La triste historia del venezolano: “Dejo al amor de mi vida en mi país, pero me voy por un mejor futuro”
DEJO AL AMOR DE MI VIDA EN MI PAÍS, PERO ME VOY POR UN MEJOR FUTURO
Venezuela, está pasando la peor crisis de su historia, y es que, desde hace algún tiempo, el país que un día fue de oportunidades, éxitos y progresos, pasó a ser el país del hambre, la pobreza y las despedidas.
Un país tan rico, como el venezolano, que se ha caracterizado por su petróleo, sus hermosas playas y paisajes; un lugar en donde puedes encontrar distintos climas, si vas al estado Sucre, te encuentras con el rico calor del sol y sus playas cristalinas; si vas a Mérida te topas con montañas cubiertas de nieve, y un frío delicioso; si vas a Coro, te encuentras con el desierto, son muchos los lugares a donde pueden ir los venezolanos y turistas, pero hoy, esos lugares se encuentran solos, porque Venezuela se está quedando sin su gente.
Muchos son las personas que han tenido que abandonar el país que los vio nacer, y crecer, porque van en busca de oportunidades, y de una mejor vida, esa vida que no pueden encontrar en Venezuela.
Relaciones de ensueño, han tenido que terminarse por las peleas al no encontrar nada para comer, por no conseguir empleo, por los despidos, por ahogarse viendo al país hundirse cada día, por no poder verse porque ni para el taxi tienen, por no poder compartir, porque no hay para ir al cine, han obligado a las personas a acabar relaciones que se creían eternas.
“Adiós amor, debo irme para luchar por mi futuro”, es la frase que se escucha en el aeropuerto internacional de Maiquetía, cuando con un beso y lágrimas en los ojos, dos cuerpos se separan porque el Gobierno los obliga a hacerlo.
El dolor de los que se quedan es insuperable, porque no solo los abandonan, sino que se quedan viviendo un infierno, del que no saben si podrán salir.
Muchas fotos son las que se ven a diario del mosaico que se ha hecho famoso en el mundo: el suelo del Aeropuerto internacional Simón Bolívar, ese que hoy ya está hecho pedazos, porque el dolor del país también corroe hasta las estructuras.
Los sueños de los venezolanos han sido destruidos por un gobernante que solo se ha preocupado por llenar su bolsillo y la nevera de su casa, mientras en cada rincón del país alguien muere de hambre diariamente.
¿Recordamos la reciente fiesta celebrada en Cuba por los 90 años de Fidel Castro?, pues en esa fabulosa fiesta, el Gobierno venezolano, gastó aproximadamente 400 mil dólares, cuando en el país, las personas se matan por comer aunque sea una vez en el día, porque el dinero no alcanza para las tres comidas, y si lo tienes no consigues el alimento.
Es lamentable, pensar que en tiempos pasados, una pareja con un trabajo podía ahorrar para comprarse un apartamento o alquilarlo; le quedaba para los gastos de la casa, para hacer mercado y para salir a pasear, y que ahora, dos sueldos no alcancen ni para sobrevivir tres días.
Hoy vemos en las viviendas, a los padres, viviendo con los hijos, los yernos, los nietos, las parejas de sus nietos y sus bisnietos, una multitud de personas en una sola pieza, porque en el país no puedes alcanzar las cosas que deseas, es casi imposible.
Cada día son más las despedidas, y la soledad que se siente en un pueblo acabado por un nefasto gobierno.
Por ahora, es mejor permanecer solos, para evitar que tu corazón se quiebre en pedazos cuando se avecine el próximo ¡ADIÓS!
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