Más de 30 familias se han mudado del 23 de Enero huyendo de la guerra entre las bandas y los coletivos
Al menos unas 30 familias se han mudado del barrio 23 de enero, en Caracas, para huir del yugo de los colectivos armados y las bandas criminales que dominan la zona, publica El Nacional
Un de los casos es la familia Negrín, que en junio pasado se mudó porque no soportaron vivir en el sector El Observatorio del 23 de Enero, zona de guerra entre colectivos y bandas en pugna por el control del territorio.
“Mi nieto no paraba de llorar y al día siguiente no nos atrevimos a salir. Algunos autobuses no prestaron servicio por miedo a quedar atrapados en medio de otro intercambio de disparos”, relató Oswaldo Negrín sobre la noche en la que un enfrentamiento que se prolongó por más de dos horas y proyectiles impactaron en su casa.
En tres días se mudaron y la casa del 23 de Enero la alquilaron a otras personas que también tienen proyectado irse.
Los colectivos son los que imponen las reglas. Tienen equipos de radiotransmisión, están informados de lo que ocurre en cada rincón y controlan la distribución de comida y el funcionamiento de locales comerciales, cobran vacuna por el uso de estacionamientos y enfrentan a los que desacaten sus órdenes o quieran invadir su territorio.
Cada vez que se reporta una situación irregular con una banda delictiva suenan la sirena para alertar a la población. Algunas personas se abstienen de salir a las calles; otras, más arriesgadas, esperar a que la situación se calme. Hay planteles que el año pasado perdieron más de 400 horas de clase por quedar atrapados en la línea de fuego de los enfrentamientos.
Operativo infructuoso.
La semana pasada se desplegó una OLP y fueron ultimados 12 hombres que integraban la banda del Kilombo. Sin embargo, sus cabecillas, según vecinos, no han sido capturados. “Ellos se refugiaron en otras zonas y van a volver porque estos operativos no son constantes”.
De hecho, el Cicpc también incursionó en la zona, pero su participación se vio truncada porque los colectivos se alzaron luego de que se llevaron detenido a David Guerrilla, miembro del grupo Salvador Allende.
“Los colectivos enfrentaron a tiros a los detectives, y a través de parlantes desde el bloque 7 llamaron a los habitantes a que salieran a defender la revolución. Al final la policía científica dialogó y tuvo que retirarse. Con la acción queda demostrado una vez más que en esta zona la policía no tiene autoridad, no puede con los colectivos ni con las bandas”, expresó un vecino que prefirió no dar su nombre.
Una funcionaria de Policaracas da fe de que desde el momento en que los colectivos tomaron el 23 de Enero en junio pasado por la detención de cinco integrantes del grupo Tres Raíces, ningún funcionario puede acercarse a la parroquia ni por error.
“Las órdenes de los jefes fueron precisas: no queremos saber que hay funcionarios allá. Si algo les pasa, no nos responsabilizamos. Estamos de manos atadas”, destacó la agente.
Fuente: El nacional
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