Luego de 18 años, el BCV prepara emisión de billetes de alta denominación

BCV prepara emisión de billetes de alta denominación |Foto referencia

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Los rumores sobre la emisión de billetes de alta denominación-necesarios en el país por la inflación-parecen hacerse realidad. Nota del diario Panorama indica, con información extraoficial, que habría una nueva familia de billetes, con denominaciones de Bs. 500, 1.000, 5.000 y hasta un monto máximo de Bs. 20.000. 

En marzo pasado, el propio presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, durante una entrevista con una agencia internacional, adelantó que el ente financiero “ya tiene en proyecto la emisión de nuevos billetes de Bs. 500 y 1.000 para ir hacia un cono monetario ‘más óptimo’ que se adapte a la situación del país”. En referencia a la fecha Merentes mencionó: “Queremos que sea este mismo año que salgan las nuevas denominaciones”. 

Y esta misma semana expertos del sector financiero confirmaron a Banca y Negocios que se espera la emisión de otras denominaciones en los próximos meses. “Se estima que la fabricación de billetes pudiera alcanzar denominaciones de hasta Bs. 20.000”, indicó el portal especializado en el tema económico. 

Analistas y economistas consultados enfatizaron que ya en el país es “impostergable” la adaptación de una moderna familia de billetes que se adapte a las necesidades de la economía local. 

El economista y miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), José Guerra, aseguró que es urgente que se emitan en el país monedas de alta denominación, debido a que esto le ahorraría divisas al Estado y frenaría la alta liquidez monetaria.

Señaló, en un artículo personal, que un billete de 100 bolívares emitido en 2008 actualmente tiene un valor de 2,0 bolívares. “Es totalmente incomprensible que el directorio del BCV no haya adoptado la medida que le ha sugerido la Comisión de Finanzas de poner a circular de manera inmediata billetes de 5.000, 2.000, 1.000 y 500 bolívares, para con ello facilitar las transacciones y aminorar los costos de emisión en los cuales incurre el organismo”, explicó.

Guerra destacó que actualmente un billete de Bs. 100, está costando $ 0,15 (15 centavos) y, por tanto, imprimir es equivalente a Bs. 1.000 en billetes de Bs. 100 lo que tiene un costo de $ 1,5. “Pero emitir un billete de Bs 1.000, costaría los mismos $ 0,15”, dijo. Indicó que si el BCV tiene que emitir Bs. 100.000.000 en billetes de Bs. 100, hoy esa operación tendría un costo de $ 150.000, “mientras que si emitiera billetes de Bs 5.000, el costo bajaría hasta $ 3.000”.

“Esto está representando un daño considerable al patrimonio nacional, el mantenimiento de un cono monetario totalmente desactualizado y de ese daño es responsable el directorio del BCV porque la decisión sobre la impresión de monedas y acuñación de monedas, le corresponde a ese órgano de dirección de la política monetaria, no al presidente Maduro”, aseguró Guerra.

Asimismo, el economista y director de la firma Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, aseguró, en la red  social Twitter @aroliveros, que crear “una moneda de mil y luego billetes a partir de 5 mil (…) no facilita las transacciones, uno de las funciones claves de un cono monetario. Nadie ha dicho que sea suficiente. Pero hay que hacer las dos cosas: actualizar la familia de (…) billetes y reducir la inflación”.

Para Oliveros es completamente “falso” que “actualizar el cono monetario no genera inflación. Es factible (y lo deseable) que el BCV este pensando en emitir nuevos billetes, pero dudo mucho que sean los que dicen por allí”.

Datos del portal Numismática Venezuela revelan que en 1998, el Gobierno de la época decidió recoger buena parte de las monedas en circulación en el país y optó por actualizar el cono monetario de la época. Por primera vez en la historia se fabricaron billetes con alta denominación: 10.000, 20.000 y hasta 50.000 bolívares. Posteriormente, sufrieron rediseños entre el período 2001 y 2005 para adaptarlos con el membrete de República Bolivariana de Venezuela.

“Este tipo de ejemplares desapareció del país con la llegada de la reconversión monetaria en 2008 (…) cuando el Ejecutivo decidió simplificar el uso de la moneda y se ordenó la eliminación de tres ceros (…) así se dio paso al llamado Bolívar Fuerte. Todo esto sucedió para eliminar los desequilibrios de la economía, solventar la altísima inflación y devolver el poder de compra de los venezolanos. Es lamentable que ocho años después se tenga que volver a recurrir a las altas denominaciones en los billetes”, opinó el economista caraqueño Rafael Vivas.

Vivas agregó que “hoy la máquina de billetes sigue encendida, se está emitiendo papel moneda sin ningún tipo de respaldo y eso lo siente el bolsillo de los ciudadanos. Personalmente, pienso que el billete de menor denominación debería ser de Bs. 500 y el de mayor circulación de 
Bs. 50.000. Claro, es tonto pensar que con esta reestructuración del cono se van a resolver las distorsiones de nuestra economía, se requieren otras medidas adicionales (…) siendo la principal frenar la inflación que ya se proyecta en 720% al cierre de 2016”.

Actualmente, en el primer semestre de este año la cifra de piezas monetarias usadas en Venezuela se incrementó hasta los 55.491 millones, cifra muy por encima de los 28.910,02 millones de piezas para el mismo período del año pasado. Igualmente, la emisión de los billetes de Bs. 100 se incrementó en 130% (459,3 millones de unidades). 

La presentación de 50 bolívares también mostró un comportamiento de aumento. En julio de 2015 se contabilizaron 65,2 millones de billetes, mientras que en el mismo mes de 2016 se contabilizaron 117,1 millones. 

Los ciudadanos “de a pie” también exigen la presencia de unidades monetarias de más valor y para facilitar sus transacciones. 

Muchos aseguran que la alta inflación en el país ya “pulverizó” el valor de los billetes de Bs. 2, 5 y 10, que son incluso desechados y rechazados por usuarios. Incluso, algunos aplaudieron la ya desaparición de las siete monedas acuñadas: 1, 5, 10, 12 1/2, 25 y 50 céntimos y de la propia moneda de un bolívar.

“Me da mucha rabia ir a un banco y que me paguen la pensión en billetes de Bs. 5 o 10 bolívares (…) son fajos tan grandes que no me caben en la cartera. Prefiero mil veces que me den cuatro billetes de 5.000 bolívares y listo”, contó Isaura García, jubilada de 65 años.

Otros aseguraron que en el día a día ya se ha vuelto un problema manejar enormes volúmenes de papel moneda. “Uno va a hacer compras y tiene que salir con un morral lleno de billetes para pagar (…) eso sin contar con el problema de la delincuencia, la inseguridad, que alguien te arrebate el dinero”, indicó José Flores, de 45 años.

A pesar de la rumores la decisión final recae en manos del Ejecutivo y que el BCV lo ejecute. Más temprano que tarde el cono monetario se tendrá que actualizar y volverán al “ruedo” piezas similares a las que circularon entre 1998 y 2006. Su efectividad en la economía del país solo el tiempo la dirá.

Con información de Panorama


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