Las conmovedoras palabras de Elba Escobar: “Aquí no hay posibilidad de progresar profesionalmente”
La falta de oportunidades se ha convertido en un argumento común entre los venezolanos decididos a marcharse, incluso de profesionales con un nombre grabado en la historia de las artes escénicas como Elba Escobar.
En 2017, la actriz admirará la plenitud de haber dedicado cuatro décadas a la actuación sobre las tablas. 40 años de un talento que no caduca, que se mantiene vivaz y desbordante como su risa, empeñado en enriquecerse.
En ese afán conjugado con la inseguridad que ha hecho cama en todo el territorio nacional, la actriz caraqueña se trasladó a Miami hace un año y medio, sin desprenderse nunca de su tierra.
“Una de las cosas más importantes es la seguridad personal. La otra más importante es la calidad de vida y la otra también importante es que aquí no hay posibilidad de progresar profesionalmente. Llega un momento en que ya a uno no le queda más que hacer lo mismo de siempre. Uno está buscando expandirse profesionalmente y, bueno, siempre atravesar las fronteras y comenzar a mostrar tu trabajo en otros espacios, te da la oportunidad de expandirte un poco también”, resume Escobar las razones que la condujeron a radicarse en Estados Unidos.
La necesidad de protección ocupó uno los espacios más amplios de su equipaje. Su hijo fue secuestrado en dos oportunidades en Caracas. En ambas tuvo solo pérdidas materiales. Pero el miedo heló, como a toda madre, a Escobar.
“Hay cosas con las que uno puede bregar, echarle pichón, trabajar, luchar para que mejore la calidad de vida, los servicios, el acceso a los alimentos básicos. Pero la inseguridad es una situación que te hace vivir aterrado. Que en cualquier momento a cualquiera le provoque hacerte daño o a tu familia, son palabras mayores. La gente está secuestrada dentro de sus casas”, admite quien en no pocas ocasiones a encarnado a mujeres aguerridas en la televisión.
Con todo, dejarse contaminar con la maldad no debe ser una opción cuando se trata de sumar y restaurarle el rostro a la nación. Por eso, como venezolana espera “que recuperemos nuestros valores, con los que crecimos de hermandad, solidaridad, amor, compasión, misericordia, alegría, bondad, igualdad. Que no nos dejemos tentar por la oscuridad, que nos quedemos en el lado luminoso apoyando desde lo mejor de nosotros mismos. No nos dejemos tentar por la rabia y por el odio porque desde ese lado no vamos a poder apoyar”.
Nota completa: El Impulso