Conoce las nuevas formas de vender comida en Venezuela
Varios supermercados de Caracas abrieron sus puertas solo a las personas que querían comprar productos y alimentos regulados, ya que las instalaciones de los locales no se daban abasto para atender al resto del público.
Son los militares y funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) quienes se encargan de organizar y mantener el orden en las colas que se forman en las afueras de los supermercados.
Previendo esta situación, como es de costumbre, funcionarios de la GNB quienes custodiaban la cola para que las personas entraran a comprar. Esta vez, no encontraron mejor manera para hacerlo que organizando la cola de civiles en filas, cual pelotón de cuartel de la fuerza armada.
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“Lo único que falta es que empiecen a darnos ordenes como si fueramos igual que ellos”, comenta con un tono de reproche, el señor Gustavo López, quien se encontraba en la cola desde las 5:30 am y se le hizo familiar la manera en la que organizan la cola, debido a que hace algunos años perteneció a la reserva militar.
Por su parte, el cabo Alejandro Márquez, quien al principio no dio explicaciones del porqué de la manera de organización de la cola, luego explicó que es una forma de ordenar a las personas y evitar que se coleen otras “es simple, los agrupamos de 50 en 50, y después a formar cinco columnas de diez personas cada una. Si pasamos revista otra vez y hay personas de más, se sanciona esa fila y los ponemos a comprar de últimos, o no compran”
Nuevo aumento, nuevos precios
Usuarios manifestaron estar descontentos debido a la demora que presentaron los supermercados al abrir sus puertas a todo público, por el presunto remarcaje de precios que realizaban, basándose en el aumento salarial decretado el viernes por el presidente Nicolás Maduro.
“Desde 300 hasta 500 bolívares le están aumentando a todos los productos. Un diablito costaba el viernes 600 bolívares, hoy le ves el precio y está en 1100 Bs “, sostuvo el señor Darío Gómez, quien se disponía a comprar uno para desayunar, pero por “el nuevo precio” no pudo llevarlo.
Solo venta de artículos de precio regulado
Algunos establecimientos comerciales de la capital abrieron sus puertas en horas de la mañana a todo público, pero al llegar el mediodía las cerraron para atender solo a las personas que querían adquirir los productos de primera necesidad, pues no se daban abasto para atender a tantas personas al mismo tiempo.