Colectivo armado siembra terror en el Hospital Universitario de Caracas
Un grupo armado integrado por alrededor de 20 personas, entre hombres y mujeres, que se identifican como colectivos, pasean por los pasillos del Hospital Universitario de Caracas, causando terror entre los trabajadores del recinto asistencial, reseña El Nacional.
Según denuncia Eladio Mata, presidente del Sindicato de Obreros de la Alcaldía Metropolitana, la agrupación tiene una oficina en la planta del hospital, frente a Recursos Humanos, y algunos cumplen funciones de vigilantes, camilleros, asistentes y supervisores. La mayoría lleva franela roja y amedrentan a todos aquellos que reclaman mejoras laborales, interceptándolos y amenazando con que si continúan con su lucha “los van a picar”.
El mismo Mata pasó siete días hospitalizado cuando un proyectil le perforó el intestino delgado y una arteria. El ataque no lo recibió en la calle, sino en las mismas instalaciones del recinto cuando se dirigía el 30 de agosto al auditorio del Hospital Universitario para discutir en una asamblea el bono vacacional y una serie de deudas pendientes.
Mientras caminaba, un hombre apodado el Tico se le atravesó en la puerta del lobby y le disparó. Al agresor que no detuvieron pese a que funcionarios de la Policía Nacional grabaron el atentado y hubo más de 400 testigos. Asiste al centro de salud como si nada hubiera pasado.
Los médicos también son amenazados por el grupo, que según Mata, actúa al amparo de la actual directiva.
“Los empleados asisten atemorizados. Muchos se encierran en sus oficinas y no salen de ahí hasta que finaliza la jornada, pese a que en los últimos días se instalaron 11 funcionarios de la Guardia Nacional que recorren las instalaciones para reforzar las labores de custodia” indicó Pablo Zambrano, directivo de Fetrasalud.
El familiar de un miembro de ese grupo enfermó y lo ingresaron en el HUC. El médico que lo recibió fue amenazado. “Más vale que lo atiendas bien porque si se me muere, te va a salir caro“.
Cada vez que hay asambleas incorporan entre siete y ocho mujeres para que ataquen a las que participan en los reclamos, y posteriormente son contratadas para ocupar cargos de camareras y asistentes en el hospital.
“La situación cada día se torna más tensa; cuando se convoca a reuniones no se sabe qué va a pasar. Algunos empleados se abstienen de ir porque temen por sus vidas. Son unos malandros que no les importa matar porque saben que no les van a hacer nada“, expresó una trabajadora del área de Nutrición y Dietética del HUC.
Las agresiones y amenazas han sido denunciadas ante el Ministerio de Salud, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público. A estos organismos les han solicitado que investiguen los casos, pero no han tenido respuesta.
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