María Corina: “El país no tiene tiempo, la transición es impostergable”

La opositora aseguró que la Asamblea Nacional debe exigir la renuncia del presidente de Venezuela

María Corina Machado, dirigente opositora / Foto: Archivo

La dirigente opositora venezolana, María Corina Machado, ofreció una entrevista al diario, El Mundo de España, donde conversó sobre la crisis política y social que se vive en Venezuela a causa de un Gobierno que no ha sabido gerenciar acorde con las circunstancias que se presentan.

Sobre el Gobierno de Venezuela, María Corina Machado considera que hay que dar la cara pues es una “dictadura mafiosa y corrupta”, al tiempo que asegura que, “el país no tiene tiempo. La transición es impostergable”.

A continuación parte de la entrevista publicada por el diario El Mundo.

¿Usted ha acuñado la expresión ’emergencia ética’?

En el país se dan cinco condiciones que hacen que se produzca una emergencia ética. Uno, la crisis humanitaria. Dos, una situación macroeconómica dantesca -con un inflación que superará el 700%-. Tres, un aparato productivo que ha colapsado por las políticas intervencionista y de confiscación. Cuatro, la inseguridad interna, con una impunidad superior al 97%. Hay más de 12 millones de armas ilegales en la calle y zonas del país donde la presencia de paramilitares y guerrilla ha hecho que el Estado no tenga el control. La quinta, que muy pocas personas quieren tocar, es la existencia de mafias y de un crimen organizado que ha penetrado en los niveles más altos del régimen.

¿Quiere decir que Venezuela es un narcoestado?

Sin duda. Se ha convertido en el principal puerto de la droga que va a Europa. Pero el problema no sólo es el narcotráfico. Las mafias han penetrado los medios de comunicación, el sistema financiero, la construcción, el comercio, el sistema judicial, las fuerzas armadas y hasta el propio Ejecutivo.EEUU, la UE y el Vaticano respaldan los esfuerzos de negociación de Rodríguez Zapatero.

¿Por qué la oposición no quiere negociar?

Lo que hemos hecho es acatar el mandato del 6 de diciembre, en el que el pueblo venezolano optó por un cambio político. Desde entonces el Gobierno de Maduro ha desconocido y pisoteado la labor del Parlamento, arrebatándole todas sus atribuciones. Hacer eso en cualquier parte del mundo tiene un nombre: golpe de Estado.

¿Por qué Maduro ha dado mayor relevancia a los militares?

Hace dos semanas, en medio de esta grave crisis humanitaria que vivimos, Maduro aprobó el decreto 2.667, por el cual le transfiere la responsabilidad de la producción y distribución de alimentos nada menos que al ministro de Defensa. Y ha ordenado a todos los miembros del gabinete que le reporten a él: un militar en activo que no tiene un voto que le respalde. Esto es subvertir el orden, hacer que el poder civil rinda cuentas al militar.

Volviendo al diálogo ¿Quiere decir que con el actual diálogo el Gobierno lo único que pretende es ganar tiempo?

Sin duda. Quieren hacerlo para retrasar el revocatorio y para estabilizar una dictadura que hoy vive su punto más crítico. Según la Constitución venezolana, si el referéndum se activa durante los dos últimos años del mandato, es el vicepresidente el que asume el poder.

¿Por qué el Ejecutivo no acepta la apertura de un canal humanitario?

Maduro está acatando la posición de Fidel Castro, que sostiene que si acepta la ayuda humanitaria estaría reconociendo el fracaso de su revolución. Evitan la entrada de toneladas de medicinas, no les importa que se nos mueran los niños.

¿Tan crítica es la situación?

Acabo de llegar de visitar un hospital público de Táchira a pesar de que el gobernador del estado nos envió grupos violentos para evitar que entrara en el centro. Quería impedir que el mundo supiera lo que está pasando. Sólo en esa clínica han fallecido 154 recién nacidos en los primeros cinco meses del año.

¿Mueren por la falta de material sanitario?

No hay nada. No hay medicinas, ni siquiera para los lactantes, y no hacen nada [se le quiebra la voz]. Incluso prohíben al personal, bajo amenaza de despido, que denuncie la situación. ¡Hablé con pacientes que llevan cuatro meses postrados en una cama con un pie o una cadera rota porque no hay material para operarles! Las familias tienen que llevar todo el instrumental quirúrgico para la intervención. Lo único gratis es el trabajo de los médicos, que cobran menos de 15 dólares al mes. Eso es lo que está ocurriendo en Venezuela y por eso hablo de la ética de la urgencia.

¿Qué opinión tiene de la labor de Zapatero?

Venezuela no puede esperar. El señor Zapatero declaró que a él le daba lo mismo si el revocatorio era este año, el que viene o no se hace… A lo mejor es lo mismo para él, pero no para esa madre que está tendida con su hija de 15 años en la cama porque no consigue cuatro clavos para su pierna. Ha tenido que vender hasta la nevera para mantener a la niña en el hospital. ¡Tú me dirás si el señor Zapatero le puede decir que tienen que esperar! ¡Esperar a qué!.

Pero, cuál es la salida a esta situación, ¿sin revocatorio no habrá negociación?

El revocatorio es un derecho, no es negociable. Los venezolanos vivimos en una dictadura donde el sistema judicial está al servicio del régimen. En los últimos 10 años no ha habido una sola sentencia en contra de sus intereses. En Venezuela se tortura, se persigue y se arrebata la propiedad. Por esto los venezolanos no sólo tenemos el derecho sino el deber de propiciar un cambio político.

¿Qué pasará si no hay revocatorio?

Tenemos la fuerza inmensa de la mayoría y la legitimidad de quienes hoy defendemos la democracia. Además, tenemos el derecho de exigir a toda la comunidad internacional democrática que acompañe y avale este clamor de los venezolanos. Cada día que Maduro permanece en el poder no se cuentan horas, se cuentan muertos. De forma que si Maduro bloquea la salida institucional los venezolanos tenemos todo el derecho de movilizar al país para ejercer la fuerza necesaria y obligarle a renunciar. No vamos a claudicar.

La movilización social en este clima de crisis puede producir una explosión social, ¿han valorado este riesgo?

La explosión social ya está ocurriendo en toda Venezuela. En el país se producen hasta 20 saqueos semanales, 74 linchamientos e incluso avalanchas en la frontera con Colombia para buscar alimentos. Precisamente para evitar esta catástrofe tenemos que avanzar en una transición de inmediato.

¿Hay diferencias internas en la Mesa de Unidad Democrática respecto a quién será el futuro líder? ¿Quién será el próximo presidente de Venezuela?

El gran problema es plantear en esos términos el desafío de la oposición porque eso genera división. Lo que tenemos claro es que, al margen de nuestras aspiraciones legítimas, lo prioritario y el objetivo superior es lograr un cambio que detenga la hemorragia que sufre Venezuela. El propósito común es esa transición. No nos vamos a detener hasta conseguir una Venezuela libre, más justa y democrática.

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