotos distribuidas por agencias noticiosas mostraban a Castro y a sus invitados en una terraza con sencillas mecedoras de mimbre.
Un artículo del diario británico The Guardian agrega que la “modesta casa” consta de dos pisos y cuatro habitaciones, mientras que otro del diario Telegraph la describe como una edificación “bien equipada” que contrasta con “la imagen de austeridad que se exige a los ministros cubanos”.
Modesta y bien equipada
- La casa de Fidel Castro es descrita como una edificación de dos plantas en forma de herradura.
- Tiene una piscina, cancha deportiva y parque infantil, además de amplios jardines con aves exóticas.
- Según las imágenes disponibles, no ostenta lujo.
- Algunos comentaristas la califican de “modesta”, aunque otros resaltan el contraste con las condiciones del cubano promedio.
4. Su dinero
Se trata de un aspecto muy espinoso, debatido con vehemencia por partidarios y detractores.
La revista Forbes comenzó a incluirlo en su lista de ricos del año 1997. En 2006, última vez que figura en la mencionada lista, le asignaba una fortuna de US$900.000.000.
La cifra se basaba sobre su “poder económico sobre una red de compañías propiedad del Estado”. Castro rechazó esta especie como una “mentira repugnante”.
Otros piensan que la cifra es incluso mayor. Aseguran que su fortuna está contenida en las llamadas “Reservas del Comandante”, y que incluye cuentas bancarias, negocios y posesiones dentro y fuera de Cuba.
5. Su vestimenta
Desde principios de los 50 a Fidel Castro no se lo vio en público más que vestido de militar.
“Con el uniforme no me tengo que poner una corbata todos los días. Evita el problema de qué traje ponerme, qué camisa, qué medias”, le dijo a Ramonet.
Por sugerencia de su amigo Gabriel García Márquez, en 1994 probó usar una tradicional camisa informal, conocida como “guayabera”, en la conferencia de los No Alineados, según el documental “Fidel, la historia no contada”, de Estela Bravo.
Ese mismo año que empezaría también a probar vestirse de traje.
Tras su operación en 2006, la enfermedad lo obligó a lucir un estilo deportivo: pantalón y chaqueta de ejercicios. Razón por la cual la revista Time lo incluyó en una lista reciente de mandatarios peor vestidos del mundo.
En cuanto a la barba, comenzó a usarla en tiempos de la Sierra Maestra y ya nunca se la quitó hasta su muerte.
6. Su vida familiar
Fidel Castro gozaba de fama de mujeriego y fueron varios quienes intentaron determinar cuántos hijos habían resultado de sus amoríos.
El cálculo más exhaustivo lo hizo la periodista Ann Louise Bardach en el libro “Without Fidel” (año 2009), y su cuenta llega a 11.
Castro se casó en 1948 con Mirta Diaz-Balart, una joven de familia acomodada a quien conoció en sus tiempos de estudiante. Con ella tuvo un hijo: Fidel, conocido como Fidelito, quien por un tiempo estuvo a cargo del programa nuclear cubano.
El matrimonio se disolvió en 1955 y según Bardach, al año siguiente tuvo tres hijos de tres madres diferentes.
La más famosa es Alina Fernández. Su madre es Natalia Revuelta, una joven de alta sociedad que defendió ardorosamente la revolución. Alina, en cambio, abandonó Cuba en 1993 y se convirtió una fuerte crítica.
La menos conocida es Panchita Pupo, cuya existencia mencionó Bardach hace unos años. Por último, nació Jorge Ángel, hijo María Laborde, una admiradora que Castro conoció al salir de prisión.
Después, están los cinco hijos que tuvo con su compañera de larga data, Dalia Soto del Valle, una maestra de escuela que conoció durante las campañas de alfabetización de los años 60: Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro y Ángel. Según informes, Castro no se casó con Dalia hasta 1980. Y los cubanos no vieron su rostro hasta el año 2003, cuando se mostraron imágenes suyas en la televisión estatal.
“Mientras que no era un padre de estilo afectuoso, Castro cumplía con sus obligaciones y mantenía un ojo -aunque distante- sobre el clan. Se ocupaba financieramente de todos su hijos y se aseguraba de que tuvieran oportunidades”, escribió Barach.
La periodista incluye otros reportes no confirmados, incluido un hombre llamado Ciro Redondo, resultado de una breve relación. Y en 2007 una desertora de los servicios de inteligencia cubanos dijo haber dado a luz a otro hijo de Castro en los años 70.
Los hijos de Fidel Castro
- Con su primera esposa, Mirta Díaz Balart: Fidel, conocido como “Fidelito”.
- Con Natalia Revuelta: Alina Fernández Revuelta.
- Con María Laborde: Jorge Ángel.
- Con su segunda esposa, Dalia Soto del Valle: Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro y Ángel.
- De madre no identificada: “Panchita” Puppo.
- Informes no confirmado: Ciro Redondo.
- De una desertora de los servicios secretos: Fito.
Fuente: “Without Fidel”, de Ann Louise Bardach.
7. Su afición por los deportes
Su pasión por el béisbol era más bien vox pópuli. Pero su fama superaba, quizás, la realidad: algunos creen que realizó pruebas para jugar con los Yankees de Nueva York o los Senadores de Washington, pero otros lo reducen a mito.
“En un país como Cuba, donde la cobertura de los deportes era amplia y completa (…) no hay ningún registro de que Fidel Castro jugara, y mucho menos fuera estrella de ningún equipo”, escribió el profesor de la universidad de Yale Roberto González Echevarría en su libro “Una historia del béisbol cubano” (1999).
Además de la pelota profesional, practicaba la pesca de altura.
La pasión de Castro por el béisbol era bien conocida así como el baloncesto.
8. Su gusto por el cigarro
Cuenta la historia que el famoso Cohiba fue inventado por el amigo de uno de sus guardaespaldas, Eduardo Rivera Irizarri, especialmente para Castro, a mediados de los años 60.
El fallecido líder cubano abandonó el hábito en 1985, por razones de salud. Su único contacto después de esa fecha fue cuando firmaba las cajas a celebridades “a beneficio de la salud pública en Cuba”, según el documental de Bravo.
9. Su buena suerte
“Si sobrevivir a intentos de asesinato fuera una categoría de las Olimpiadas, yo me llevaría la medalla de oro”, dijo Castro en una ocasión.
“Tiene una suerte que pudiera confundirse hasta con algo sobrenatural”, le dijo a BBC Mundo en 2010 el investigador español Luis Adrián Betancourt, autor de un libro sobre la materia.
Añadida su proverbial memoria, algunos encuentran elementos para vincularlo con fuerzas que no son de este mundo.
“Siempre hubo un lado esotérico en Fidel, alimentado naturalmente por la santería afrocubana”, escribió Georgie Anne Geyer en “Guerrilla Prince: the untold story of Fidel Castro”.
Se cita con frecuencia un episodio ocurrido cuando, ganada la revolución, Castro se dirigió a las masas en enero de 1959. En una de las partes más apasionadas de su discurso, una paloma se posó en su hombro. El incidente fue interpretado como una señal de que era “el elegido”.
Algunos -como Georgie Anne Greyer- asocian su sobrenombre de “Caballo” a una dimensión de santería: “el sacerdote de la santería es conocido como el ‘caballo’ de los santos y durante la iniciación en santería, se cree que los santos toman posesión de sus iniciados montándolos”.
10. ¿Fidel artista?
Pero de acuerdo con el sitio especializado IMDB, Fidel Castro participó en al menos dos producciones de Hollywood como extra (en sus años de estudiante): el musical Holiday in Mexico (1946), la comedia Easy to Wed (1946).
El número de películas, documentales y series en las que participó con su testimonio suman 48.
Hablando de dotes artísticas, según la escritora estadounidense Alice Walker (en declaraciones en el documental de Estela Bravo), Fidel Castro no sabía bailar ni cantar. En el mismo documental, el artista cubano Compay Segundo no confirmó esta versión: dijo que más bien le gustaba mucho cantar.