Venezolana dice: “Parte el alma tener que darle arroz solo a mi hijo”

Venezolana cuenta que le da de comer arroz solo a su bebé |Foto: Mariela Nava

Venezolana cuenta que le da de comer arroz solo a su bebé |Foto: Mariela Nava

Los problemas económicos por los cuales atraviesa el país ha dificultado la supervivencia de las personas con menos recursos. La preocupación continúa en ascenso para los jóvenes que desde temprana edad ya tienen una gran responsabilidad como padres.

Este es el caso de Yulianny Urdaneta de 18 años, quien espera a su tercer bebé, contó  al diario La Verdad la delicada situación de su hijo Kerwin Espinoza, de un año de edad, desnutrido y en peligro de muerte por una neumonía crónica. Y lleva 12 días hospitalizado en el Hospital Chiquinquirá.

La madre venezolana comentó que está solicitando ayuda a las autoridades gubernamentales para pañales y leche maternizada.

“Si yo no como no importa, ellos son los que importan”, dijo. 

El infante, debido a la desnutrición, no aparenta el año que tiene sino que parece un bebé  por la delgadez de sus extremidades. Yulianny contó que desde los dos meses de gestación  “pasa necesidad”, comía una sola vez al día “porque eso era lo que había”, y más de una vez le tocó comer arepa sola.

Ella y Junior (su pareja), hacen lo que pueden para sostener su familia, a parte de Kerwin, tienen a  Kevin, su otro hijo de dos años. El padre de Yulianny es diabético y su madre murió hace dos meses.

“Ellos viven en un ranchito chiquito en el barrio 19 de Abril, por eso nosotros no vivimos juntos, porque no cabemos”. 

La chica vive con su madre a pocas cuadras de Junior, cuyo padre murió. Viven “arrimadas” en la casa de su abuela paterna, de quien contó que es alcohólica y “cada vez que se emborracha nos bota de la casa”. Y por esa razón ha tenido que vivir de casa en casa y pidiéndole a sus vecinos comida para poder llevarle a sus hijos.

Con lágrimas en los ojos, y acariciando la columna de su bebé desnutrido, cuenta:

“Me parte el alma tener que darle arroz solo a mi hijo. Lo peor fue ver como cada día se ponía más flaco y no poder hacer nada, porque no tengo para comprar alimento, lo único que hago es beber mucha agua para que se pegue de la teta. Si yo no como no importa, ellos son los que importan”. Era el relato de una mujer que espera su tercer hijo.

“Estoy embarazada otra vez porque me falló la inyección anticonceptiva. Por mi cuenta, ya estoy esperando que nazca pero no sé ni qué sexo es mi bebé porque no he tenido dinero para hacerme un ecograma”, dijo.

La joven estará con su hijo por lo menos tres meses más para estabilizarlo. Por ahora es incierta la suerte de esta muchacha y la de la criatura que viene en camino. Kerwin entre tanto, se aferra al único dueño de su vida, Dios.

Con su frágil mano mantiene apretado un libro de Nuestra Señora de la Preciosísima Sangre que hace días le regaló una mujer. “No lo suelta para nada, nosotros lo único que tenemos es fe nada más”.


AYUDA


La muchacha de 18 años solicita ayuda con urgencia a las autoridades competentes. Antes de terminar de contar su historia al La Verdad, Yulianny recibió el carrito de la comida. En un vaso le sirven un caldo transparente con fideos y en un envase de mantequilla, el alimento del pequeño. “Hoy te vais a tener que comer la sopa sin sal porque se me olvidó echarle”, le advierte la mujer que reparte la comida antes de salir.

Así son los días de esta joven madre que prefiere ver a su hijo sano que comer. Le pidió a los entes gubernamentales ayuda, quien necesita una casa, leche y pañales para su bebé, quien permanece en la cama 25 del séptimo piso.

Así como Yulianny hay millones de venezolanas más que está tratando de paliar el hambre de ellas y de su familia como pueden porque no cuentan con los recursos.

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