“El nuevo currículo es un retroceso para la educación”
Cornelio Santana, directivo de la Federación Venezolana de Maestros, explica que el nuevo pensum implementado al principio del año escolar en 127 planteles del país, menoscabará la calidad educativa. Busca formar bachilleres sin capacidad interpretativa.
Señala que el Estado solo persigue adoctrinar a los alumnos, amoldando un diseño curricular a su favor y desdeñando lo más importante: una educación de primera línea que forme ciudadanos que el país requiere para su desarrollo.
Esto se puede apreciar en la Colección Bicentenario, donde los textos contienen una alta carga ideológica, le rinde culto al Presidente Chávez y solo se habla del socialismo.
“Están instaurando todo a lo que se le dijo no en una consulta popular y esto forma parte del llamado Plan de la Patria”.
Explica que con el nuevo pensum se trata de tapar el déficit de profesores que desde hace años se viene agudizando, incluso muchos bachilleres se han graduado sin ver asignaturas como Física, Química y Matemáticas.
“Ahora se implementan ejes de aprendizaje conformados por Lengua, Culturas y Comunicación (LCC); Memoria, Territorio y Ciudadanía (MTC); Ciencias Naturales, Lenguas Extranjeras (LE), Educación para el Trabajo (EPT) y Educación Física, para ello se le están dictando talleres a los profesores y muchos tendrán que dictar materias en las cuales no se profesionalizaron”.
Expresa que las condiciones no están dadas para su implementación y en el caso de Vargas, la mayoría de los planteles están en pésimas condiciones, como el caso del liceo Juan José Mendoza, donde los alumnos están recibiendo clases en el piso.
Indica que otro problema lo representa la falta de comida, ya que el Sistema de Alimentación Escolar no llega a la mayoría de los planteles y es inhumano mantener todo el día a los estudiantes sin la debida alimentación.
Para el representante de la FVM el diseño curricular está basado en un modelo desfasado que no está a tono con las necesidades del alumnado y la realidad del país.
Fuente: La Verdad de Monagas