Observatorio Venezolano de la Justicia rechaza la “ineficiencia” del TSJ

Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) | Imagen de referencia

Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) | Imagen de referencia

Durante los últimos años la cantidad de expedientes recibidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha disminuido notablemente mientras que el total de “expedientes resueltos” es mayor que el de asuntos ingresados. Esta situación no se debe a una disminución de la congestión, es decir, a una mayor eficiencia, sino al uso artificioso de las estadísticas.

Luego de realizar una investigación sobre la gestión judicial en Venezuela (que arrojó como primer resultado una creciente opacidad en esa materia pues los datos son escasos y poco claros), se decidió determinar la eficiencia del Poder Judicial a la luz de cifras oficiales y por ser el TSJ la cabeza de ese poder, se decidió empezar por él.

Para hacerlo, se partió de dos datos fundamentales: la cantidad de asuntos ingresados al máximo tribunal y la de expedientes decididos entre los años 2001 y 2015.

En el período que va de 2001 a 2004 la cantidad de asuntos ingresados casi se duplica, tendencia que se empieza a revertir de manera abrupta entre 2005 y 2009 y un posterior estancamiento de 2010 a 2015, año que cerró por debajo del total de 2001.

Magistrados del TSJ junto a Nicolás Maduro |Foto: El carabobeño

Magistrados del TSJ junto a Nicolás Maduro |Foto: El carabobeño

Llama poderosamente la atención que el cambio de tendencia coincida con el año siguiente al de la aprobación de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (2004), que aumentó el número de magistrados de 20 a 32 con el argumento de que favorecería la eficiencia del máximo tribunal y que en realidad pretendía coparlo, como de hecho ocurrió.

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Dicho comportamiento no muestra confianza en el sistema judicial, más bien al contrario. Particularmente si se tiene en cuenta que la conflictividad social en el país ha aumentado en estos años por lo que lo lógico sería que haya más casos ante el TSJ, siendo que además los hay a nivel de tribunales de instancia.

En cuanto a los asuntos resueltos por el TSJ la tendencia es casi idéntica. Sin embargo las estadísticas muestran que se resolvieron más expedientes que los que entraron, lo que en principio parece lógico: el Tribunal aprovecharía la disminución en la cantidad de expedientes nuevos para aliviar el retardo procesal y la consecuente congestión de casos existente.

Presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez | Foto: Archivo

Presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez | Foto: Archivo

Lamentablemente no ha sido así, sino que el TSJ no cuenta realmente “expedientes resueltos” sino todas las decisiones tomadas: sentencias de fondo, de trámite, de resolución, definitivas, y también no sentencias, sino autos.

Si se profundiza aún más en el análisis de las cifras oficiales, la tendencia entre 2001 y 2004 era de un promedio de 10 mil 500 decisiones por año, mientras que entre 2005 y 2015 de 7 mil 400. Es decir, aún “maquillando” cifras, queda clara la disminución de por lo menos en un 30% de la eficiencia del TSJ.

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Cómo afecta al venezolano

La situación descrita resulta grave para todos los venezolanos desde al menos dos puntos de vista. En primer lugar porque las estadísticas muestran que el problema del retardo en tomar decisiones por parte del Poder Judicial se traduce en que la justicia llegue tarde (cuando llega), y como hemos repetido anteriormente: la justicia tardía no es justicia.

En segundo lugar se agrega el hecho de que el máximo tribunal no informe de manera suficiente ni transparente sobre el resultado de su labor, sino que más bien juegue con los números para que por ejemplo el venezolano de a pie que no ha tenido que utilizar el sistema y que no sabe que no funciona bien, no sepa cuán ineficiente es en realidad.

Nota de prensa

 

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